“Vienen buscando la felicidad”
Zúrich ha sido sede este fin de semana de una feria singular donde raro era quien no supiera leer la mano, echar las cartas, hacer curaciones espirituales u ofrecer cursos para conocer el arte de las brujas.
Jorge Nopaltzin Guadarrama, curandero, danzador, artesano y defensor de la cultura náhuatl fue uno de los 160 expositores de una cita a la que cientos de suizos acuden desde hace 19 años.
“Vienen buscando la felicidad. Creen que tener todo es suficiente, pero lo que no saben es que la felicidad significa no necesitar nada”, explica Jorge, al tiempo que con su aguja termina una bota de cuero suave “con suelas que yo mismo hago en México”, describe el “chamán” de 62 años de edad, afincado en Bélgica.
Su hijo, Jorge Kokopelli, de 30 años, vive en Suiza desde hace unos años y juntos presentan artesanía realizada de propia mano y amuletos con diversas piedras a las cuales se les atribuyen propiedades especiales como la obsidiana o el ámbar.
Los amuletos son apreciados por sus clientes que se acercan con la esperanza de encontrar el acertado.
-“¿Me bendice este collar?”, pide una cliente a Nopaltzin.
– “Por supuesto, ¿para qué? ¿para el amor? ¿la salud? o…”
– “Para sentirme bien… ¡Para todo!”, responde la anciana con cierta impaciencia.
Las preocupaciones de siempre: el amor y la salud
“El año pasado acudieron 8.000 personas y este año esperamos un número de visitantes similar”, indica Angelika Meier, organizadora de esta feria, “la más grande de la región germanófona constituida por Alemania, Austria y Suiza”. Alrededor de 160 expositores están presentes, muchos de ellos venidos de Alemania.
“El ‘boom’ de lo esotérico se produjo en la década de los años 80, después el interés ha permanecido estable. Las personas quieren encontrar respuestas para mejorar sus relaciones, para permanecer saludables”, agrega Meier.
Sobre una tabla de masaje una mujer sentada y estirando las piernas observa cómo un “terapeuta holístico” le demuestra que tiene una diferencia de poco más de un centímetro entre la longitud de sus extremidades, lo que sería el origen de sus dolores de espalda.
“Usted decide si le hago la curación espiritual.” La interesada acepta la oferta por el precio de 40 francos.
El energetizador cierra los ojos y abre sus brazos frente a la “paciente” recostada para lograr un balance pélvico. Al terminar le demuestra que ya no hay diferencia entre ambas extremidades. Y la mujer asegura sentirse más ligera tras tratamiento. ¿Por qué no acudió con un fisioterapeuta? “Ese camino ya lo hice y sin resultados. Ahora quise probar esto y debo decir que sentí mucha energía en el cuerpo. Y ahora tengo una sensación de más ligereza.”
Búsqueda interior
¿Porqué la gente se interesa por lo esotérico?, pregunta swissinfo a Roy Martina, conocido en el medio por impartir sus terapias de balance emocional y quien invitó a la meditación a varias decenas de seguidores en su taller, parte de las diversas actividades que conforman el congreso paralelo a la feria de tres días en Zúrich.
“La iglesia está perdiendo fuerza y los seres humanos estamos empezando a buscar dentro de nosotros mismos”, asegura Martina.
En cualquier caso, uno de los “stands” es de literatura cristiana con ejemplares de la Biblia, libritos de salmos y otros textos religiosos. La feria esotérica de Zúrich está abierta a todas las tendencias, siempre y cuando no atenten contra el libre albedrío de los visitantes.
“Rechazamos a aquellos que quieran imponer conceptos de presión pues las personas que vienen a la feria quieren y deben decidir por sí solas sobre sus preferencias”, dice al respecto Meier, al frente de esta manifestación desde hace 19 años.
Caminando entre los mostradores se multiplican los ofrecimientos por la lectura de cartas y del aura por costos de entre 40 y 100 francos. Incluso hay un servicio de lectura de las líneas de la mano por computadora, cursos para brujas y sofisticados aparatos para estimular la meditación por más de 1.000 francos.
Y es que pese a las características poco comunes de los participantes, éstos no pueden ignorar al mundo material donde el valor financiero prevalece: “La renta del local es de 2.000 francos y debemos obtener el dinero para costear los gastos”, advierte un expositor.
swissinfo; Patricia Islas Züttel
En Suiza, como en otros países, las religiones cristianas tradicionales están viendo reducir sus filas de adeptos. En parte, muchos deciden declararse sin confesión para evitar los pagos obligatorios a la iglesia católica o a la evangélica.
Si en 1970 el 95 % de la población helvética pertenecía a las iglesias católica o protestante, treinta años más tarde sólo un 75 % se ubica dentro de esas dos principales confesiones cristianas ( 41,8 % católicos y 33 % protestantes).
En los últimos 30 años, los creyentes de ambos credos pasaron de 95 a 75% del total de la población del país.
Se constata un acelerado crecimiento de aquellos que se declaran “sin pertenencia a ninguna religión” (11%).
Algunos deciden experimentar con la espiritualidad sobre la base de otras experiencias foráneas como el budismo, el hinduismo, o los ritos de los indígenas americanos.
La Feria Energía Vital se llevó a cabo del 15 al 18 de marzo en Zúrich.
Es la decimonovena ocasión que esta manifestación tuvo lugar.
Alrededor de 160 expositores acudieron al Centro de Congresos de Zúrich, justo a orillas del lago de la mayor ciudad suiza.
En 2006, 8.000 personas visitaron la Feria.
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