Cadena perpetua para un responsable de Al Qaeda por ataques contra embajadas de EEUU en África

Un juez federal de Nueva York condenó el viernes a cadena perpetua al empresario saudí Jalid Al Fawaz, hallado culpable de haber conspirado con Al Qaeda en los atentados contra embajadas de Estados Unidos en África en 1998, indicó la fiscalía.
Fawaz, de 52 años, había sido declarado culpable en febrero de cuatro cargos, entre ellos conspiración para matar a estadounidenses y destruir propiedad en los atentados contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania en 1998, que dejaron 224 muertos y unos 5.000 heridos, precisó la fiscalía federal.
El viernes, el juez federal Lewis Kaplan decidió condenar a cadena perpetua al empresario saudí, que ya ha pasado 16 años en prisión desde su detención en Londres en septiembre de 1998.
Según las pruebas presentadas por la fiscalía en el juicio, que duró seis semanas entre enero y febrero, Fawaz lideró uno de los centros de terroristas originales de Al Qaeda en las montañas de Afganistán, ayudó a encabezar una célula terrorista en Kenia y pasó años «construyendo y difundiendo» el mensaje de la agrupación desde Londres.
Fawaz ayudó a Bin Laden a declarar su sangrienta guerra contra Estados Unidos en 1996 y ocupaba el noveno lugar en una lista de 107 nombres del pequeño grupo de Al Qaeda en sus primeros tiempos, de acuerdo con la misma fuente.
Fawaz batalló durante 14 años para no ser extraditado a Estados Unidos desde Reino Unido.
El fiscal federal de Nueva York Preet Bharara lo definió como «uno de los lugartenientes iniciales y de más confianza de Osama Bin Laden». «Fawaz fue el puente de Bin Laden a Occidente, facilitando entrevistas de Bin Laden en Afganistán con la prensa occidental y diseminando la declaración de 1996 de Bin Laden de la yihad contra Estados Unidos y su ‘fatwa’ de 1998 llamando a todos sus seguidores a matar a estadounidenses en el mundo entero», afirmó en un comunicado.
«Fawaz conspiró con un régimen asesino y el resultado fue un saldo horroroso de terror y muerte. El precio que pagará, apropiadamente severo como es, no puede posiblemente compensar a las víctimas y sus familias», agregó.