Independientes, la fuerza política que hizo temblar a los partidos tradicionales en Panamá
Ana de León
Ciudad de Panamá, 28 jun (EFE).- Los candidatos independientes han pasado de ser una minoría a convertirse, a partir del próximo 1 de julio, en la primera fuerza política en el Parlamento de Panamá, desplazando a los partidos más fuertes al lograr, bajo la promesa de una política honesta, muchos de los escaños y cargos locales en las complicadas elecciones del pasado 5 de mayo.
Ahora, ese grupo de jóvenes se pondrá al frente de sus nuevos puestos, buscando renovar la manera de gobernar tras dar un batacazo a los grupos tradicionales.
«Vamos», la joven coalición que se convirtió en la sorpresiva oposición
Los candidatos se agruparon en la coalición independiente «Vamos», liderada por Juan Diego Vásquez, el carismático diputado que dejará el cargo el 30 de junio tras cumplir su promesa de campaña de no presentarse a la reelección y una de las caras más fuertes de la lucha anticorrupción y de la «nueva política». Contó con el apoyo del afamado cantautor y activista panameño Rubén Blades, un férreo crítico de la política de su país.
Varios son jóvenes menores de 30 años que participaron en las protestas contra la minería del pasado noviembre – las más intensas en décadas- que contribuyeron a que el Supremo panameño declarara inconstitucional un polémico contrato con una multinacional minera. A su vez, se convirtieron en una voz contra la «mala gestión» del Estado, como clamaban entonces.
«Creo que hemos podido representar de forma muy buena y asertiva el sentimiento del panameño de que el político reflejado en el diputado no representa sus intereses, luchas y deseos. Creo que eso fue lo que se vio el 5 de mayo», explicó a EFE Vásquez.
La coalición obtuvo 20 de los 71 escaños de la Asamblea Nacional (Parlamento) para el quinquenio 2024-2029, una cifra inédita después de que en el actual periodo solo fueran cinco y en el anterior uno. Así, han conformado la «Bancada Independiente Vamos», la primera minoría parlamentaria.
«En estas últimas elecciones, el ciudadano votó por una Asamblea mucho más independiente mandado un mensaje claro: está cansado de la falta de transparencia y opacidad en el manejo del uso de los recursos del Estado», dijo a EFE Betserai Richards, la más reciente incorporación del grupo parlamentario.
Richards, periodista de profesión, se lanzó en solitario para representar en el Parlamento al circuito (conglomerado de distritos) donde se crió. Hizo una campaña basada en «reportajes» que denunciaban el abandono de las infraestructuras públicas.
Además de los escaños parlamentarios, esa coalición también logró significativos triunfos en las alcaldías y cargos a representantes de todo el país, desbancando a políticos con años en el poder.
El resultado de «Vamos» en los comicios se tradujo en que fue reconocida como una fuerza opositora por el presidente electo, José Raúl Mulino, algo que Vásquez, al menos de momento, no comparte, pues «no se puede ser oposición a un Gobierno que no ha comenzado».
Desgaste de los partidos tradicionales y adiós al «individualismo»
A juicio de Vásquez, el triunfo de «Vamos» se basa en un conjunto de factores: un «gran reconocimiento por parte de la ciudadanía del trabajo» de la anterior bancada independiente y el «trabajo y los excelentes liderazgos de los que salieron electos» porque el «país los ve con buenos ojos».
«Lo tercero es que hay un desgaste en los partidos políticos», enfatizó Vásquez.
La coalición Vamos arrojó 20 caras nuevas al Parlamento con una idea de hacer política transparente después de renunciar a los privilegios de los diputados como la exoneración de ciertos impuestos y al manejo «opaco» de las polémicas listas de empleados, foco de las malas praxis según activistas.
Prometen, además, solucionar problemas que el país arrastra como la mala gestión de los residuos o la distribución del agua corriente. EFE
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