El potencial de energías verdes en Ecuador es «enorme», resaltan el Banco Mundial y la IFC
Andrea Farnós
Quito, 31 may (EFE).- El «enorme» potencial de Ecuador para desarrollar energías renovables como la eólica y solar atrae la atención de organismos como el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) para respaldar su desarrollo con financiación y así diversificar una matriz energética que evite apagones como los vividos en distintos periodos desde 2023.
A la vez, estas organizaciones advierten sobre la necesidad de estudiar con detenimiento el salto a la energía nuclear que busca el Gobierno del presidente ecuatoriano, Daniel Noboa.
«Ecuador goza de una enorme riqueza de biodiversidad, tiene un pedazo importante del Amazonas, la parte andina, la costa; es una diversidad brutal. Tiene además recursos fabulosos para tener energía verde porque tiene mucha agua, además de capacidad solar y vientos», destacó durante una entrevista con EFE en Quito el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo.
«El IFC está muy interesado en la energía solar, que además cada vez es más barata», continuó Jaramillo, que el jueves se reunió junto al vicepresidente de la IFC para Europa, América Latina y el Caribe, Alfonso García Mora, con Noboa, para revisar los planes de su Gobierno después de haber iniciado el nuevo mandato que va hasta 2029.
Para ambos representantes, la clave está en la demanda. «El mundo se ha venido moviendo hacia productos más verdes y la demanda de los productos ecuatorianos se sofistica», explicó Jaramillo.
«La sociedad pide cada vez productos más sostenibles y eso genera oferta. Ecuador tiene una gran oportunidad por las condiciones geográficas y climatológicas», continuó García Mora, cuya institución es el brazo del Banco Mundial encargado de apoyar con financiación a los sectores privados de los países en desarrollo.
«Si un productor de banano consigue un certificado de que su producto es ecológico, al entrar a Europa el precio puede aumentar un 20 % o 30 %», indicó como ejemplo.
Los dos vicepresidentes apuntaron que «tanto el Banco como el IFC pueden apoyar al sector público y al sector privado con iniciativas de financiación» para impulsar las energías renovables en Ecuador, país cuya matriz energética depende en un 70 % de las centrales hidroeléctricas.
Esto ha llevado a que desde 2023 el país haya vivido varios períodos de racionamiento de energía por momentos de sequía en las cuencas que alimentan a las principales centrales hidroeléctricas. El último, ocurrido a finales de 2024, tuvo apagones programados a diario durante más de dos meses que llegaron a ser catorce horas por día para los hogares.
Préstamo para desastres naturales
En cuanto a los proyectos de resiliencia climática, una de las principales líneas de trabajo de ambas instituciones, el representante del Banco Mundial explicó que están «apoyando» a Ecuador con un buen «sistema de respuesta a desastres naturales».
En concreto, están terminando un préstamo específico para desembolsar únicamente en caso de que ocurra una catástrofe de ese tipo.
La IFC, por su parte, confía en que apoyar iniciativas que colaboren con la diversificación de la economía pueda reducir el impacto de sequías o sismos, evitando así los apagones.
«El otro factor es la construcción. Esta debe hacerse de forma resiliente y por ello articulamos líneas de financiación a bancos para que financien a constructoras que trabajen de acuerdo a estos criterios», dijo García Mora (IFC).
Energía nuclear, ¿una alternativa para Ecuador?
Noboa ha anunciado su intención de presentar un proyecto de ley para establecer el marco regulatorio que permita explorar el desarrollo de esta fuente de energía en el país.
Sin embargo, ante esta posibilidad, Jaramillo fue cauto en señalar que es necesario antes de tomar esta decisión hacer «estudios técnicos para mostrar si efectivamente es una energía más barata y rentable para un país como Ecuador», más allá del consenso general en la necesidad de diversificar la matriz energética de Ecuador.
Mientras, García Mora apuntó que, si el país decidiera adoptar la energía nuclear, pasaría un tiempo significativo hasta ser operativa.
«Creo que eso entraría dentro de un plan mucho más estratégico, mucho más global, mucho más de medio plazo; dentro de esa matriz energética a la que el país quiere llegar», reseñó.
Sin embargo, agregó, «no distraería la atención de las opciones a corto plazo que tiene Ecuador» con otro tipo de energía como placas solares de autoconsumo, que «es algo que puede ser casi inmediato». EFE
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