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“Ser director de orquesta requiere una disciplina extrema”

Medici.tv ofreció en directo el concierto de la Orquesta Tonhalle bajo la batuta de Alondra de la Parra. Twitter

¿Qué se necesita para que haya más mujeres que lleven la batuta al frente de las orquestas? Envíenos su comentario.

La maestra Alondra de la Parra acaba de dirigir por segunda vez la prestigiosa Orquesta de la Tonhalle de Zúrich, la más antigua de Suiza que inauguró nada más y nada menos que Johannes Brahms. La directora mexicana es una promotora incansable del patrimonio musical de América Latina.

En estos momentos de desaliento en que nuestras dos Américas parecen haber quedado atrapadas en medio de cercas, muros y fronteras, y los ánimos hundidos en el desasosiego y la desilusión, aparece la música como el vuelo de una alondra con su maravilloso canto para reconciliar y redimir a todos.

Este ha sido el mensaje de paz y armonía que ha traído nuevamente a Suiza la mexicana Alondra de la ParraEnlace externo, dirigiendo por segunda vez la prestigiosa Orquesta de la TonhalleEnlace externo de Zúrich, con un programa compuesto por Stravinsky, Mozart y Beethoven, y el acompañamiento del joven y talentoso pianista polaco-canadiense Jan Lisiecki.

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Es la cuarta vez que la maestra Alondra de la Parra llega a Suiza, donde ha dirigido conciertos en ciudades como Verbier, Ginebra, Zúrich y Crans-Montana. 

Gracias a sus vibrantes y decididas interpretaciones, ella ha sabido ganarse desde muy temprano la admiración del público y colocarse en pocos años como una de las directoras más sobresalientes de toda su generación. Fue la primera mujer mexicana en dirigir en Nueva York y es considerada hoy día como la Embajadora Cultural Oficial de México.

Nacida en Nueva York en 1980, Alondra de la Parra se trasladó a México con sus padres a los dos años. Se inició en el piano a los 7 y en el chelo a los 13.

Estudió composición en el Centro de Estudios e Investigación de la MúsicaEnlace externo y a su regreso a Nueva York ingresó en la Manhattan School of MusicEnlace externo donde recibió la Beca Presser, y obtuvo su Bachelor of Music en ejecución pianística con Jeffrey Cohen y su Maestría en Dirección Orquestal con Kenneth Kiesler.

Ha dirigido como invitada las orquestas sinfónicas más prestigiosas de Francia, Alemania, Estados Unidos, Japón, Brasil, Suecia y Rusia.

En 2004 fundó la Philharmonic Orchestra of the AmericasEnlace externo (POA), una plataforma para que los jóvenes ejecutantes y compositores de las Américas lleven la música del continente a un lugar preponderante en el repertorio orquestal del mundo.

swissinfo.ch: Maestra, ¿qué representa para usted dirigir la Orquesta Sinfónica de la Tonhalle de Zúrich?

Alondra de la Parra: Es un honor como mexicana y como directora dirigir por segunda vez la Orquesta de la Tonhalle, sin duda la más antigua de Suiza y con un prestigio muy merecido. Una sala que fue inaugurada nada menos que por Johannes Brahms y por donde han pasado los dirigentes más destacados de los últimos años.

Trabajar con los miembros de esta orquesta es maravilloso. Son unos músicos flexibles, con un conocimiento extenso de la música y que dan todo en cada presentación, lo cual hace que su dirigente dé también lo mejor de sí mismo.

swissinfo.ch: ¿Cuáles han sido en esta gira los compositores que ha tenido usted bajo su batuta y las salas en las cuales se ha presentado, antes de su aparición en la Tonhalle?

A.P. Mi concierto anterior al de la Tonhalle de Zúrich fue con la Orquesta de la Suisse RomandeEnlace externo en Ginebra, ahí interpretamos música de [los mexicanos Silvestre] Revueltas, [Carlos] Chávez, [Arturo] Márquez y de Gershwin. Me encanta interpretar música de mi país y ver la reacción tan positiva que esta provoca. Los suizos quedaron maravillados con este repertorio e incluso terminaron bailando y brincando por la sala… 

Antes tuve una larga gira en París con la Orquesta Nacional de Francia, con un repertorio de música latinoamericana y francesa. Asimismo, estuve en Berlín con la Orquesta de la Radio de Berlín con la cual interpretamos ‘La Consagración de la Primavera’, de Stravinsky, uno de los compositores que más dirijo y disfruto. También he estado de gira en Estocolmo dirigiendo las Danzas Sinfónicas de Bernstein, el ‘Concierto para dos marimbas y orquesta’ del sueco Tobias Rönstrom y de [el brasileño Heitor] Villa-Lobos las ‘Bachianas brasileñas’.

swissinfo.ch:Usted pone empeño en dar a conocer los valores que ha dado la música en América Latina, y en particular de México. Ha habido grandes maestros mexicanos como José Pablo Moncayo, Silvestre Revueltas, Mario Lavista y Álvarez del Toro, por ejemplo.

