Líder de la Iglesia anglicana, presionado para dimitir por su gestión de un caso de abusos
Londres, 11 nov (EFE).- El primado de la Iglesia de Inglaterra y líder espiritual de los anglicanos en el mundo, Justin Welby, está este lunes bajo presión de los obispos para dimitir por no haber actuado cuando en 2013 conoció un grave caso de abusos infantiles en el seno de esta comunión.
Más de 3.600 personas han firmado una petición por internet, coordinada por miembros del sínodo o asamblea de la comunión mayoritaria en el Reino Unido, donde se pide la dimisión inmediata de Welby, cuya gestión de ese caso fue criticada en una investigación interna difundida la semana pasada.
El llamado informe Makin concluyó que el arzobispo posibilitó con su inacción que continuaran los presuntos delitos que cometió durante décadas el ya difunto abogado canadiense John Smyth, a quien se atribuye el abuso sexual, físico y psicológico de más de un centenar de menores en su papel de líder de campamentos cristianos.
Se reprocha a Welby que no remitiera inmediatamente el caso a las autoridades cuando conoció de su existencia al asumir el cargo en 2013.
A la carta pública colgada el pasado sábado, sumó su voz durante la jornada de hoy la obispa de Newcastle, Helen-Ann Hartley, la persona de más rango en reclamar su dimisión.
La religiosa calificó de «insostenible» la posición de Welby, quien la semana pasada reconoció que debió haber actuado cuando supo del comportamiento de Smyth, fallecido en 2018, pero que, tras pensarlo, descartó dimitir.
Se cree que ese promotor de los campamentos, que murió en Suráfrica mientras era investigado por la Policía británica, fue el pederasta más prolífico asociado a la Iglesia de Inglaterra, cuna del anglicanismo en el mundo.
El sacerdote Giles Fraser, él mismo víctima de abusos cuando era niño, dijo a la BBC que Welby «ha perdido la confianza del clero», mientras que Hartley advirtió de que será difícil «seguir teniendo voz sobre moralidad» bajo su liderazgo.
La obispa afirmó que la renuncia del primado «sería una indicación clara de que se ha marcado una línea y de que se avanza hacia una independencia en materia de protección» de menores dentro de la iglesia. EFE
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