Australia apura una campaña electoral marcada por la inflación y China
Rocío Otoya
Sídney (Australia), 17 may (EFE).- La campaña electoral en Australia afronta su recta final ante los comicios de este sábado, con el opositor Partido Laborista en cabeza en los sondeos, marcada por el desenfrenado aumento del coste de vida y las difíciles relaciones con China, su primer socio comercial.
El actual primer ministro, Scott Morrison, al frente de la conservadora coalición liberal-nacional sufre un enorme desgaste de imagen a la que se suma la escalada de precios que desmonta la imagen de buen gestor económico de la que presume.
Este martes, Morrison, que asumió el cargo en 2018, reiteró la «fortaleza» de la economía australiana desde que su partido recuperara el poder en 2013, durante una acto en la norteña ciudad de Darwin.
Con la esperanza de repetir la victoria electoral de 2019 a pesar de tener las encuestas en contra, Morrison prosigue con una campaña intensa centrada en la economía y la medalla de que el país, a diferencia de otras naciones, solo sufrió una breve recesión durante la pandemia de la covid-19.
MORRISON, CAMPAÑA CUESTA ARRIBA
Sin embargo, la coalición tambalea frente a una inflación de un 5,1 por ciento, la más alta en dos décadas, los precios disparados de los combustibles, alimentos y las hipotecas por el alza en los tipos de interés, en momentos en que los trabajadores ven estancados sus salarios.
A esto se suman las críticas a la gestión del Gobierno frente a los sucesivos desastres naturales, las políticas frente al cambio climático y la amenaza de que China se expanda militarmente en la región del Indopacífico tras firmar el mes pasado un pacto de seguridad con Islas Salomón.
La ministra de Interior, Karen Andrews, llegó a sugerir que Pekín buscaba influir en los comicios al anunciar el pasado abril este pacto que despertó los temores de que China establezca una base militar en la pequeña nación del pacífico, aliada tradicional de Australia.
Las cuestiones de género, que saltó al primer plano de la política después de que una asesora del Partido Liberal denunciara que fue violada en 2019 por un antiguo colega en el Parlamento, también han estado presentes en la campaña.
El primer ministro, que fue acusado de no hacer nada ante aquel asunto, ha vuelto a ser criticado por defender a la candidata liberal Katherine Deves, quien expresó este mes que los menores transexuales son «mutilados quirúrgicamente y esterilizados».
«Morrison está claramente desgastado», explicó a Efe Ferrán Martínez i Coma, académico de la Universidad de Griffith, en el estado de Queensland, que sostiene que la coalición «no ha hecho los deberes o no los ha podido hacer» en lo que respecta al «tratamiento a las mujeres, la falta de acción decisiva con el cambio climático y el asunto de la integridad y, por ende, la corrupción».
LOS LABORISTAS BUSCAN UN CAMBIO
En la otra esquina de la contienda electoral, el líder laborista Anthony Albanese además de centrarse en su agenda social, ha puesto el foco en el cambio de las políticas contra el cambio climático de Australia, uno de los mayores contaminadores del planeta si se toman en cuenta sus exportaciones.
Los laboristas también apuestan por dar un nuevo enfoque diplomático a las congeladas relaciones con Pekín, con quien desde hace años Camberra mantiene roces diplomáticos a pesar de ser su principal socio comercial.
«No podemos cambiar a China ni el modo en que decide relacionarse con nosotros, pero lo que podemos hacer es centrarnos en construir el tipo de región que queremos», dijo Penny Wong, portavoz laborista de Exteriores la semana pasada en el Club de la Prensa en Camberra.
Según Martínez i Coma, que incide se han soslayado temas claves como la educación en la campaña electoral, Albanese conoce por su origen humilde «muchos problemas que los australianos enfrentan», aunque no es «el mejor (candidato) haciendo campaña».
Las últimas encuestas conceden hoy una leve ventaja a los laboristas de Albanese, y abren la posibilidad a un gobierno en minoría ya que ninguna de las dos principales fuerzas políticas lograría 76 de los 151 escaños del Legislativo en liza.
Por ello, formaciones políticas como el Partido Verde, que tiene actualmente un diputado y aspira a más curules, y los candidatos independientes se alistan para potenciales alianzas de gobierno. EFE
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