La UE sume en la incertidumbre a los científicos
Suiza ya no forma parte de la ‘Liga de Campeones’ de la investigación europea. En los círculos científicos reina la incertidumbre, desde que la Unión Europea (UE) decidió congelar la participación de los institutos suizos en el programa de investigación ‘Horizon 2020’.
Marc Donath estaba a punto de enviar su solicitud de financiación para un amplio estudio sobre la diabetes en colaboración con 22 centros en Europa y Estados Unidos, cuando supo que el futuro de su proyecto valorado en 5,9 millones de euros quedaba en el aire.
“He enviado la solicitud, aunque no estoy seguro de que mi proyecto de investigación cooperativa sea aprobado”, afirma el médico jefe del Hospital Universitario de Basilea.
“Es el típico ejemplo de una investigación que no podemos llevar a cabo sin colaboración internacional. En un país del tamaño de Suiza es imposible reunir un número suficiente de casos para analizar. Y no hay otra institución que pueda financiar un proyecto de esta envergadura”.
La participación en los programas marco de la UE es un factor clave del éxito de Suiza en el campo de la investigación y la innovación. Entre 2007 y 2013, los institutos helvéticos consiguieron cerca de 1.700 millones de euros para sus proyectos (véase recuadro).
Iniciativa antiinmigración
Pero la situación ha cambiado radicalmente desde que los ciudadanos suizos aprobaron la iniciativa destinada a limitar la inmigración. En respuesta a la votación del 9 de febrero, el Consejo Europeo ha excluido a Suiza como país asociado, ha suspendido la colaboración entre científicos de instituciones helvéticas y sus socios europeos y ha descartado financiaciones ulteriores en el marco del programa Horizon 2020.
El Fondo Nacional Suizo para la Investigación Científica (FNS), con el respaldo de la Secretaría de Estado de Educación, Investigación e Innovación, adoptó enseguida una medida transitoria y ofrece a los investigadores una alternativa temporal en sustitución de las prestigiosas becas Starting y Consolidator Grants del Consejo Europeo de Investigación (CEI).
“Tenemos que salvaguardar la internacionalidad, competitividad y eficiencia de la investigación en Suiza a través de medidas específicas hasta que se alcance un nuevo acuerdo político con la UE”, declaró el FNS. Gracias a esta rápida respuesta, muchos científicos desconcertados pueden proseguir su labor; por ahora.
Solución transitoria
El presidente del consejo de fundación del FNS, Martin Vetterli, puntualiza que estas medidas constituyen una solución momentánea, puesto que “a medio y largo plazo es imposible suplir la falta de competitividad internacional” que hasta ahora garantizaba el programa Horizon 2020.
Bajo este nombre se conoce el mayor programa de investigación e innovación que dispone de cerca de 80.000 millones de euros para el periodo 2014-2020. El objetivo del programa marco de la UE para la investigación e innovación es asegurar la competitividad de Europa, eliminar los obstáculos a la innovación y facilitar la colaboración entre los sectores público y privado en materia de innovación.
Según Laure Ognois, directora de investigación de la Universidad de Ginebra, cerca de 3.900 investigadores de Suiza participaron en el programa marco europeo durante el periodo 2007-2013. Recibieron 1.700 millones de euros, de los cuales el 70% asignado a institutos de investigación y el 30% a las empresas.
Ernst & Young Suiza considera que las pequeñas empresas de biotecnología son las más afectadas. Según estima un experto, hasta un 50% de los fondos de investigación que recibe la consultora provienen del programa europeo.
Muchos científicos que dependen de las subvenciones se sienten perdidos. Para algunos, la congelación de los fondos de la UE ha alterado el calendario de su proyecto. Otros se han visto obligados a abandonar sus investigaciones por falta de fondos. Pero lo peor es que los socios europeos consideran a Suiza como un “país tercero” –en el mismo nivel que Japón o Estados Unidos-, lo que dificulta aún más las colaboraciones.
“El FNS nos ha proporcionado una solución transitoria, pero estamos fuera de competición”, sostiene Olivier Küttel, responsable de asuntos públicos europeos en la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL).
“Nos hemos quedado fuera de la Liga de Campeones”, dice para establecer una analogía entre los científicos suizos y los clubes de fútbol ingleses sancionados tras la tragedia del estadio de Heysel y no jugar en competición europea durante varios años.
Fuga de cerebros
“La prioridad del Gobierno sigue siendo la asociación completa al programa Horizon 2020, lo cual es de interés para la plaza científica y las pequeñas y medianas empresas”, afirmó el ministro suizo de Economía, Johann Schneider-Amman, a principios de abril.
