La ministra británica de Economía fue investigada por sus gastos como ejecutiva bancaria

Londres, 14 feb (EFE).- La ministra de Economía del Reino Unido, la laborista Rachel Reeves, fue objeto de investigación a finales de la década de los 2000 por el supuesto uso de fondos del banco en el que era ejecutiva, el Halifax Bank of Scotland, para gastos personales, según la corporación BBC.

La cadena pública británica sostiene además que Reeves «exageró» en su currículum, concretamente en su perfil de la red social LinkedIn, el tiempo que trabajó como economista en el Banco de Inglaterra.

Reeves, en el foco por el bajo crecimiento de la economía del Reino Unido, fue objeto de una investigación interna entre 2006 y 2009 tras una denuncia en la que se aseguraba que tanto ella, que trabajó en el departamento de quejas del Halifax Bank of Scotland, como otros dos altos directivos usaron fondos de la entidad para gastos personales.

Cenas, eventos, taxis o regalos fueron algunos de los destinos de ese dinero supuestamente utilizado de forma fraudulenta y que luego se imputaba «a los gastos de los demás», aseguró a la cadena uno de sus excompañeros en el banco, Kev Gillet, que añadió a la cadena que Reeves «casi fue despedida» por estos hechos.

Un portavoz de la ministra británica dijo a la BBC que la denuncia era infundada, que «no se le impuso ninguna medida disciplinaria por este asunto» y que todos los gastos «se presentaron y se aprobaron de manera correcta».

La cadena no ha podido «determinar cuál fue el resultado final de la investigación» y deslizó que «es posible que ésta no haya concluido».

En cuanto a su paso por el Banco de Inglaterra, las fechas que aparecían en su perfil de la red social LinkedIn -corregidas justo antes de que la BBC publicara la noticia- eran de un periodo nueve meses más amplio de lo que realmente estuvo trabajando.

A este respecto, su portavoz dijo que las fechas “eran inexactas debido a un error administrativo de un miembro del equipo” y aseguró que Reeves no las vio antes de que se publicaran.

El primer ministro, el laborista Keir Starmer, restó importancia a los hechos ante las preguntas de los periodistas y señaló que se trata de «problemas de hace muchos años», mientras que la líder de la oposición, la conservadora Kemi Badenoch, señaló en este sentido que “hasta que ella no diga la verdad (…) nadie la tomará en serio”. EFE

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