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El agricultor que cultiva el viento

La torre de la central eólica de Roland Aregger culmina a 60 metros de altura. swissinfo.ch

En su propiedad familiar de Entlebuch, localidad del cantón de Lucerna, Roland Aregger instaló una central eólica que puede abastecer cerca de 300 hogares.

El generador fue puesto en marcha hace un año y el primer balance es positivo.

Las enormes hélices no parecen molestar a los terneros, que pacen tranquilamente a algunas decenas de metros del motor eólico.

Estamos a 1.000 metros de altitud, en Feldmoos, sobre el camino que lleva del pueblo de Entlebuch hacia el cuello de Glaubenberg.

Hoy no hay mucho viento, pero el suficiente para darse cuenta que es difícil encontrar un mejor lugar para este tipo de instalación. La vista se extiende por todos lados, en un ángulo de 360 grados, sin ningún obstáculo natural.

Una idea antigua

Hacía años que Roland Aregger, de 32 años, acariciaba la idea de construir una central de producción de energía eólica sobre las superficies agrícolas de la propiedad familiar.

“Mi padre había pensado en ello a finales de los años 80, después de haber visto una emisión televisada sobre la primera instalación de ese género en Suiza”, cuenta a swissinfo.

Pero entonces los Aregger renunciaron a la idea, dado que las empresas eléctricas no manifestaron ningún interés en comprar la energía a un productor privado que, además, resultaba más cara que la energía ‘normal’.

La historia de una pasión

Años más tarde, en 1996, Roland Aregger encontró, un poco por casualidad, en una revista agrícola, el anuncio de una empresa danesa de producción de instalaciones eólicas. Y así fue como retornó la pasión.

Al año siguiente, el agricultor -en total autodidáctica- comenzó a establecer las primeras anotaciones entre la velocidad y la dirección del viento, las migraciones de las aves… Los resultados fueron positivos.

En Feldmoos, el viento sopla a por lo menos 5 m/s (18 km/h) en término medio, lo que hace posible una explotación de la energía eólica. Luego, hubo que convencer a las autoridades locales.

“A decir verdad, no hubo mucha oposición. Hice un gran trabajo de información. Por ejemplo, organicé una visita al Monte-Crosin (el mayor parque eólico de Suiza, situado en el Jura bernés) con miembros del Ayuntamiento”.

En diciembre de 2003, la asamblea municipal dio su aval. Roland Aregger creó entonces su sociedad, Windpower SU, y la construcción pudo comenzar.

Construcción rápida

“Una de las ventajas de una instalación eólica es que los tiempos de construcción son relativamente cortos”, explica Roland Aregger. Los trabajos comenzaron a finales de 2004: excavación y construcción de los cimientos, del camino de acceso y, por fin, instalación de la torre, producida por la empresa danesa Nec Micon.

Las hélices pudieron comenzar a girar a finales de octubre de 2005. “En momentos así, es difícil advertir lo que pasa”, anota Roland Aregger.

Un año después de la puesta en funcionamiento, establece un balance positivo. La producción responde a las previsiones, la instalación no necesita un control permanente y no hubo grandes problemas.

Las necesidades de 300 hogares

La instalación, de una capacidad de 900 kilovatios, se pone en marcha tan pronto como el viento sobrepasa 3,5 m/s (13 km/h). El rotor se orienta automáticamente según la dirección del viento. Si éste sopla demasiado fuerte (25 m/s), el generador se detiene por razones de seguridad.

“Un motor eólico de potencia media como éste puede producir cerca de un millón de kWh por año, suficiente para cubrir las necesidades de 300 hogares”, explica Roland Aregger.

La electricidad alimenta la cadena de distribución de la empresa eléctrica de la región. Quien quiere comprar la energía verde paga 17 céntimos más por kWh que la electricidad ‘normal’, que se aproxima a los 17 céntimos por kWh.

Pero Roland Aregger no tiene problemas para vender su producción. La demanda es fuerte a pesar del coste suplementario. En ciertas regiones de Suiza, como Zúrich, cuesta trabajo satisfacerla.

Un trabajo de tiempo completo

Pero no se puede vivir de la producción de energía eólica, en todo caso no con una sola turbina.

Por cada kWh vendido, Windpower obtiene unos 19 céntimos. Pero la inversión es elevada: 1,3 millón de francos, uno de los cuales uno destinado a la compra de la instalación. Tras la deducción de la amortiguación, los intereses y los costes del mantenimiento, no queda gran cosa a Roland Aregger.

Pero el viento se ha convertido en su vida. Roland Aregger, de hecho, dejó sus tareas de agricultor para dedicarse de manera exclusiva a su nueva actividad.

“Me ocupo como consultante”, explica el ex campesino, mostrando un anemómetro (aparato que permite captar la dirección y la intensidad del viento) que instaló sobre una cresta del arco jurásico, a petición de una decena de agricultores. Y no es el trabajo lo que falta: las solicitudes afluyen no sólo de Suiza, sino de otros países, como Italia.

Contra una compensación modesta, el joven empresario organiza también visitas de grupos a la central. Y vista la pasión con la cual Roland Aregger devela los secretos del viento, es evidente que la energía eólica no tiene mejor abogado.

swissinfo, Daniele Mariani
(Traducción: Marcela Águila Rubín)

En el marco de la revisión de la ley sobre el aprovisionamiento energético, actualmente en discusión en el Parlamento federal, la cámara baja introdujo una disposición que prevé aumentar la producción de electricidad ‘verde’ por lo menos a 5.400 tipos de gigavatios/hora (GWh) en 2030 (1.000 tipos de GWh en 2004).

Para alcanzar ese objetivo, la sociedad que administra la cadena de distribución se verá obligada a comprar toda la producción de energía renovable a un precio mínimo que garantiza la vuelta a la inversión.

Ello debería permitir a cualquiera comprar una instalación y pedir al distribuidor local de electricidad comprar toda la energía producida a un precio mínimo garantizado por la ley.

En Suiza, la energía eólica cubre el 0,012% del consumo total de energía. El objetivo es aumentar este índice de 0,1 a 0,2% en 2010.

La potencia de las centrales eólicas suizas es de cerca de 12 megavatios. En Alemania, líder en este campo, la producción alcanza 18.428 tipos de MW.

La instalación de Entlebuch produce cerca de un megavatios (MW) al año. La torre culmina a 60 m de altura y el rotor tiene un diámetro de 52 m.

Generadores más poderosos pueden producir hasta 3 tipos de MW.

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