Juez de la Corte Suprema argentina critica la designación de magistrados por decreto
Buenos Aires, 4 abr (EFE).- El juez de la Corte Suprema de Justicia argentina Ricardo Lorenzetti se refirió este viernes al rechazo por parte del Senado de las nominaciones por parte del Gobierno de Javier Milei del abogado Manuel García Mansilla y del juez Ariel Lijo para el máximo tribunal, y aseguró que él «nunca aceptaría ser designado por decreto”.
«Yo nunca aceptaría ser designado por decreto. Lo dije en infinidad de oportunidades, y además creo que hay que ser coherentes en la vida. Yo lo dije muy claramente hace muchos años cuando lo hizo el presidente (Mauricio) Macri», afirmó Lorenzetti, en referencia a la designación por decreto en comisión de Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti -actuales jueces del Supremo- por parte del expresidente Macri (2015-2019) al inicio de su mandato presidencial.
Lorenzetti afirmó en una entrevista con Radio Mitre que respeta la opinión del Senado y que ahora es García Mansilla quien debe decidir si continúa o no en el cargo, que asumió en febrero pasado tras la designación presidencial, que se saltó la aprobación en el Senado.
«Es una decisión personal que él estará evaluando», agregó el juez sobre el camino a seguir por García Mansilla.
Lorenzetti se refirió además a la medida cautelar que la Justicia argentina dictó este viernes tras la decisión del Senado y que prohibió a García Mansilla emitir fallos durante los próximos tres meses.
«La Corte institucionalmente no tiene en este momento ningún tema judicial para opinar. Nosotros no damos opiniones sobre temas controvertidos en la radio. Lo que tenemos que hacer es ver si hay un expediente, un escrito, y ahí opinamos. Por ahora no tenemos nada concreto, y si hay, opinaremos».
La medida establece además la prohibición de que la Corte le tome juramento a Lijo, incluso si este renunciara a su cargo como juez federal o se le aceptara la licencia que solicitó para poder incorporarse al Supremo.
Lorenzetti consideró que García Mansilla es “una persona honorable” y señaló que «lo que hay que discutir es la cuestión institucional: el decreto, cómo funcionan los requisitos. Hay que ser respetuosos con García Mansilla y ver qué decide él”.
El magistrado defendió además la designación de Lijo: «Creo que el presidente tomó una decisión, que es proponerlo, me pareció importante que la proposición sea desde la Justicia Federal porque la vacante que había que cubrir era la de la doctora (Elena) Highton, que tanto como (Carmen María) Argibay eran juezas, miembros del Poder Judicial».
El voto contrario a las designaciones fue expresado ayer por senadores de las diversas fuerzas de oposición, en particular el frente peronista Unión por la Patria, el derechista Propuesta Republicana (Pro) y la Unión Cívica Radical.
La decisión del Senado tuvo lugar casi un año después de que el Gobierno postulara a Lijo y a García Mansilla, y a poco más de un mes de que el presidente nombrara a ambos por decreto ‘en comisión’, saltándose el proceso de la Cámara Alta.
La Constitución argentina establece que los miembros de la Corte Suprema son nombrados por el presidente del Ejecutivo, pero con el acuerdo del Senado.
La carta magna también otorga al mandatario la facultad para llenar las vacantes de los cargos cuya designación requiere el acuerdo del Senado en caso de que la Cámara Alta se encuentre en receso, por medio de ‘nombramientos en comisión’ que expiran al fin del siguiente periodo legislativo.
Los miembros de la Corte tomaron juramento el pasado 25 de febrero a García Mansilla, que en principio ejercería el cargo hasta noviembre, mientras que a Lijo le exigieron que renunciara previamente a su cargo como juez federal, algo que aún no se había concretado. EFE
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