Elecciones legislativas en Guinea Bissau tras más de tres años de bloqueo político

Guinea Bissau celebra el domingo elecciones legislativas para intentar salir de la crisis iniciada hace más de tres años entre el presidente José Mario Vaz y el partido mayoritario en esta antigua colonia portuguesa de África Occidental, especialmente pobre e inestable.
La campaña electoral, que finalizó el viernes, se llevó a cabo en un contexto de desconfianza, sobre todo respecto a la revisión de listas electorales.
Unos 760.000 electores están llamados a las urnas para unos comicios proporcionales a una vuelta, con la participación por primera vez de un mínimo de 36% de mujeres candidatas en las listas de los 21 partidos en liza. Los primeros resultados se esperan 48 horas después.
Tanto la población como la comunidad internacional esperan que estas elecciones terminen con la parálisis política en la que se encuentra sumido el país.
La crisis en las altas esferas del Estado estalló en agosto de 2015, cuando el presidente Vaz destituyó a su primer ministro Domingos Simoes Pereira, jefe del Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), la formación que domina la vida política del país desde la independencia en 1974, a la que también pertenece Vaz.
Hasta el nombramiento en abril de 2018 de un primer ministro de consenso, las actividades del Parlamento fueron interrumpidas durante dos años, lo que impidió aprobar los presupuestos y llevó a retrasar aún más el pago de los sueldos de los funcionarios.
El PAIGC (actualmente con 42 escaños de 102), el Madem-G15, formado por 15 diputados del antiguo partido único al que dejaron sin mayoría, y el Partido de Renovación Social (PRS, 41 escaños), conocido por ser próximo a una parte de la jerarquía militar, buscan imponerse en los comicios.
En este régimen parlamentario, el primer ministro surge de la formación ganadora.
Bissau vivió las últimas de la campaña en un ambiente festivo, con banderolas, carteles y música de fondo, sobre todo delante de la imponente sede del PAIGC, frente al palacio presidencial.
La comunidad internacional está preocupada por estas tensiones gubernamentales, teniendo en cuenta que la elección de Vaz supuso un regreso progresivo al orden en este país inestable a menudo sacudido por intentos de golpe de Estado, lo que ha favorecido la implantación de narcotraficantes.
El Consejo de Seguridad de la ONU lamentó el 28 de febrero «las repercusiones nefastas que la reciente crisis política e institucional tuvo en los avances realizados desde el regreso del orden constitucional tras las elecciones de 2014».
En un principio, las elecciones tenían que celebrarse el 18 de noviembre, pero fueron aplazadas al 10 de marzo debido a las dificultades políticas y técnicas, especialmente en lo que se refiere al registro de los electores, durante un proceso lleno de irregularidades, según varios partidos, entre ellos el PRS. Este amenazó con no reconocer los resultados si estos problemas no se solventaban.