El negociador japonés sobre aranceles parte a EEUU para una segunda ronda de discusiones
Tokio, 30 abr (EFE).- El negociador japonés sobre cuestiones arancelarias, Ryosei Akazawa, partió este miércoles nuevamente a Estados Unidos para sostener una segunda ronda de conversaciones, en la que se espera que se discutan cuestiones sobre el motor y productos agrícolas.
Está previsto que Akazawa, ministro encargado de Revitalización Económica y Nuevo Capitalismo, se reúna a partir del jueves con sus homólogos por la parte estadounidense, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el representante de Comercio, Jamieson Greer, además de otros funcionarios, durante su visita de tres días.
El ministro nipón busca alcanzar un acuerdo mutuamente beneficioso que atienda a los intereses nacionales de ambos países, según declaró desde el aeropuerto tokiota de Haneda, antes de embarcar.
«Me gustaría avanzar (en la adopción de un acuerdo), aunque solo sean uno o dos pasos», dijo en declaraciones recogidas por la cadena pública NHK Akazawa, que regresó sin resultados de la primera ronda de negociaciones en Washington a mediados de abril.
En aquel entonces, la parte estadounidense expresó su descontento con el volumen de automóviles de fabricación nacional que Japón importa y viene pidiendo al país asiático abra su mercado a más productos agrícolas y ganaderos estadounidenses, como el arroz, las patatas o la carne de res, según filtraciones gubernamentales, por lo que se espera que estos temas estén sobre la mesa.
EE.UU. asegura que la imposición de lo que denomina ‘aranceles recíprocos’ a socios comerciales como Japón tienen como objetivo corregir el déficit que mantiene con ellos o acabar con lo que considera barreras no arancelarias que obstaculizan su comercio y las actividades de sus empresas en el exterior.
En el caso de Japón, el gravamen al que se enfrenta es del 24 %, que se encuentra parcialmente suspendido por las negociaciones.
A esto se suma el impacto a nivel nacional del alza del 25 % de los aranceles al acero y el aluminio, y al sector del motor, el de mayor interés para Tokio, dado que cerca del 30 % de sus exportaciones al país norteamericano son de vehículos.
«Las empresas japonesas del motor se encuentran actualmente en una situación en la que cuanto más exportan, más dinero pierden cada día. En este sentido, debemos avanzar (en una solución) sin prisa pero sin pausa», comentó Akazawa.
Japón viene pidiendo a EE.UU. que lo excluya de sus subidas arancelarias, argumentando que tales medidas merman la inversión japonesa en ese país, entre otras cuestiones.
En un intento por lograr que Washington revise sus aranceles, Tokio estaría considerando proponer un aumento de las importaciones de soja y maíz estadounidenses para absorber parte del exceso de la oferta de ambos cultivos por la caída del comercio con China, o permitir un proceso simplificado de evaluación de vehículos, según dijeron fuentes gubernamentales a la agencia local de noticias Kyodo.
Aunque ambas partes se han afanado por desmentirlo, otro de los puntos aparentemente candentes de las conversaciones parece ser el tipo de cambio entre el dólar y el yen.
Tokio se resiste a que la cuestión de las divisas sea moneda de cambio en el asunto comercial y ha instado a Akazawa a mantener el tema al margen en sus encuentros, mientras el ministro nipón de Finanzas, Katsunobu Kato, mantiene los contactos pertinentes al respecto con las autoridades estadounidenses.
Aunque Bessent ha reconocido que la cuestión de las divisas es un tema importante para el presidente Donald Trump, ha negado que su Administración se haya fijado un objetivo concreto con respecto al yen, pese a que el mandatario ha declarado abiertamente en el pasado que un yen fuerte con respecto al dólar es algo «deseable».
Trump ha acusado a Japón de devaluar su divisa para impulsar las exportaciones, algo que Tokio ha desmentido, argumentando sus intervenciones de los últimos años, mientras algunos analistas señalan que el objetivo real del mandatario podría ser precisamente debilitar deliberadamente el dólar para reactivar el mermado comercio internacional de la primera potencia mundial. EFE
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