Bolivia: el fútbol femenino juega contra la falta de formación y estructura
La Paz, 6 mar (EFE).- El fútbol femenino en Bolivia busca crecer en medio de las barreras que impiden la formación desde las categorías menores y una estructura institucional que favorezca el desarrollo de esta disciplina, que aún está lejos del nivel de las potencias suramericanas.
La práctica de este deporte por parte de las mujeres en Bolivia tiene alrededor de unos 30 años y se inició con los campeonatos en los departamentos de Santa Cruz, Cochabamba y Tarija, a los que luego se sumaron otras regiones como La Paz.
Sin embargo, la ruta hacia el profesionalismo se produjo cuando en 2018 organismos como la FIFA y Conmebol instaron a los equipos profesionales de cada país a tener un equipo femenino.
La exseleccionadora de Bolivia Zdenscka Bacarreza dijo a EFE que ese tránsito hacia el nivel profesional se hizo «por obligación» y que muchos clubes terminaron por absorber a otros equipos y academias que se dedicaban a la formación de divisiones inferiores.
«A nivel internacional estamos estancadas, no se está trabajando en las bases», lamentó.
Si bien hay torneos regionales que luego dan paso a un maratónico campeonato nacional con algunos equipos que ya tienen hinchada y una plantilla con salario, está claro que la brecha con el fútbol masculino sigue siendo enorme.
Un ejemplo está en el nivel económico puesto que, según Bacarreza, algunos equipos han comenzado a pagar un monto de unos 300 dólares a una parte de sus jugadoras, mientras que otras perciben cantidades menores o se dedican a esa práctica casi de manera honoraria.
A su juicio, es necesario que «por lo menos» se pague a las futbolistas el salario mínimo nacional equivalente a unos 323 dólares, que se les garanticen los beneficios por maternidad, o que las que deben combinar la práctica del deporte con otras obligaciones laborales tengan garantías para no perder su trabajo por entrenar.
Bacarreza consideró que el fútbol femenino aún es «la última rueda del coche», ya que todavía falta por consolidar una estructura institucional que permita la presentación de proyectos, además de la profesionalización de árbitras, entrenadoras y dirigentes.
De cara a la conmemoración este 7 de marzo del Día del Fútbol Sudamericano Femenino «no tenemos nada que celebrar», sostuvo la estratega.
La exentrenadora de las divisiones menores y la selección absoluta de la Verde femenina manifestó que la sostenibilidad de los torneos y la inversión en el desarrollo de las competiciones son algunos de los temas pendientes. EFE
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