Viviendas ecológicas a bajo costo
En la fabricación de los prototipos de estas viviendas se ha utilizado elementos de la tierra, como la arcilla, el coirón (fibra vegetal) y la madera, elementos de fácil construcción y con una destrucción que no contamina.
Para la realización de la ruca mapuche, Champion investigó esta cultura y se hizo asesorar por las machis (mujeres encargadas de la salud de la comunidad mapuche) y los loncos (jefes de cada comunidad).
La ruca, vivienda originaria de este pueblo, reúne la concepción de la vida y la naturaleza que prevalece en la cultura mapuche. Tiene un diseño circular, sin divisiones interiores que separen los ambientes. “Ello permite una fácil comunicación y una mejor relación humana”, dice Champion.
La vivienda también cuenta con dos puertas, una ubicada hacia el oriente, que facilita la entrada de los rayos del sol en la mañana, y la otra, hacia el poniente, para observar el atardecer.
“En la tradición mapuche, la puerta al oriente representa a la vida, el nacimiento, la luz y la energía que les acompaña en su jornada laboral. La otra puerta, por donde se observa el ocaso, les recuerda a sus antepasados”, explica Champion.
En tanto, en la zona aymará se levantó una vivienda típica, construida a la usanza de este pueblo andino, con paredes de adobe (barro) sujetas en madera y techo de una fibra vegetal llamada coirón.
A su alrededor, se prepararon terrazas de cultivo, similares a las utilizadas antaño, en las cuales se implementó además un novedoso sistema de tratamiento de aguas servidas y regadío.
Rescatar el legado
“Se trata del rescate de un testimonio que no se puede perder. Aparte del tema ecológico y económico, hay otro que es muy importante y que corresponde a la comunicación humana”, dice Champion.
En ese sentido, afirma que este diseño de casas facilita la comunicación. “El fuego, la mesa, los círculos, como es la choza, permiten una mejor forma de vida que nosotros hemos perdido”, afirma orgulloso el arquitecto.
“Estas son casas que unen a la familia, al grupo social, en donde está presente la armonía y la energía espiritual”, agrega.
Antes de fines de este año, Champion debería finalizar la tercera parte de su proyecto: la construcción de un jardín infantil, para la educación preescolar de los niños descendientes de las diversas etnias que viven en la capital.
La idea, explica, es brindarle a estos niños un ambiente multicultural, donde puedan compartir aymarás, quechuas, pascuenses, mapuches, lafquenches y pehuenches, en el que reciban una educación que respete la cosmovisión de sus pueblos.
La arquitectura del establecimiento mantendrá el diseño circular de las rucas, con capacidad para 60 alumnos, en una primera etapa, en un entorno de juegos y abundante vegetación, que los lleve a acercarse a sus raíces. La educación se impartirá en su lengua de origen.
El prototipo de ruca construido por Champion, de 120 metros cuadrados, tiene un costo de 11 millones de pesos chilenos -poco menos de 22 mil francos suizos-, muy por debajo del precio de una vivienda moderna de las mismas dimensiones, estimado en casi 30 mil francos.
Asimismo, el costo de la casa similar a la construida por el pueblo aymará, de 45 metros cuadrados, alcanza a menos de 9 mil francos.
Pese a que la forma de trabajar de este arquitecto suizo es más bien silenciosa, esperando con tranquilidad que las etapas se vayan dando reposadamente, ya tiene ofertas de privados para construir ambos tipos de arquitecturas en diversas partes del país.
Administrador Aymará
Para los representantes de las diversas etnias avecindadas en Santiago este proyecto constituye un paso importante en la conservación de sus tradiciones y culturas, es por ello que agradecen a este extranjero que ha venido a brindarles su apoyo.
Así lo expresó a swissinfo el administrador del centro cultural, José Segovia, descendiente de la cultura aymará.
“Estamos cumpliendo un viejo sueño de los pueblos originarios, el de contar con un espacio que nos permita sentirnos en lo nuestro”, dice a swissinfo este integrante del Consejo de Pueblos Indígenas y de la Corporación de Pueblos Indígenas.
“Ahora ya contamos con estos prototipos de casas aymarás y mapuches, lugares donde los representantes de diversas etnias a nivel nacional e internacional ya se han dado cita a este lugar”, agrega.
Segovia destaca que el contar con este espacio, le permite a los pueblos originarios desarrollarse espiritualmente, desarrollar su visión religiosa, su relación con la tierra, el cosmos y la naturaleza.
“Es una gran alegría estar en este cerro con nuestra historia y, gracias a la visión que tuvo nuestro amigo arquitecto suizo, podemos estar aquí hoy con un techo que nos cobija”, concluye.
swissinfo, Nelson Muñoz Mera, Santiago
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