De correr delante de las balas en Corea a ser homenajeado por Biden
Washington, 21 may (EFE).- Durante la Guerra de Corea (1950-1953), el teniente primero Ralph Puckett corrió campo a través para atraer las balas de soldados chinos y proteger a su batallón. Setenta años después, el presidente de EE.UU., Joe Biden, honró a este héroe con la Medalla de Honor, el mayor reconocimiento militar del país.
«Puckett ha mostrado un heroísmo extraordinario y un altruismo más allá del sentido del deber», afirmó Biden durante la ceremonia para la entregada de la medalla, a la que también acudió el presidente surcoreano, Moon Jae-in, el primer mandatario extranjero que acude a un acto de este tipo.
Frente a decenas de personas, Biden narró la historia de Puckett y cómo el 25 de noviembre de 1950 lideró a un batallón de 51 estadounidenses y nueve surcoreanos en una batalla contra las fuerzas chinas en la llamada «colina 205», un rincón helado en lo que es ahora Corea del Norte.
Entonces, a plena luz del día, Puckett decidió intencionadamente correr campo a través para atraer el fuego de los soldados chinos y permitir que su batallón avanzara y destruyera posiciones enemigas hasta hacerse con la «colina 205».
«Parece que el instinto de supervivencia no era una de las mayores preocupaciones para el teniente», bromeó Biden, quien recordó que ya de niño Puckett había desarrollado la extraña afición de correr por delante de vehículos que iban a toda velocidad.
El gobernante hizo una pausa, se santiguó y desató las risas del público para luego seguir con su historia.
Y es que, a pesar de los avances, cuando calló la noche y las temperaturas bajaron, Puckett y su batallón se enfrentaron a seis ataques con cientos de soldados chinos disparando con proyectiles de mortero, ametralladoras y armas pequeñas para intentar retomar esa posición estratégica.
Durante el ataque, el teniente primero resultó gravemente herido y apenas podía moverse. Ordenó a sus hombres que huyeran y lo dejaran atrás, pero ellos desobedecieron y acudieron a socorrer a su jefe.
«Sabiendo que sus hombres estaban en una situación precaria, el teniente Puckett pidió a sus hombres que le dejaran atrás y que evacuaran el área, en cumplimiento de un gran sentido del deber. Pero los soldados se negaron y consiguieron sacarle de su trinchera mientras seguían bajo el fuego enemigo».
Finalmente, el teniente primero y sus hombres encontraron refugio, aunque perdieron la «colina 205».
El enfrentamiento se produjo al comienzo de la batalla del río Ch’ongch’on, un momento crucial en la Guerra de Corea en el que Washington se vio sobrepasado por la fuerza de China, que obligó a las tropas estadounidenses a replegarse al paralelo 38 y que eventualmente acabó con la firma en 1953 de un armisticio que nunca ha sido reemplazado por un tratado de paz definitivo.
Puckett, que ahora tiene 94 años y vive en Columbus (Georgia), escuchó la narración de Biden sentado en silencio y con la mirada en el suelo.
El hombre, que más tarde ascendió a coronel, acudió a la ceremonia acompañado de un andador y con dos personas que lo sujetaban de los brazos para ponerse de pie, pero con una pose seria, solemne y un uniforme militar repleto de medallas.
A su colección se sumó hoy la Medalla de Honor: un estrella dorada de cinco puntas con una cinta azul celeste que se cuelga del cuello.
Después de que Biden le colocara la cinta alrededor del cuello, ambos intercambiaron unos susurros y un prolongado apretón de manos.
Toda la ceremonia tuvo un aire afectuoso: el propio Puckett se puso de pie en un momento para abrazar a Moon y, en otro instante, los presidentes estadounidense y surcoreano se pusieron de rodillas a la misma altura que el veterano de guerra, sentado en una silla, para hacerse una foto con él y con el resto de su familia. EFE
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