Jean-Claude Hollerich, el arzobispo luxemburgués jesuita como Francisco
Bruselas, 28 abr (EFE).- El arzobispo de Luxemburgo, Jean-Claude Hollerich, es una figura estratégica en la Iglesia y uno de los nombres para suceder al papa Francisco, con quien mantuvo una cercana relación al ser uno de sus más estrechos colaboradores en los últimos años y también jesuita.
Políglota, el cardenal ocupa un cargo clave en la Iglesia especialmente tras ser nombrado relator del Sínodo sobre la Sinodalidad, un proyecto iniciado por el papa Francisco en 2021 que busca que la institución católica sea más inclusiva, abierta y participativa.
Nació el 9 de agosto de 1958 en la localidad luxemburguesa de Differdange (cerca de la frontera con Francia), pero crecido en Vianden (fronteriza con Alemania), se caracterizó por una fe que desarrolló asistiendo a misa, como en la época hacían todos los niños de su edad, aunque no sus padres.
Años más tarde analizaría con severidad que los cristianos de aquella sociedad, en la que reinaban «muchas grietas e hipocresía», fueran a misa mayoritariamente por convención.
Después de sus estudios secundarios, en 1978 partió hacia Roma para comenzar su formación sacerdotal en la Pontificia Universidad Gregoriana y en 1981, con 23 años, ingresó en la Compañía de Jesús para después hacer el noviciado en Namur (Bélgica) durante dos años.
Tras otros dos años de formación pastoral en la capital del Gran Ducado, el joven jesuita fue enviado en 1985 a petición propia a Japón, lugar en el que realizó un «viaje interior» tras descubrir las profundas diferencias entre la cultura europea y la local, por la que desarrolló una pasión que compartiría años después con el papa Francisco.
«En Japón aprendí otra forma de pensar», dijo a la web Jesuitas de Europa Central.
Fue en Tokio donde retomó sus estudios teológicos en la Universidad de Sophia para después completar su formación y licenciarse en la facultad de Teología de Sankt Georgen en Fráncfort del Meno (Alemania).
Fue ordenado sacerdote en Bruselas en 1990. Después pasó otros cuatro años estudiando lengua y literatura alemana en la Universidad de Múnich para posteriormente doctorarse en el Centro para Estudios de Integración europea en Bonn.
Con sus diplomas en mano, regresó a Tokio, donde se convirtió en profesor de estudios alemanes, franceses y europeos en la Universidad Sophia. En 2002 hizo sus votos finales en la Compañía de Jesús.
Fue en 2011, cuando Hollerich ya había pasado más de 23 años en Japón, cuando el Papa Benedicto XVI le pidió que regresara a Europa y le nombró arzobispo de Luxemburgo, algo que el jesuita de entonces 52 años acogió con sorpresa y cuya actividad desarrolló en contacto con los creyentes y no creyentes de diferentes condiciones sociales.
Entre 2018 y 2023 fue presidente de la Comisión de Episcopados de la Unión Europea (COMECE) y en 2019 fue creado cardenal en el sexto consistorio convocado por el papa Francisco.
Su diagnóstico de la Unión Europea es severo ante lo que considera una crisis de sentido y de esperanza. En su opinión, la UE ha olvidado el ideal de sus fundadores y se ha limitado a una política puramente materialista, consumista e individualista, lo que ha dado alas al rechazo de una parte de sus ciudadanos y al auge del populismo que se alimenta de los miedos.
Sobre las cuestiones éticas, el cardenal defiende la solidaridad con los inmigrantes y critica el reconocimiento por parte de las instituciones europeas del aborto como un derecho fundamental.
Respecto a la homosexualidad, ha expresado en ocasiones su posición favorable hacia las parejas homosexuales, aunque es contrario al matrimonio sacramental entre personas del mismo sexo porque no se caracteriza por una finalidad procreadora.
Apuesta por la integración de más mujeres en las estructuras de toma de decisiones de la Iglesia y por reformas en la institución tras las crisis de los abusos sexuales a menores.
En su diócesis de Luxemburgo, los seminaristas deben someterse a ocho sesiones psicológicas destinadas a detectar tendencias pedófilas, según datos de Jesuitas de Europa Central. EFE
smn-cat/rja/jgb