La campanera de Schaffhausen vela por la ciudad
Schaffhausen es custodiada por una mujer. Es la primera vez en la historia de la fortaleza de Munot, emblema de la ciudad más septentrional de Suiza, situada en la frontera con Alemania.
Este contenido fue publicado el 16 febrero 2019 - 11:00- Deutsch Die Glöcknerin von Schaffhausen
- Português A sineira de Schaffhausen
- 中文 一个女人 一座城堡
- Français Une femme veille sur Schaffhouse
- عربي قارعة أجراس شافهاوزَن
- Pусский Смотрительница замка в Шаффхаузене о себе и о работе
- English The woman who guards a Swiss town
- 日本語 シャフハウゼンの鐘突き女
- Italiano La campanara di Sciaffusa vigila sulla città
Desde hace dos años, Karola Lüthi es la guardiana de MunotEnlace externo. Es una mujer de cincuenta años plena de vitalidad. “Desde hace 20 años quería realizar este trabajo. En ese momento no era fácil. ¿Una mujer? ¡Nunca!", narra desde la mesa en el apartamento de la torre. Pero hace tres años vio un anuncio para el puesto de “guardián de la fortaleza de Munot”. Habló con su marido porque se buscaba una pareja. “Presenté la candidatura del siglo porque quería absolutamente este trabajo”. Y sucedió: Fue seleccionada entre 80 aspirantes.
El orgullo de Schaffhausen
Munot fue construida en el siglo XVI como fortaleza y es el punto de referencia de Schaffhausen. Domina la pequeña ciudad desde las alturas. Sin embargo, ya en la época en que fue erigida era considerada como una construcción obsoleta desde el punto de vista militar. Se utilizaba para la vigilancia de la ciudad en casos de ataques o de incendios. El guardián de Munot, que vivía con su familia en el apartamento de la torre, tenía una vista panorámica en todas las direcciones y debía tocar la campanaEnlace externo para dar la alarma en caso de peligro. Además, cada noche a las 21 horas, la echaba al vuelo durante un cuarto de hora. Al final de los tañidos, las puertas de la ciudad eran cerradas. Las tabernas cerraban también y la gente tenía que irse a casa. La quietud envolvía a la ciudad.
El ritual de cada noche
Incluso hoy, Karola Lüthi toca la campana todas las noches a las 21 horas, durante cinco minutos. Ese ritual se ha convertido en un hábito para la gente de Schaffhausen. “Después del toque hay que ir a la cama”, dicen los padres a los niños. Para la pareja Lüthi se trata de una tarea de 365 días por año. Eso significa planificar con mucha antelación las vacaciones y las idas al cine.
Deberes y placeres
Por supuesto, las labores de la guardiana de Munot son muy variadas: Cuidado y mantenimiento de las instalaciones, alimentación de los ciervos que viven en los alrededores, visitas guiadas para los numerosos visitantes y preparación de los actos culturales organizados por la Asociación MunotEnlace externo. “Trabajo 40%, mi marido 20% y 1% extra por la campana”, bromea Karola Lüthi. Gesticula con las manos mientras nos habla de su permanente interés por la historia y la manera en que vivía la gente antiguamente.
“Estamos muy aislados aquí arriba, eso debe sentar bien”. Otrora, no era bien visto que el guardián de Munot paseara por la ciudad. Se suponía que debía permanecer en la torre cumpliendo con su deber. Hoy, ya no es así, señala Lüthi. Los habitantes de Schaffhausen le dan la bienvenida y se complacen de que una mujer vele por la ciudad.
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