Bangladesh celebra un año nuevo bengalí dividido por críticas islamistas

Dacca, 14 abr (EFE).- Bangladesh celebró este viernes el año nuevo bengalí dividido por la presión de grupos religiosos que consideran que el colorido festival «Mangal Shobhajatra», patrimonio inmaterial de la humanidad de la Unesco y con más de tres décadas de historia, es un acto antiislámico.

Cientos de personas bailaron al ritmo de tambores y a la sombra de vistosas esculturas gigantes de papel maché, representando elefantes y tigres entre otros animales, en la capital del país asiático, con motivo del primer día del calendario bengalí.

Lo hicieron, sin embargo, entre medidas de seguridad y la controversia desatada por los islamistas frente al deseo del Gobierno de extender esta celebración del carácter laico de Bangladesh, un país de mayoría musulmana pero tradicionalmente moderado.

Las críticas islamistas contra el «Mangal Shobhajatra», organizado principalmente por estudiantes de bellas artes universitarios y celebrado desde 1989, comenzaron el pasado domingo y en pleno mes sagrado de Ramadán, cuando un abogado del Supremo pidió a las autoridades en una circular que impidiesen su celebración.

El festival «daña las creencias de los musulmanes» y es «representación visible del insulto a la religión del islam», arguyó el letrado Mahmudul Hasan.

Lejos de amedrentarse, el Ministerio de Educación bangladesí ordenó el pasado martes a escuelas e institutos de todo el país celebrar procesiones similares, un mandato que fue extendido también a los centros educativos religiosos.

La ordenanza fue vista como un ataque contra la libertad de religión por el tutor legal de un estudiante capitalino, que recurrió al Supremo, dijo a EFE su abogado Azim Uddin Patwary.

“Los eruditos islámicos dicen que esta manifestación está en conflicto con el Islam (…) y nuestra Constitución garantiza la libertad de religión», según Patwary.

El Supremo ha evitado pronunciarse por el momento, pero la creciente presión islamista empujó al Gobierno bangladesí a dar marcha atrás y retirar la imposición de las marchas, ya que los fundamentalistas ven en esta tradición un festival hindú.

«Mangal es una palabra hindú», afirmó categórico a EFE el director de una escuela islámica, Mufti Imran Mazhari, que afirmó no haber asistido «jamás» a las celebraciones.

El viceministro de Educación, Mohibul Hasan Chowdhury, negó a EFE que las procesiones fueran suspendidas por un desafío legal o por temor a los islamistas.

«En el mes de Ramadán, si los niños se unen a una manifestación durante el ayuno, existe la posibilidad de que sufran un golpe de calor.Por eso se canceló la manifestación. No nos preocupan los asuntos religiosos. Nuestro preocupación es la seguridad física de los estudiantes», dijo Chowdhury.

En Bangladesh, que entre 2013 y 2016 sufrió una ola de ataques islamistas con asesinatos a críticos con el fundamentalismo, no faltan los defensores del festival.

«Quienes se oponen a Mangal Shobhajatra quieren enfrentar la religión y la cultura para su beneficio político. Están malinterpretando la religión. No se les debe dar demasiada importancia», dijo a Efe Ghulam Quddus, presidente del grupo cultural Sammilita Sangskritik Jote.

Además de la criticada procesión festiva, personas de todas las edades, religiones y etnias se unieron a las celebraciones de año nuevo con canciones, recitaciones de poesía, ferias y muchos programas culturales que comenzaron al amanecer y que generalmente duran hasta la noche.

Las celebraciones tradicionalmente comienzan temprano en la mañana con canciones y recitaciones de poesía organizadas por Chhayanaut, una organización cultural líder en el país, en el corazón de la capital.

La organización cultural ha realizado el programa todos los años desde la independencia de Bangladesh, excepto en 2020 y 2021, cuando no se permitieron reuniones masivas como parte de las medidas para contener el brote de coronavirus.

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