Christiane Taubira, el verso libre de la izquierda en Francia

La popular exministra Christiane Taubira, quien se convirtió este sábado en la enésima candidata de izquierdas a la elección presidencial en Francia, ostenta la imagen de mujer luchadora que logró el matrimonio homosexual y una simbólica ley contra la esclavitud.
Este mujer menuda, nacida el 2 de febrero de 1952 en el seno de una familia modesta en el territorio sudamericano de Guayana Francesa, dio el paso con el objetivo de intentar unir a una izquierda en horas bajas en torno a un solo candidato, algo que parece imposible.
«Soy candidata a la presidencia de la República» para lograr «un Estado más atento, más cuidadoso, más justo, más eficiente», dijo desde Lyon (este) al anunciar su candidatura a una primaria popular, en la que por ahora es la única aspirante de peso.
A sus 69 años, este será su segundo intento. La entonces diputada por Guayana Francesa se presentó en 2002 a la presidencial con el Partido Radical de Izquierda, rivalizando con su socio socialista Lionel Jospin y consiguiendo un bajo 2,32% de votos.
Para entonces, esta mujer cultivada, que no duda en citar a poetas antillanos como Aimé Césaire o Léon-Gontran Damas, ya había dado su nombre un año antes en Francia a una ley que reconocía la trata y la esclavitud como crímenes contra la Humanidad.
Simpatizante de las tesis independentistas en su juventud, sus inicios en política arrancan en 1993 cuando es elegida diputada por el movimiento Walwari, fundado con su marido Roland Delannon, con quien tuvo cuatro hijos y de quien se divorció más adelante.
Taubira es diplomada en economía, industria agroalimentaria, sociología y etnología afroamericana, este último uno de sus temas predilectos como demostró en el homenaje que rindió en 2015 al fallecido escritor uruguayo Eduardo Galeano.
«Eduardo Galeano, espíritu rebelde, estudioso de los misterios de esta América Latina amerindia, mestiza y negra, aún canta a la luna y al sol», tuiteó la entonces ministra de Justicia de presidente socialista François Hollande.
– Auge y caída como ministra –
Pese a su nombramiento inesperado, Taubira supo forjarse su imagen actual al lograr la aprobación de la ley sobre el matrimonio homosexual, pese a la fuerte oposición de los católicos conservadores y los ataques de la extrema derecha, que la comparan con un mono.
Tras este éxito, la revista Le Nouvel Observateur (centro izquierda), la equipara con figuras como Robert Badinter, que logró la abolición de la pena de muerte, y Simone Veil, artífice de la del aborto. Sin embargo, no consiguió imponerse en el ejecutivo.
A principios de 2016, cuando la conmoción de los atentados yihadistas de 2015 en Francia era todavía patente, Taubira presenta su dimisión por su oposición a la polémica propuesta de Hollande de retirar la nacionalidad francesa a los binacionales.
Criticada por la derecha por su supuesto «laxismo» en temas de seguridad, su regreso a la primera línea política no se anuncia fácil, máxime cuando a finales de septiembre rechazó llamar a la vacunación anticovid, provocando el enfado del gobierno.
A esta política que le gusta cultivar el «misterio», como sobre su candidatura a la presidencial, se la conoce también por su carácter firme, en ocasiones tajante, como demuestran los cambios de colaboradores en su gabinete cuando era ministra.
Su camino al Elíseo se anuncia complicado. Si logra la investidura como candidata tras una primaria ciudadana, a continuación debe convencer a los franceses, desde el 4,5% de intención de voto que le otorgan los sondeos en una campaña escorada a la derecha.
La izquierda tiene complicado pasar al balotaje de la presidencial, dividida en casi una decena de candidatos irreconciliables como el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, el ecologista Yanick Jadot, la socialista Anne Hidalgo o el comunista Fabien Roussel.
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