“Si la clase política no encuentra rápidamente una solución, se considerará cada vez más arriesgado colaborar con investigadores suizos. Y esto conllevará una fuga de cerebros de las universidades suizas”, alerta Laure Ognois. La directora de investigación de la Universidad de Ginebra asegura que la reputación de la investigación en Suiza, así como la confianza de los científicos en el sistema helvético pueden verse seriamente afectadas.
“Cuatro de los doce investigadores que se disponían a solicitar una subvención del Consejo Europeo de Investigación -y que representan la excelencia de hoy y de mañana- han abandonado la Universidad de Ginebra”, agrega Laure Ognois.
Desde que el Gobierno puso en marcha un programa de acompañamiento, el FNS ha recibido 145 solicitudes de Starting Grants, por valor de 1,5 millones de francos cada una. La suma total para becas asciende a 210 millones de francos, según el FNS.
Pero el dinero no lo es todo. La marca Consejo Europeo de Investigación es también una distinción, véase un trofeo. Conseguir una subvención del CEI es importante para la carrera de un científico, especialmente para los jóvenes, explica Olivier Küttel, de la EPFL.
Los centros de investigación en Suiza podrán participar en el programa europeo Horizon 2020, pero no tendrán acceso a las principales fuentes de financiación. Además, serán excluidos de los comités científicos estratégicos y de los grupos de expertos. Esto significa que carecerán de voz en las decisiones sobre el futuro de los programas científicos europeos.
Para los investigadores será más difícil recibir becas del Consejo Europeo de Investigación (CEI). Por esta razón, el Fondo Nacional Suizo (FNS) ha lanzado un programa temporal de ayudas. De las 145 solicitudes recibidas hasta finales de marzo, el 88% provenían de investigadores que trabajan en institutos suizos. Solo el 36% de ellos tienen nacionalidad suiza, lo cual refleja el “carácter internacional de nuestros centros de investigación”, recalca el FNS.
El CEI es, después del Fondo Nacional Suizo, la segunda fuente de financiación más importante para los institutos helvéticos. Entre 2007 y 2013, las aportaciones sumaron 500 millones de francos.
Conmoción y frustración
Dennis Gillingham, profesor de Química en la Universidad de Basilea que estudia cómo se regula la información genética, contaba con las subvenciones europeas para internacionalizar sus investigaciones. La decisión de Bruselas fue como un jarro de agua fría. El químico canadiense es uno de los científicos que, al haber transcurrido los siete años posteriores al doctorado, no pueden optar a una beca Starting Grant del CEI.
“El prestigio que va asociado a estas subvenciones las convierte en imprescindibles para acceder a un puesto permanente en las universidades europeas”, explica Gillingham. Puede solicitar otra ayuda a la UE para los próximos años, pero está claro que los demás candidatos juegan con ventaja.
“Esta era mi última oportunidad para pedir una beca del CEI destinada a los investigadores en fase inicial de su carrera. Mis opciones de conseguirla eran como las de un gran pez en una piscina minúscula. A partir de ahora, son las de un pez pequeño en una piscina grande. Y con una competencia mucho más feroz”, lamenta el científico.
Al igual que muchos científicos llegados del extranjero, Dennis Gillingham empieza a dudar si Suiza se mantendrá a la vanguardia de la investigación. Una posición que ha conseguido gracias al apoyo del Gobierno, los mecanismos para comercializar los nuevos descubrimientos y la proximidad de la industria del medicamento: “Si persiste el riesgo de que te quedes sin fondos, los mejores talentos se irán”.
Su colega Christian Sengstag, jefe de investigación de la Universidad de Basilea, agrega: “Suiza perderá atractivo para los científicos extranjeros. Los principales candidatos se lo pensarán dos veces antes de aceptar un puesto en Suiza y arriesgarse a tener que prescindir de una fuente de financiación importante como es la europea”.
Human Brain Project
Cabe recordar que solo se ven afectadas las solicitudes presentadas en la primavera de 2014 y no los proyectos que reciben ya financiación de la UE. Es por esta razón que la financiación del Human Brain Project se mantiene hasta 2016. ¿Qué pasará luego?
“Estamos preocupados”, declaraba recientemente Henry Markram, profesor de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y jefe del proyecto. Horizon 2020 es una fuente de financiación clave del Human Brain Project. En este momento estamos compilando una documentación más detallada para Horizon 2020. Un ejercicio difícil, porque no tenemos la certeza de que seguiremos contando con subvenciones europeas”.
Y cambiar de país tampoco es una opción. “La implantación en Suiza es fundamental para desarrollar el Human Brain Project”, puntualiza Henry Markram.
Si la colaboración con Horizon 2020 no se resuelve de aquí al próximo año, tendrá “graves consecuencias para el conjunto de la investigación en Suiza”, sentencia Olivier Küttel. “Para triunfar no se necesita solamente dinero, sino también colaborar con los mejores investigadores del mundo”.
(Traducción del inglés: Belén Couceiro)
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