HRW: Los rebeldes del M23 son responsables de fosas comunes en el este de la RD del Congo
Kinsasa, 14 jun (EFE).- Nuevas pruebas y testimonios apuntan a que los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23), «apoyados por Ruanda», son responsables de al menos 14 fosas comunes con decenas de cadáveres halladas en el este de la República Democrática del Congo (RDC), denunció hoy Human Rights Watch (HRW).
«El Congo, las Naciones Unidas y la Unión Africana (AU) deben hacer frente a las crecientes pruebas de que el M23 cometió numerosos asesinatos en el pueblo de Kishishe», en la provincia de Kivu del Norte, señaló hoy en un comunicado Clémentine de Montjoye, investigadora sobre África de HRW.
«Es urgente que se recopilen pruebas adecuadas, se lleven a cabo investigaciones imparciales y se informe a las familias sobre el paradero de sus seres queridos», añadió.
Al menos 171 personas fueron ejecutadas en diez días a finales del pasado noviembre en las localidades de Kishishe Y Bambo, cuando se encontraban bajo el control del M23, según la investigación llevaba a cabo por la Oficina Conjunta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (UNJHRO) y la misión de la ONU en la RDC (Monusco).
Por su lado, HRW y Amnistía Internacional (AI) investigaron también la masacre y pudieron confirmar la muerte de una treintena de personas, además de describir posibles crímenes de guerra y contra la humanidad.
Tras entrevistar a 21 testigos y examinar fotografías, vídeos e imágenes satelitales, HRW pudo identificar al menos 14 fosas comunes en Kishishe -si bien el número total parece ser mayor- con cuerpos de los habitantes de la localidad y de los miembros de otras milicias capturados por el M23 y ejecutados antes de que ese grupo rebelde abandonara el pueblo en abril de 2023.
Los vecinos entrevistados, que se vieron forzados a cavar las fosas comunes para los muertos en muchos casos, explicaron a la organización que «varias casas fueron quemadas, incluida al menos una con cadáveres en su interior».
Ante estas revelaciones, HRW exigió que las autoridades congoleñas pidan ayuda a la ONU, la UA y otros países socios para llevar acabo «que los responsables rindan cuentas» por los hechos.
Asimismo, la organización solicitó al Consejo de Seguridad de la ONU que incluya en su lista de sanciones tanto a los líderes del M23 como a los funcionarios ruandeses que apoyan al grupo.
Los combates de esa milicia han provocado el desplazamiento de más de 1,1 millones de personas desde marzo de 2022, según la ON.
También han causado una crisis diplomática en la que la RDC acusa a la vecina Ruanda de apoyar a los rebeldes, algo que Kigali niega pese a que al menos dos informes de la ONU confirmaron la colaboración.
Al mismo tiempo, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con las rebeldes Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundadas en 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses exiliados en RDC para recuperar el poder político en su país de origen.
Esa colaboración también ha sido confirmada por la ONU.
Desde 1998 el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por las milicias rebeldes y el Ejército, pese a la presencia de la Monusco. EFE
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