A.P. Soy una gran admiradora y promotora del repertorio mexicano desde que era muy joven. Al fundar la Orquesta Filarmónica de las Américas en Nueva York, mi propósito era justamente ese, dar a conocer los valores de nuestro repertorio nacional. En mi primer disco llamado ‘Alma Mexicana’ se recoge los últimos 200 años de música sinfónica en México y allí incluyo al maestro Moncayo, a Revueltas, a Lavista, junto a varios compositores más como a Federico Ibarra, Enrico Chapela, Ricardo Castro y Gustavo Ernesto Campa.

Creo que nuestra riqueza musical es lo suficientemente amplia y el repertorio mexicano merece un lugar especial en el repertorio de cualquier orquesta internacional.

swissifo.ch: Como usted bien sabe se cuentan con los dedos de la mano las directoras de orquesta que se presentan ante un público internacional. ¿A qué se debe, según usted, esta carencia en el ámbito musical?

A.P. Por mucho tiempo existió una gran discriminación. La dirección de orquesta fue una profesión exclusivamente masculina, de la que quedaban excluidas las mujeres. Esto ha cambiado mucho últimamente y tiene que ver con el esfuerzo y el convencimiento de la propia persona. Ser director o directora de orquesta requiere de una disciplina extrema, una curiosidad muy grande por la música y una autodeterminación para lograrlo.

Ser ejecutante, en cambio, resulta más fácil que ser director(a), pues para esto último se requiere un conocimiento extenso como la teoría musical, un desarrollo especial para refinar el oído, y adaptar los gestos de las manos para comunicar con la orquesta.

Y no solo eso. Hoy día los directores tienen que ser capaces de brindar también una buena organización a la orquesta, saber recaudar fondos, ampliar las audiencias y hacer proyectos educativos. Y todo esto tampoco es fácil si la profesión tiene que compaginarse con una vida de madre. En la actualidad sigue habiendo algo de prejuicio contra las mujeres, pero pienso que si una está bien preparada, es respetuosa, y llega firme y convencida de su trabajo es posible llegar a ser directora de orquesta.

swissinfo.ch: El que dirigió usted en la Tonhalle de Zúrich fue más bien un programa clásico, el carácter y el vigor de la música de Stravinski, la elegancia de los conciertos de Mozart, el romanticismo y la fuerza de Beethoven.

A.P. Fue un programa precioso el que me tocó dirigir con la Tonhalle de Zúrich. Abrimos con el ‘Pulcinella’ de Stravinsky, una composición muy versátil cuyo autor toma una obra con música de Pergolesi y la transforma bajo un nuevo idioma para hacer un ballet llamado, justamente, ‘Pulcinella’. En esta obra cada uno de los miembros de la orquesta muestra sus habilidades como solista, todos ellos tocan como si se tratara de una gran orquesta de cámara.

Después vino el concierto para piano N.9 de Mozart llamado ‘Jenamy’, considerado el primer concierto de Mozart con el cual marca su propio estilo y se diferencia de los demás compositores de su tiempo. El autor tenía 21 años de edad y es cuando se descubre en él una voz especial, un genio único. Con este concierto Mozart cambian muchas de las estructuras del concierto clásico.

Esto mismo sucedió con la ‘Heroica’ de Beethoven, su primera sinfonía que dura cincuenta minutos, donde el compositor rompe las estructuras clásicas de la forma sonata y de la forma sinfónica. Su temática estuvo originalmente inspirada en la figura de Napoleón como un héroe de guerra, pero después Beethoven se decepciona de este personaje francés y borra el título de su obra para cambiarlo por el de ‘Heroica’.

En esta composición Beethoven tenía en mente los elementos que caracterizan al héroe, como la idea del esfuerzo, del combate y también el de la muerte. El segundo movimiento es una marcha fúnebre en la que se está cara a cara con el final de la existencia y el alma intenta recordar episodios de su vida pasada. Pero el destino se impone, es más fuerte que todo y termina por llevarse el alma.

La ‘Heroica’ es una obra espléndida, es la obra que más he dirigido. Son ya diecisiete veces que la he registrado en mi partitura, algo que para mi edad es mucho y me da alegría. Además, estoy feliz de que el 3 de febrero pasado en Suiza haya podido transmitirse en vivo nuestro concierto por Medici TVEnlace externo.


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