Faure, la apertura del PS a una candidatura común de la izquierda al Elíseo
París, 6 jun (EFE).- Olivier Faure, quien este viernes fue declarado vencedor de las elecciones internas para continuar al frente del Partido Socialista (PS) francés, es un firme partidario de buscar una candidatura común de la izquierda en las próximas elecciones nacionales.
Faure, de 56 años y diputado desde 2012, mantiene la filosofía del militante de base y de un partido abierta a nuevos pactos electorales con comunistas, ecologistas y otros sectores, a pesar de las tensiones entre todas esas sensibilidades.
Sin embargo, ahora excluye de esa alianza a La Francia Insumisa (LFI) de cara a las presidenciales y legislativas de 2027.
Hijo de una enfermera vietnamita y de un funcionario del Tesoro, el primer secretario socialista, con su tono de voz grave y pausado, se presenta como alguien «ni rico ni pobre que creció en un barrio popular».
Faure, jurista de formación, se fogueó en la política dentro de varios gabinetes ministeriales en los años 90.
Desde que tomó el mando del PS en 2018 ha intentado reconstruir un partido al borde de la desaparición tras las presidenciales de 2017, en las que su candidato Benoit Hamon obtuvo el 6 % de los votos, y de las legislativas de ese año, cuando cayó de 279 diputados a solo 28.
Acuciado por las deserciones hacia el sector del presidente Emmanuel Macron y los graves problemas económicos -el partido tuvo que vender su palaciega sede de la calle Solferino-, Faure no vio otro camino que aliarse con el carismático y volcánico líder de LFI, Jean-Luc Mélenchon -otro antiguo socialista-.
El PS, durante décadas el más importante del país, sufrió otro duro revés en las presidenciales de 2022 -el peor resultado con un 1,7 % de los sufragios con la alcaldesa parisina Anne Hidalgo como candidata-.
De cara a las legislativas posteriores, Faure aceptó formar la primera alianza con LFI, comunistas y ecologistas para repartirse las circunscripciones en las que se presentaban.
Así salvó los muebles y mantuvo la treintena de diputados, pero la alianza, conocida por sus siglas Nupes, mostró numerosas fracturas.
Con las inesperadas elecciones anticipadas de 2024, la izquierda volvió a ponerse de acuerdo -pese a sus diferencias- para presentarse junta, bajo el llamado Nuevo Frente Popular (NFP).
Esta vez la izquierda mejoró sus resultados de 2022 y fue la primera en escaños, pero lejos de la mayoría absoluta, y los socialistas duplicaron sus diputados, hasta los 61.
Pero el matrimonio de conveniencia duró tan solo unos meses. La posición del LFI sobre la situación en Gaza, considerada por sus críticos como hostilmente antisemita, fue una de las gotas que colmaron el vaso, aunque también influyó mucho la estrategia del ruido parlamentario de ese partido.
Admirador del modelo de coalición que encabeza el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, Faure sigue esperando en poder crear un mecanismo similar en la izquierda francesa, pero sin contar con LFI.
Mélenchon, a pesar de su poder de convocatoria, es «el peor candidato para la izquierda», insistió esta semana en una entrevista telvisada. EFE
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