El Salvador, «más vulnerable y débil» ante los eventos climáticos
Sara Acosta
San Salvador, 27 oct (EFE).- El Salvador es «aún más vulnerable» que hace 25 años, cuando el devastador huracán Mitch arrasó Centroamérica y dejó cientos de muertos, miles de familias damnificadas y millones en pérdidas económicas, según afirma a EFE el ambientalista Luis González, de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES).
«Yo podría decir que El Salvador es aún más vulnerable que hace 25 años. Estas condiciones culturales, naturales, físicas, de infraestructura que nos podrían ayudar a enfrentar de mejor manera este tipo de riesgos no se han construido, al contrario se han debilitado», dice González en una entrevista.
El ambientalista explica que el huracán Mitch fue «un hito en el tema de gestión de riesgo para El Salvador y Centroamérica», ya que previo a este fenómeno tenían «eventos climáticos extremos cada 10 o 15 años, lo que permitía tener algún tiempo para poder reconstruir o poder generar resiliencia».
«Luego, con el huracán Mitch, se comprendió que había un cambio climático global que nos estaba impactando, obviamente una amenaza externa, pero que también teníamos vulnerabilidades internas que nos hacían más débiles para enfrentar ese tipo de fenómenos», apunta.
Comenta que, por ejemplo, los bosques de manglar, que protegen de eventos climáticos extremos, «cada vez están más deforestados» y «el país es un país más impermeabilizado, más antropizado, hay un cambio en el uso del suelo».
«Lo que antes era un bosque natural, ahora puede ser un cultivo de caña de azúcar, una urbanización. Esto significa que si volviera a caer una cantidad de agua como con el huracán Mitch, esta agua no se podría infiltrar, sino que generaría riesgos», señala.
Para el ambientalista, cuya organización de la que forma parte lucha desde hace más de 30 años por la protección y conservación del medioambiente en El Salvador, las instituciones encargadas de prevención y mitigación de riesgos «no están preparadas» y «frente a una emergencia o un riesgo de desastre es muy poco lo que se puede hacer».
«Estamos más débiles para enfrentar ese tipo de peligros que hoy serían cada vez más constantes por el impacto del cambio climático global (…) en este momento tenemos sequía, pero el próximo año podrían ser lluvias intensas, lo que es parte de esta variabilidad o esta incertidumbre que genera el cambio climático», sostiene.
Las pérdidas en El Salvador que el huracán Mitch dejó a su paso fueron de 240 fallecidos, 84.005 damnificados, 10.372 viviendas afectadas y 326 centros educativos afectados, de acuerdo con datos oficiales.
El potente huracán golpeó con más fuerza zonas rurales cercanas al Pacífico.
Además, causó millonarias pérdidas en la agricultura y considerables daños en infraestructuras.
El Estado y su rol
González asegura que el Estado y el Gobierno deben poner atención en el tema de los impactos ocasionados por fenómenos como el Mitch y generar «acciones y políticas públicas encaminadas a enfrentar esto».
Recuerda que en 2016 organizaciones ambientales salvadoreñas presentaron una propuesta de cambio climático ante la Asamblea Legislativa y esta fue archivada.
«El llamado es a generar soberanía, soberanía hídrica, alimentaria, capacidad de enfrentar los riesgos de desastres y esto pasa por la prevención, pasa por generar información y participación ciudadana para poder enfrentar adecuadamente los riesgos de desastres», acota.
Afirma que «el tipo de desarrollo, en diversos ámbitos, que se está produciendo en el país genera riesgo y vulnerabilidades», y que «en la medida en que se autoricen proyectos urbanísticos en zonas de recarga hídrica, en zona de derrumbes, se está ocasionando vulnerabilidad».
«Hay una cantidad de elementos que nos generan riesgos, vulnerabilidades que no son abordadas por el Estado, por eso decimos que en El Salvador tenemos caldeado el escenario perfecto para los desastres», apunta.
Una población «muy resiliente»
A pesar de la vulnerabilidad en el país, según el ambientalista: «En El Salvador somos una población muy resiliente y estamos muy acostumbrados a que nos golpeen ese tipo de fenómenos».
De acuerdo con González, un 89 % del territorio es vulnerable lo que «pone al 95 % de la población en riesgo» y que ocurra «casi cualquier cosa. Erupciones volcánicas, terremotos, inundaciones, sequía, huracanes, casi de todo» puede ocurrir.
«La población, sin apoyo de nadie, se ha acostumbrado a ir sobrellevando esto, lo que no quiere decir que no le afecte. Ocurre que la gente después de cada desastre, de cada emergencia, se va haciendo más miserable y quienes pagan los platos rotos de esta falta de acción son las comunidades más pobres, más vulnerables que cada vez comen menos y tienen menos capacidad para sobrevivir», remarca.
Mantiene que «la población busca sobrevivir a pesar de la falta de apoyo», pero «obviamente cada uno de estos eventos, que han sucedido del Mitch para acá, han generado daños». EFE
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