La derecha nacionalista europea, ante el desafío de superar divisiones
La derecha nacionalista se perfila como una de las fuerzas con mayor crecimiento en las elecciones europeas de junio, lo que podría influir en la futura agenda política de la Unión Europea, pero sus diferencias internas son profundas y ponen en duda la posibilidad de un frente único.
En el Parlamento Europeo la extrema derecha está dividida en dos bloques, y las tentativas de acercar posiciones hasta ahora no dieron resultado.
De un lado está el bloque de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) y del otro el grupo Identidad y Democracia (ID).
El «ECR es favorable a Ucrania, a la OTAN y a la ampliación de la UE. ID, en cambio, tiene una postura ambigua con relación a Rusia, es contraria a la OTAN y a la ampliación de la UE», explica Peggy Corlin, de la Fundación Robert Schuman.
El ECR (que en su sitio web se define como de centroderecha) nuclea a partidos como el italiano Fratelli d’Italia, de la jefa del gobierno italiano Giorgia Meloni, el español Vox o el polaco Ley y Justicia (PiS).
En tanto, el ID cuenta en sus filas al partido francés Reagrupación Nacional (RN), de Marine Le Pen, el italiano Lega, o el controvertido Alternativa para Alemania (AfD).
Para Corlin, el ECR «está más integrado en el juego político e institucional europeo».
Pertenecen al ECR dos jefes de gobierno -Meloni y el checo Petr Fiala-, además del comisario europeo de Agricultura, el polaco Janusz Wojciechowski.
En el bloque de ID, en tanto, comenzaron a hacerse evidentes fisuras internas, entre la tendencia a la normalización exhibida por el RN y las conexiones neonazis de diversas figuras del AfD.
Esto ayudaría a explicar la postura crítica de Marine Le Pen a las informaciones sobre la participación de líderes del AfD en una reunión en la que se discutió la expulsión masiva de extranjeros de Alemania, o hasta alemanes de origen extranjero.
El eurodiputado francés Jean-Paul Garraud, de RN, dijo que es necesario que «se aclare lo sucedido y, en particular, la línea política del AfD»
Garraud ve un problema en la propuesta de «expulsar a los nacionales» de origen extranjero.
«No estamos de acuerdo con eso», insistió Garraud.
– Difícil equilibrio –
Ante al fortalecimiento de los dos bloques de extrema derecha, los tres grupos principales del Parlamento -el Partido Popular Europeo (PPE, conservador), los Socialistas y Demócratas (S&D, centro izquierda) y Renovar Europa (Renew, centristas y liberales)- podrían verse en dificultades.
Estos tres grupos están habitualmente enfrentados pero constituyen el trípode sobre el que se construye la mayoría para los principales temas de la agenda política.
El PPE no ha descartado trabajar con ECR, pero la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, figura del bloque conservador, advirtió que nunca cooperaría «con los amigos de [Vladimir] Putin» ni con los «enemigos del Estado de derecho».
Se trata de una alusión al partido húngaro Fidesz, del primer ministro Viktor Orban, que mantiene relaciones con Rusia y una difícil relación con la Comisión Europa.
Fidesz, que no pertenece actualmente a ningún bloque, está en negociaciones para unirse al ECR.
Ákos Bence Gát, del grupo de expertos MCC Bruselas, apoyado por el gobierno húngaro, señaló que «lo importante es que la derecha soberanista pueda unirse y encontrar una forma de cooperación efectiva».
El eventual ingreso de Fidesz a ECR podría provocar la salida de otros partidos del bloque, como los Demócratas de Suecia o el finlandés Perussuomalaiset (Partido de los Finlandeses).
Con relación al tema migratorio, en su manifiesto para las elecciones europeas de junio el PPE defiende el envío de los solicitantes de asilo a terceros países considerados «seguros, como el plan del Reino Unido con Ruanda.
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