Solidaridad y recogimiento sin precedentes
La solidaridad del pueblo suizo con el desolado sur de Asia se ha traducido en 114 millones de francos. Una suma récord.
Una jornada de duelo concluyó con una ceremonia religiosa ecuménica en memoria de las víctimas a la que asistieron el presidente suizo y algunos miembros de su Gobierno.
La Cadena de la Solidaridad, plataforma humanitaria de los medios de comunicación suizos, recaudó la suma récord de 62 millones de francos en la jornada de donación desarrollada durante este miércoles (05.01).
El centro de recepción de llamadas telefónicas y de su página web apenas se dieron abasto para atender a tanta gente deseosa de aportar su grano de arena para las víctimas de la tragedia en el sur de Asia. Muchos no dudaron en esperar hasta 45 minutos para hacer su donación. Colaboraron 120 voluntarios.
La televisión suiza de expresión alemana emitió en la noche una sesión especial de dos horas que permitió reunir otros 10 millones de francos.
El total recaudado por la Cadena de la Solidaridad desde el pasado 26 de octubre, día de la catástrofe, se eleva a 114 millones de francos, cantidad que supera a la recaudada en el año 2000 para acudir en ayuda de las víctimas de las inundaciones en los cantones Wallis y Tesino. Entonces se recaudaron 74 millones de francos.
En memoria de las víctimas
La emotiva ceremonia, celebrada el miércoles por la noche (05.01) en la catedral de Berna, duró algo más de una hora y contó con una asistencia desbordante: miembros del cuerpo diplomático, decenas de parlamentarios, tres miembros del Gobierno helvético, funcionarios y ciudadanos de los países devastados por la catástrofe que viven en Suiza.
El templo de estilo gótico en pleno corazón del casco antiguo de Berna resultó pequeño. Varios altoparlantes retransmitieron íntegramente la ceremonia hacia el exterior, donde varios centenares de personas, congregadas en la plaza de la catedral, siguieron paso a paso la liturgia, a pesar de las bajas temperaturas.
No debe triunfar la tristeza
El presidente de la Confederación Helvética, Samuel Schmid, tuvo a su cargo la alocución principal en representación del gobierno colegiado suizo.
“Compartimos el duelo de numerosas personas, tanto en nuestro país como en las regiones afectadas…”, enfatizó Schmid, quien se solidarizó también con aquellos extranjeros que viven en Suiza y que han perdido a familiares o amigos.
En tono emocionado y de profunda humildad, el presidente insistió en la necesidad de vencer la adversidad y enumeró tres acciones concretas: reconfortar a los familiares de las víctimas; colaborar en la reconstrucción de las regiones afectadas y apoyar la instalación de un sistema de alerta en esas zonas expuestas a sufrir desastres naturales.
El color del ecumenismo
La ceremonia fue convocada por las tres principales Iglesias cristianas helvéticas – la Católica Romana, la Protestante y la Católica Cristiana – que estuvieron representadas por sus máximas jerarquías.
“Que el duelo se transforme en esperanza”, declaró el pastor Thomas Wipf, presidente del Consejo de la Federación de Iglesias Protestantes de Suiza. En su emotiva reflexión, rescató, en medio del impacto del drama vivido en el Océano Indico, dos lecciones que se expresan portadoras de humanismo.
“Cómo los que lograron escapar al efecto del cataclismo, ayudaron a las otras víctimas…” Y “comprobar que ante el maremoto se alza una enorme ola de solidaridad…”
El acento ecuménico no se limitó, sin embargo, a esta constelación religiosa. Representantes de las creencias hindú, musulmana, budista y judía hicieron escuchar sus propias voces solidarias, en un tinglado de diversidad lingüística y de concepciones.
Once velas encendidas representaban simbólicamente a las naciones asiáticas y africanas afectadas. Otras cinco, a los continentes. Y una mayor, a las víctimas de la tragedia.
Pueblo emocionado
Concluida la celebración, swissinfo recabó reacciones de varios asistentes a la ceremonia.
“Es emocionante comprobar ahora la enorme solidaridad”, expresó, al borde de lágrimas, Krishana Ambalquaran, inmigrante de Sri Lanka que vive en Suiza desde hace 20 años.
Ambalquaran, que perdió a dos miembros de su familia por el maremoto y cuyo hermano resultó gravemente herido, destacó las muestras de apoyo que la comunidad internacional está dando al pueblo tamil, “aunque entre el 26 y el 31, las horas inmediatas después de la tragedia, se nos había olvidado casi completamente”.
Liliane Maury Pasquier, diputada socialista y activa militante católica en Ginebra, su cantón de origen, calificó de “muy emocionante” la ceremonia celebrada en la catedral de Berna. “Fue un acto importante en un proceso de duelo todavía abierto desde esta tragedia que ha golpeado en forma dramática a nuestro país”.
Y el embajador Walter Fust, director de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), que acaba de regresar de un viaje de cuatro días por la zona del siniestro, coincidió en que fue una celebración “fuerte y emotiva”.
“Si algo me impresionó, fueron los cantos budistas e hinduistas”, señaló, por su parte, Pierre-Yves Maillard, ex diputado nacional y ahora miembro del Ejecutivo del cantón de Vaud. Fue impresionante “el espíritu de cuerpo que se vivió”.
Maillard confirmó a swissinfo que su cantón anunciará en las próximas horas una donación especial de 250.000 francos para las zonas afectadas, como “gesto simbólico”.
swissinfo, Sergio Ferrari, Berna
El maremoto que se produjo el 26 de diciembre alcanzó una intensidad de 9 grados en la escala de Richter.
Unas 150.000 personas han perdido la vida y casi 2 millones requieren ayuda alimentaria.
Este martes las autoridades suizas anunciaron que, con casi toda seguridad, las víctimas suizas se cuentan por centenares.
Por el momento no hay rastro de cerca de 500 ciudadanos helvéticos que se encontraban en los países afectados.
Los Estados del mundo han prometido alrededor de 4.000 millones de dólares.
La Cadena de la Solidaridad agradece sus donativos a la cuenta postal:10-15000-6.
A las 20.00 horas de este miércoles, jornada especial para recaudar fondos, se habían reunido más de 41 millones de francos en favor de los damnificados del sudeste asiático.
Las donaciones de la población siguen aumentando minuto a minuto.
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