El legado de las mujeres de negro y su lucha por la memoria
Paula Jiménez Belmonte
Bruselas, 12 nov (EFE).- “Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”, dijo una de los familiares de las mujeres de negro. Ellas velaron los cadáveres de 400 personas asesinadas en la Guerra Civil española, muchos eran sus maridos o hijos, y protegieron su memoria durante la dictadura mientras vistieron de negro en señal de luto hasta el final de sus días.
Las historias de estas mujeres se recogen en la exposición del fotógrafo Rober Astorgano, que a través de retratos, cartas, documentos y testimonios de los descendientes de las víctimas del franquismo en La Rioja, quiso contar “una historia que es muy local, pero muy universal”, sobre el sufrimiento causado en la Guerra Civil española.
Tras descubrir una fotografía en la que aparece su bisabuelo, que fue asesinado y cuyo cuerpo terminó en una fosa común, Astorgano comenzó a preguntarse por qué no conocía más sobre la historia de su familia, y tras investigar descubrió quiénes eran las mujeres de negro.
“Siempre iban vestidas de negro para recordar lo que había pasado, como señal de luto. Era como decirles que nosotras no vamos a olvidar que habéis matado a nuestros seres queridos y que están en una fosa común”, compartió a EFE Astorgano.
Uno de los retratos de la exposición es el de Martín, que aparece con una imagen de su padre entre sus manos. Fue asesinado en el túnel de Viguera y su cadáver fue exhumado de una fosa común y enterrado en el cementerio de Uruñuela.
También se puede ver la fotografía de Jacqueline Frías, que sujeta una imagen de su madre, Marina Argentina, y de ella cuando era pequeña. Marina fue una de las mujeres que sufrieron “las sacas”, es decir, fue encarcelada y, en medio de la noche, la sacaron de su celda para pegarle un tiro. Su cuerpo terminó en la fosa de La Barranca.
«Lo que querían evitar estas mujeres es que la historia se repitiera. De hecho, nos enseñaron una lección de convivencia porque tuvieron que vivir con los asesinos de sus familiares, pero nunca mostraron odio. Y precisamente si olvidamos las atrocidades podemos cometer el error de repetirlas», remarcó a EFE Astorgano.
El fotógrafo no solo tenía como objetivo dar a conoce a las mujeres de negro, sino también compartir la historia de todas aquellas que tuvieron que «sacar adelante» a sus familias.
«Tuvieron el valor de hacerse cargo de trabajar en lo que fuera, del campo y de los hijos, además de ir siempre a las fosas y dignificar esos lugares durante los 40 años de dictadura. Nunca se les ha reconocido su valor», dijo.
La fosa de La Barranca
Durante la dictadura, las mujeres de negro acudían a La Barranca todos los uno de noviembre, día de Todos los Santos, para mostrar sus respetos y dejar flores a sus familiares asesinados.
En las fosas comunes en el barranco de Barrigüelo se enterraron a más de 400 personas asesinadas, y la policía no dejaba entrar a los familiares con el objetivo de que «se olvidara ese sitio».
Sin embargo, gracias a ellas y «a su lucha, se consiguió que esa fosa común se dignificara», señaló Astorgano, y en el año 1979 se creó el cementerio civil de La Barranca, convirtiéndose en «uno de los mayores memoriales de España dedicado a las víctimas de los golpistas en la guerra civil», según indicó el gobierno de La Rioja
Durante la inauguración de la exposición «Las mujeres de negro» de Astorgano, la bailarina Júlia Godino llevó a cabo una actuación inspirándose en su bisabuela, que perdió a su marido en la Guerra Civil, para hablar de la situación de las mujeres durante la guerra y la postguerra.
Girando sobre sí misma y con tan solo una bombilla que la alumbraba el rostro, Godino quiso representar uno de los No-Do, el noticiero propagandístico del régimen franquista.
«Mi intención era que el público viera un No-Do que nunca llegó a ver la luz, porque las mujeres no salían en ellos. Entonces, con la repetición de los pasos se simula esa manipulación, una persona que está bajo el control de una dictadura, y la bombilla representa un punto de esperanza», indicó a EFE la bailarina.
«Las mujeres de negro» podrá visitarse en el espacio LAB de la Embajada de España en Bélgica hasta el uno de diciembre de 2023, y las fotografías y entrevistas de Astorgano son parte de un libro y un largometraje documental que se estrenará en 2024. EFE
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