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Matrimonio en Suiza: “No al amor a ciegas”

adorno de bodas
No todo es color de rosa en el matrimonio y en el caso de las parejas binacionales se suma el reto de la integración social del recién llegado a la sociedad de acogida. Testimonio. Keystone

Cynthia, de Perú, se enamoró de un joven suizo. Ilusionada, formó una familia en el país alpino. Pero se confrontó a una dura realidad que acabó con la relación. Inteligencia y amor materno de una mujer que aborda el pasado sin tapujos, con la esperanza de que su ejemplo sirva a otras personas, suizas y extranjeras, para detectar y abordar a tiempo eventuales puntos de conflicto en su vida en pareja.

Ella es de esas mujeres que inspiran confianza a la primera. Sus mejillas, sonrojadas, siempre están prestas a contraerse para enmarcar una gran sonrisa. A los 18 años llegó a un poblado bernés para pasar una temporada con sus tíos, que vivían allí. Pero pronto un amigo de su primo le arrebató el aliento. Entrevista:

swissinfo.ch: Te casaste con él…  

Cynthia: Sí. Estaba muy joven: 18 años. Me casé con 5 meses de embarazo, en 1991. Estaba enamorada. Tenía toda la intención de formar una familia para siempre, tal y como uno sueña. Tres o 4 años después percibí que los problemas de alcohol y drogadicción de mi esposo eran graves. Era muy inocente para darme cuenta rápidamente. Era una persona muy buena conmigo, pero los cambios tan bruscos que tenía yo no los podía entender.

Decidí separarme de él. Volví a Lima, embarazada por tercera ocasión. Lamentablemente las cosas se complicaron. Mi hija nació con muchos problemas, tanto así que un avión de Rega (la asistencia médica suiza de emergencia) nos devolvió a Suiza. A las 5 semanas de nacida, mi hija murió. Esa situación nos volvió a unir como pareja. No tenía a nadie más en Suiza. Ya mi familia se había regresado a Perú.

swissinfo.ch: Un segundo intento…

Cynthia: Sí. Tenía la ilusión de que con amor y paciencia todo iba a cambiar y que las cosas se podían solucionar. Me embaracé por cuarta ocasión, tuve a mi tercer hijo varón. Entre tanto, un asesor de la consejería para la juventud de Burgdorf intentaba ayudarnos a resolver los problemas que teníamos mi esposo y yo. Pero al final el consejero me dijo que mi deber era mi bienestar y el de mis hijos, y darme cuenta de lo que estaba pasando. Me aseguró que sí podía salir adelante sola.

swissinfo.ch: ¿Lo feo y lo bonito que te quedó de esa relación?

Cynthia: Lo feo fue bastante feo: En sus crisis mi esposo me agredía físicamente. Lo bonito: mis hijos, la motivación para salir de esa situación y lograr hacer todo lo que he hecho.

swissinfo.ch: ¿Cómo te diste cuenta del problema de heroína en tu expareja?

Cynthia: Llegué a enfrentarme a la realidad cuando un día encontré unas jeringas en su auto. La cuestión, aunque evidente, fue muy difícil para mí: no conocía las drogas duras en Perú.

Me aislé totalmente. Me daba mucha vergüenza la situación que estaba pasando. Fue mucha ignorancia de mi parte. Lo asumo. Lo hablamos y él lo admitió. Empezamos el asesoramiento de pareja, que al fin y al cabo me convenció de dar el paso a la separación. Decidí que debía ofrecer otro futuro a mis hijos, que no merecían la vida que les venía, si yo me quedaba con su papá. Estuve casada seis años.

Cuando decidí separarme, mi exmarido no quería irse de la casa. Cuando finalmente se fue, me acosaba. Venía a tocar el timbre en la madrugada. Los vecinos se quejaban. Afortunadamente, al poco tiempo conoció a una brasileña y firmamos el divorcio. Se casó con ella.

swissinfo.ch: ¿Crees que la inmigración influyó en la problemática matrimonial en la que te viste envuelta?

Cynthia: Definitivamente. Desconocía muchas cosas, empezando por el idioma. No me enteraba de lo que pasaba. Vivía en una burbuja. Mi esposo aprendió español muy rápido. Y yo confiaba y creía en lo que me decía. Incluso las asesorías sobre el conflicto de pareja me las traducía. Si yo hubiese comprendido más cómo funcionaban las cosas, la situación hubiera sido totalmente diferente, creo yo.

swissinfo.ch: ¿Cuánto te costó aprender el idioma?

