Suiza «mantiene firme a los tabloides»
El escándalo de las escuchas telefónicas ilegales en Gran Bretaña provoca un examen más detallado de la relación entre los medios de comunicación y la política, así como de las violaciones de la privacidad en todo el mundo.
En Suiza, donde los grupos de comunicación Tamedia y Ringier poseen la mayor parte de periódicos del país, existe un consenso general de que la política y los medios de comunicación operan en distintos ámbitos.
Peter Studer, antiguo redactor jefe del diario TagesAnzeiger de Zúrich y de la televisión pública suiza de habla alemana SF, dice que aunque los tabloides como el Blick -propiedad de Ringier- ejercen sin duda influencia, el público suizo sigue aceptando poco las flagrantes intrusiones en la vida privada de personajes conocidos.
Studer fue presidente del Consejo Suizo de la Prensa entre 2001 y 2007.
swissinfo.ch: ¿Podría suceder en Suiza un escándalo de escuchas ilegales como el ocurrido en Gran Bretaña?
Peter Studer: En esta forma no se podría porque está prohibido por el Código Penal. Entiendo que en las grandes empresas del sector de las telecomunicaciones, las medidas de seguridad en Suiza impiden este tipo de prácticas telefónicas. Parece que en Gran Bretaña todo ha sido muy fácil.
swissinfo.ch: La prensa sensacionalista británica tiene una enorme influencia en la sociedad y la política. ¿Desempeñan los tabloides suizos una influencia similar?
P.S.: Tienen una influencia considerable debido a que el Blick y el dominical SonntagsBlick son las dos publicaciones más importantes en términos de número de lectores. Sí ejercen una cierta influencia, pero no en la misma proporción que en Gran Bretaña. Allí ha habido un gran sector de tabloides en los medios de comunicación desde mediados del siglo XIX. En Suiza el primer diario de este tipo apareció en 1959.
En segundo lugar, no se empeñan tanto en entrometerse en las vidas de otras personas como la prensa sensacionalista británica. Es un hecho que no va tan lejos, a pesar de que ocurren intrusiones en la vida privada, que con frecuencia acaban en los tribunales.
swissinfo.ch: ¿Y qué sucede con el público suizo y su aceptación de la información sensacionalista de la cultura de los famosos?
P.S.: Ha habido casos en los que el público suizo comenzó a fruncir el ceño cuando se produjeron intrusiones extremas en la vida de otras personas. Hubo un caso hace nueve años cuando un embajador suizo muy popular en Berlín fue objeto de una intrusión muy agresiva por parte del Blick’ y el SonntagsBlick. No solamente todos los demás diarios se rebelaron, sino también muchos suscriptores y anunciantes se quejaron. Blick tuvo que pedir disculpas en su portada.
Creo que hay ciertas barreras en la opinión pública contra casos muy extremos. Sin embargo, el Consejo Suizo de la Prensa ha publicado una serie de reprimendas.
swissinfo.ch: ¿Cuenta el Consejo Suizo de la Prensa con sanciones vinculantes que pueda imponer en casos de violación a la privacidad?
P.S.: No. La única cosa que puede hacer es publicar inmediatamente sus resultados y los nombres de los involucrados. Creo que los resultados están muy bien escritos, sobre todo en el mundo de los medios de comunicación. El Consejo no está satisfecho de cómo los culpables deben publicar las conclusiones. En este aspecto, la disciplina deja mucho que desear, sobre todo, con los primeros infractores.
swissinfo.ch: ¿Sabe usted de casos, como en Gran Bretaña, de periodistas usando detectives o pagando por informaciones en Suiza?
P.S.: Creo que la dimensión es muy particular en Gran Bretaña, pero ha habido casos concretos en Suiza. Recientemente hubo dos hermanos taxistas que fueron acusados de violar a los pasajeros y el Blick dijo entonces que la noticia estaba confirmada y no era cierto. En este caso, resultó que un policía había sido inducido a dar la información (inexacta) al periodista. No era el mismo caso que el de los periódicos de Murdoch.
swissinfo.ch: ¿En qué medida los propietarios de medios en Suiza ejercen influencia sobre la clase política y la opinión pública?
P.S.: Hay intentos de influir en los políticos, especialmente cuando los intereses de las empresas de comunicación tienen que ver con el control de la publicidad. Pero tal influencia como hemos descubierto ahora que existía en Gran Bretaña, creo que aquí no es posible.
En Suiza hay dos grupos que dominan el mercado, pero nunca irían tan lejos como Murdoch en Gran Bretaña, que apoyó abiertamente a un partido. Creo que en Suiza hay una cultura diferente.
swissinfo.ch: ¿Qué pueden aprender los medios suizos de lo ocurrido en Gran Bretaña?
P.S.: Todo periodista aprende que debe ser cauteloso y que la influencia recíproca de los políticos y los profesionales de los medios deber limitarse al máximo. Básicamente, existe la convicción de que política y medios de comunicación tienen que estar separados.
Hay una opinión generalizada de que no se trata de decretar una serie de leyes nuevas para controlar a la prensa, ya que esto obstaculizaría la oposición, que es saludable.
En Suiza, los medios electrónicos están regulados hasta cierto grado y disponen de pautas políticas sobre la imparcialidad, etc. Pero la prensa no está regulada en absoluto en estos temas y creo que esto va a seguir así. Hay un código deontológico y el Consejo de la Prensa se encarga de que se respete. Además, existe un gran interés en actualizar este código a partir de casos reales con el fin de ampliar su difusión.
Tras el escándalo que llevó a Murdoch a cerrar el tabloide ‘News of the World’, ha transcendido que la policía solicitó a la Oficina del Comisionado de Información, el regulador británico, dosieres que muestran el uso de detectives privados por otros periódicos.
Esta investigación encontró que el ‘Daily Mail’ recurrió 952 veces a detectives privados para obtener informaciones confidenciales;
‘The People’ 802, el ‘Daily Mirror’ 681 y el ‘The Mail on Sunday’ 266. ‘News of the World’ estaba en quinta posición con 228.
Fuente: AFP
La presión sobre el imperio mediático de Rupert Murdoch subía este viernes después de que su hijo James fuera acusado por unos antiguos colaboradores de haber mentido a la comisión del Parlamento británico que investiga el escándalo de las escuchas telefónicas ilegales.
James Murdoch, número tres del grupo News Corporation, aseguró esta semana ante el Parlamento que no había visto un correo electrónico interno que sugería que las escuchas ilegales por el tabloide ‘News of the World’ habían llegado a ser una práctica bastante corriente.
Colin Myler, un ex director del periódico, y Tom Crone, que dimitió la pasada semana como director legal de ‘News International’, filial británica del grupo, publicaron una declaración en la que aseguran que le habían mostrado el mensaje a James Murdoch antes de que éste autorizara una indemnización para las víctimas de las escuchas.
Receloso de las acusaciones de que pagó a las víctimas para mantenerlas calladas, James Murdoch dijo en una declaración:
«Mantengo mi testimonio en el Selecto Comité». El escándalo se extiende como reguero de pólvora.
Fuente: AFP
(Traducción: Iván Turmo)
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