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El 2024 pasa factura a la automoción nipona y los aranceles pintan horizonte aún más negro

Tokio, 14 may (EFE).- Los grandes fabricantes automovilísticos japoneses han vivido un ejercicio 2024 de claro retroceso, con caída en los beneficios para los gigantes Toyota y Honda, debido a menores ventas y mayores costes, y con pérdidas millonarias para su otro referente, Nissan, todo ello antes del golpe que el sector espera por los aranceles para el presente ejercicio.

Toyota anticipó el panorama gris en la industria automotriz del país asiático con la presentación el pasado día 8 de su informe financiero anual -el ejercicio fiscal japonés abarca desde el 1 de abril al 31 de marzo del año siguiente-, que constató un recorte de beneficios del 3,6 %, hasta 4,76 billones de yenes (unos 28.960 millones de euros al cambio actual), por una caída de ventas.

La firma nipona, que se mantuvo en el año natural de 2024 como líder del sector a nivel global por volumen de ventas, señaló que en lo que respecta al ejercicio fiscal japonés vendió un 0,8 % menos de vehículos de la marca, 9,362 millones, mientras que las comercializaciones del grupo, que incluyen a la firma de lujo Lexus, retrocedieron un 0,7 %, hasta 11,011 millones.

Esta contracción estuvo principalmente motivada por la suspensión temporal de la producción y las llamadas a revisión de varios de sus modelos por las irregularidades en las certificaciones de su filial especializada en camiones y vehículos comerciales Hino, que, si bien no suponían ningún problema de seguridad, empañó su desempeño.

A ello se sumaron los mayores coste en inversiones, según añadió.

En la víspera fueron los otros dos principales fabricantes nipones del sector quienes publicaron sus resultados, Honda y Nissan, los primeros desde su fallido plan de fusión, que buscaba potenciar su competitividad global en una industria que cambia rápidamente y en la que en los últimos años han surgido potentes competidores.

El beneficio de Honda cayó un 24,5 % en su último ejercicio, hasta 835.837 millones de yenes (5.080 millones de euros), pese a la venta récord de motocicletas (20,57 millones de unidades), su sector de mayor peso, por el incremento de costes, explicó.

Nissan, por su parte, que atraviesa una delicada situación financiera, incurrió en unas pérdidas netas de 670.900 millones de yenes (4.065 millones de euros), debido a una caída de sus ventas de vehículos, del 2,8 % interanual, hasta 3,35 millones de unidades, por el desplome de sus comercializaciones en China.

La sombra de los aranceles

Esto resultados se producen, además, sin tener en cuenta la vorágine arancelaria del presidente estadounidense, Donald Trump, que desde su regreso al Despacho Oval ha aprobado una serie de subidas arancelarias, entre ellas una del 25 % para las importaciones de vehículos, que dibujan un horizonte aún más negro.

El gravamen que enfrentan los fabricantes nipones para el mercado estadounidense tras el alza es del 27,5 %, sustancialmente superior.

Teniendo en cuenta que Norteamérica, con Estados Unidos a la cabeza, representa alrededor del 30 % de las ventas globales para Toyota y en torno al 40 % para Honda y Nissan, todos ellos vaticinan una sustancial caída de beneficios por las medidas de Trump y han emitido unas previsiones pesimistas para el ejercicio en curso.

En lo que respecta a Toyota, el líder mundial prevé que su beneficio se contraiga un 34,9 % interanual en el ejercicio que cerrará a finales de marzo de 2026 y no descarta empeorar aún más sus estimaciones, dado que sólo ha tenido en cuenta hasta el momento el impacto de la subida arancelaria en los meses de abril y mayo.

Toyota ha estimado dicho impacto en unos 180.000 millones de yenes (1.100 millones de euros) en esos dos meses.

En la misma línea, Honda ha dicho que calcula que los aranceles estadounidenses al motor, que no se limitan a los vehículos terminados, sino que incluyen la importación de componentes (cuyo gravamen ha sido elevado también un 25 %), ocasionen una contracción de su beneficio neto del 70,1 %.

Aunque sus estimaciones económicas siguen siendo inciertas en este escenario, Honda ha determinado en sus cálculos los niveles mínimos de beneficio teniendo en cuenta el impacto en los 12 meses del ejercicio en todos los elementos posibles actualmente y las medidas que tendrá que adoptar para compensar los incrementos arancelarios.

Nissan, por su parte, se abstuvo directamente de adelantar sus previsiones, citando la incertidumbre arancelaria.

Los pésimos resultados cosechados el pasado ejercicio le han llevado a tomar la drástica decisión de duplicar los despidos que tenía inicialmente previstos en el marco de su reestructuración para solventar sus dificultades financieras y que afectarán por el momento a 20.000 empleados, alrededor del 15 % de su plantilla.

La empresa ha decidido también reducir el número de sus fábricas de producción de vehículos en todo el mundo desde las 17 actuales hasta 10, lo que supondrá un recorte de la producción global del 30 %, excluyendo a China, y ha asegurado que como parte de sus esfuerzos para mitigar el impacto de los aranceles seguirá reasignando la producción.

Los inversores han castigado a los fabricantes ante este panorama. Honda y Nissan cayeron este miércoles, un día después de presentar sus resultados un 2,86 % y un 0,7 %, respectivamente; mientras que las acciones de Toyota se devaluaron un 3,52 %. EFE

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