Cynthia: Bastante. No solamente por mis prejuicios y mi vergüenza de hablarlo sin estudiarlo. No tuve plata para pagar un curso de alemán. Aprendí el dialecto trabajando. Fue todo un proceso, ir entendiendo poco a poco. Ir soltándome a decir las primeras frases. Yo te diría que a los 4 años y medio empecé a comunicarme.

swissinfo.ch: ¿Tras la separación definitiva pensaste volver de nuevo a Perú?

Cynthia: Sí. Pero era consciente de que en Perú sería muy complicado poder sacar adelante económicamente a mi familia. En Perú mi salario no me hubiera alcanzado ni para alquilar una vivienda. Yo, trabajando, podía ofrecerles algo en Suiza. Cuando nos separamos, mi exmarido dejó de trabajar. A falta de un salario, recibí para mantener a nuestros hijos 1 200 francos al mes por parte del Estado. El alquiler mensual del departamento era de 1 360 francos. Conseguí empleo en tres lugares para reunir el dinero suficiente que cubriera nuestros gastos básicos.

swissinfo.ch: ¿Cómo lo lograste?

Cynthia: Fue el amor de madre que me sacó adelante. Tuve fases de mucha tristeza, de mucho miedo. Yo sabía que no podía caerme. Me despertaba cada mañana para preparar a los niños, llevarlos a la guardería e irme a trabajar. Mis empleos: en un restaurante lavando platos y después de mesera. También trabajé en un salón de té de la familia de mi exesposo… Limpié oficinas.

Con 30 años decidí estudiar. Hice una escuela de gestión en comercio y administración y, paralelamente, un curso de mediación cultural. En ese momento yo ya había reconstruido mi vida con mi nueva pareja. Me ayudaba a cuidar a los chicos… Nos cuidó muchísimo. Nos dio mucha estructura familiar. Yo venía muy destruida. Para los chicos, él es el padre.

Cada vez nos fue mejor económicamente con mis empleos en el sector bancario. Después hice una especialización como asistente contable. Llevé la contabilidad de una agroempresa durante 4 años. Insisto, no hay motivación más grande que la responsabilidad de ser madre.

swissinfo.ch: Esta evolución fortaleció tu autoestima, sin duda…

Cynthia: Sí, mi autoestima estaba bastante deteriorada después del divorcio, con todos los problemas… Tenía 24 años, inmigrante, divorciada y con 3 chicos: Escuchaba comentarios de la gente todos los días: “¿Tan joven?” “¿Y sola?”

Además de los cursos, me ayudó bastante haberme integrado a un trabajo como cualquier otra suiza, porque entendí así la cultura y el modo de vida en este país. Aprendí el valor de la amistad, del respeto y del profesionalismo. Cosas que se han impregnado en mí. Son parte de mí hoy día.

swissinfo.ch: Tu consejo para quien hoy sufre en una relación. ¿Cómo apagar esa vergüenza del fracaso, del qué dirán, del autoengaño, diciéndonos y diciendo a los demás que todo está bien?

Cynthia: Creer en uno mismo es indispensable. Y ser optimista, pese a momentos de mucha oscuridad y de mucha pena. Siempre hay que buscar ayuda; no tener esa vergüenza que yo sentí, que muchos sentimos. ¿Cómo? Asumiendo la parte de responsabilidad que te toca, pero sin creerte responsable de toda la situación. Hay que tener la humildad y la valentía de pedir ayuda. No estar solo y aprender a abordar el problema. Sobre todo, no permitirse el amor a ciegas. Solo el amor no lo resuelve todo. De allí la importancia del asesor que me aconsejó en esa época: Fue un apoyo fundamental.

swissinfo.ch: ¿Qué te dicen tus hijos, hoy adultos?

Cynthia: ‘Mami, ya cumpliste con nosotros, ahora haz lo que te haga a ti feliz’.

A sus 45 años y con su doble nacionalidad, Cynthia se prepara para volver a su función de mediadora intercultural y asiste a un curso para formarse también como asesora motivacional. Su historia no es representativa. Es un ejemplo de las eventuales dificultades que las parejas binacionales pueden afrontar en un entorno social extraño para uno de sus miembros.

Amor binacional: Dónde obtener consejo

En Suiza, donde cerca de la mitad de las parejas están compuestas por al menos un miembro extranjero, las autoridades respaldan la asesoría a las personas concernidas a través de apoyo a diversas organizaciones locales. Una red de instituciones, como Frabina Enlace externoy la Asesoría de Basilea (binational-bs.ch)Enlace externo, entre otras se encuentran en la página binational.chEnlace externo. También el Teléfono de la EsperanzaEnlace externo y otros centros de mediación ofrecen asesoría.

@PatiIslasEnlace externo

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