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Estados Unidos y la ofensiva turca empujan a los kurdos a un acercamiento con Asad

Un vehículo militar estadounidense patrulla una carretera cerca de la ciudad de Tal Baydar, en el campo de la provincia de Hasaké, al noreste de Siria, el 12 de octubre de 2019 afp_tickers

La retirada de las tropas estadounidenses del norte de Siria esta semana, seguida de la operación militar turca, allanan el camino para que los kurdos, aliados hasta ahora de Washington, se acerquen al gobierno de Bashar Al Asad, una estrategia que les convendría a ambos, según los expertos.

Las fuerzas kurdas, principal aliado estadounidense en la batalla contra el grupo Estado Islámico, se sienten abandonadas a su suerte después de que las fuerzas estadounidenses se retiraran el lunes de una zona próxima a la frontera entre Siria y Turquía. Dos días más tarde, Ankara lanzó su ofensiva militar.

Desde el inicio de la guerra en Siria en 2011, los kurdos establecieron una autonomía de facto en vastas regiones que estaban bajo su control en el norte de Siria.

Antes de la operación turca, los kurdos de Siria recurrieron a Rusia, aliado de Asad, para que desempeñara un papel de “mediador” en un proceso de “diálogo” con Damasco, que se dijo dispuesto en estos días a aceptar de nuevo a los kurdos.

“La ausencia de las fuerzas estadounidenses podría hacer que recurran a Damasco en busca de ayuda”, dijo a la AFP el analista experto en Siria, Samuel Ramani.

Los kurdos controlan actualmente un 30% del territorio sirio. En esta región han instalado organismos de gobierno autónomos y también tienen sus propias fuerzas de seguridad, sobre todo las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), punta de lanza de la lucha contra el Estado Islámico (EI).

– Un trago amargo –

Las FDS están dominadas por la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG), que a su vez tiene relaciones estrechas con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que libra una guerra de guerrillas contra Ankara.

Ankara considera a las YPG un grupo “terrorista” y debilitarlas al máximo es uno de los argumentos de su ofensiva en el norte sirio.

Para los analistas, el PKK, vía las YPG, está pagando en Siria el precio de dos errores cometidos.

Primero “creyó poder anclar su proyecto político en Siria sin oponerse claramente al régimen de Asad (…) y además creyó poder construir, en la lucha contra el yihadismo, una alianza duradera con Estados Unidos”, estima el analista Jean-Pierre Filiu.

Damasco, que ha acusado a los kurdos de traición por su alianza con Washington, rechaza su autogobierno y quiere que se restablezcan las instituciones del gobierno central en las zonas controladas por ellos.

En estos días, el viceministro de Relaciones Exteriores, Faisal Mekdad, dijo que Damasco está listo para dar la bienvenida a los kurdos, pero subrayó que el gobierno no renunciará al control ni de “una pizca de tierra” en este país devastado por la guerra.

Waddah Abed Rabbo, jefe de redacción del periódico progubernamental sirio Al Watan, dijo que los kurdos tendrían que hacer desaparecer sus milicias para propiciar este acercamiento.

“Tienen que entregar todas sus armas al ejército sirio y unirse a él para luchar juntos contra la incursión de Turquía”, escribió en un editorial.

Pero estas condiciones parecen dificiles de aceptar. “Las FDS no quieren reconciliarse con Asad y aceptar unas condiciones que exijan renunciar a su autonomía”, estimó el experto en Siria, Nicholas Heras. “Acercarse a Asad podría ayudar a controlar a Turquía pero sería un trago amargo para los kurdos”, agregó.

– Quién gana con la ofensiva turca –

A corto plazo, los kurdos “no deben esperar ninguna ayuda de Damasco” para frenar la ofensiva turca, según Alexey Malashenko, experto del Instituto de investigación sobre el diálogo de las civilizaciones.

Además, los kurdos tampoco están en condiciones de exigir gran cosa a Damasco, que controla el 60% del país e insiste en que recuperará el control del 100%.

“La solución no atenderá las condiciones exigidas por los kurdos”, explico Samuel Ramani.

En este momento, las zonas ricas en recursos, principalmente yacimientos de petróleo, del este de Siria, esenciales para el régimen de Damasco, siguen estando bajo control kurdo.

“Desde un punto de vista estratégico, Rusia y el régimen sirio son los que más se benefician de la operación (militar de Turquía)”, dijo el Grupo Eurasia, consultor en riesgos políticos.

La institución subraya los “inmensos beneficios” que Damasco obtendría de un acuerdo con los kurdos, que permitiría a Asad retomar el control de estos zonas ricas del este del país.

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