La dimisión de la ministra de Justicia evita una crisis de gobierno en Noruega
La ministra de Justicia noruega Sylvi Listhaug, inmersa en una polémica por un mensaje publicado en Facebook, anunció este martes su dimisión y evitó una crisis gubernamental.
La decisión de Listhaug, miembro del partido de derecha Partido del Progreso (FrP), conocido por sus posiciones xenófobas, fue anunciada en la misma red social y evitó que la primera ministra conservadora Erna Solberg tuviera que someterse a una moción de confianza.
La ministra denunció una «caza de brujas» de la oposición para acallarla. «Dimito pero prometo que no me voy a quedar callada en los bancos del Storting», el parlamento noruego, escribió.
El 9 de marzo, Listhaug publicó en Facebook un mensaje en el que acusaba a los laboristas, en la oposición, de considerar que «los derechos de los terroristas son más importantes que la seguridad de la nación».
Les reprochaba que se opusieran a una propuesta destinada a poder retirar la nacionalidad noruega, sin pasar por un juez, a los individuos que amenazaran los intereses vitales del país.
Estas declaraciones fueron consideradas aún más inapropiadas por el hecho de que los laboristas fueron el principal blanco del ultraderechista Anders Behring Breivik el 22 de julio de 2011.
Ese día, ese neonazi noruego —que durante un tiempo fue miembro del FrP— mató a 77 personas en un doble ataque contra la sede del gobierno, entonces dirigido por el laborista Jens Stoltenberg, y contra una reunión de jóvenes laboristas en la isla de Utøya.
El mensaje en Facebook y una disculpa tardía y considerada poco sincera llevaron a toda la oposición a respaldar una moción de censura contra Listhaug que podría haber derribado a todo el gobierno conservador, minoritario en el parlamento.
Poco después de su anuncio también provocó polémica el nombre de su sustituto, que actuará como ministro interino de Justicia.
Se trata de Per Sandberg, de 58 años, hasta ahora ministro de Pesca y miembro del FrP, que en 1997 fue condenado a 3.000 coronas de multa (unos 400 euros) por pelearse con un demandante de asilo de la ex-Yugoslavia durante una fiesta en su casa.
Mostrar más
Muchas personas emigran a Suiza, y también muchas se marchan del país alpino
Mostrar más
Las clínicas de longevidad: ¿última moda o la clave del envejecimiento saludable?
Mostrar más
«Uno para todos, todos para uno»: así toma sus decisiones el Gobierno suizo
Mostrar más
De Jung a la psicodelia: una cronología de las aportaciones de Suiza a la psiquiatría
