La sobreexplotación pesquera sigue creciendo a un ritmo del 1 % anual, avisa la FAO
París, 11 jun (EFE).- Prácticamente dos terceras partes de los caladeros del mundo están gestionados de forma que sus recursos son biológicamente sostenibles, pero la sobreexplotación pesquera ha seguido aumentando en los últimos años a un ritmo medio de un 1 % anual, según la FAO.
En un informe publicado este miércoles con ocasión de la cumbre de los Océanos de Niza, la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presenta un panorama contrastado de la situación de las grandes áreas oceánicas, y un mensaje principal: las zonas con sistemas de gestión científica efectiva ofrecen altas tasas de sostenibilidad.
A partir de los datos de 2.570 pesquerías o zonas de pesca de todo el mundo, en el mayor examen global que se ha hecho hasta ahora, los autores del estudio concluyen que en un 64,5 %, la forma y la intensidad con la que se llevan a cabo las capturas permiten su regeneración, mientras que el 35,5 % restante sufre sobreexplotación.
Si lo que se observa es el volumen de desembarcos en 2021, el año de referencia de este trabajo, el porcentaje de pesca sostenible es del 77,2 %, lo que se interpreta como que los caladeros con mayor rendimiento son también los que son objeto de una mayor atención por el interés para preservarlos.
De ahí que el director general de la FAO, Qu Dongyu, subraye que «una gestión efectiva es la herramienta más potente para conservar los recursos pesqueros» y añada que «este informe da a los gobiernos la evidencia que necesitan para elaborar políticas y coordinarlas de forma coherente».
Para ilustrarlo, la organización hace notar las diferencias entre pesquerías sin control efectivo, que han contribuido al deterioro global de la situación (en los años 1970 eran un 10 % las que estaban sobreexpotadas), y las zonas con sistemas de gestión asentada en conocimientos científicos, que son las que reportan las mayores tasas de sostenibilidad.
Entre esas últimas destaca la del noreste del Pacífico, que cubre básicamente un amplio espacio frente a la fachada de la costa oeste de Canadá y Estados Unidos, donde un 92,7 % de los caladeros se encuentran en una situación sostenible.
Algo parecido ocurre con el sureste del Pacífico, un amplio espacio que va del este de las costas australianas orientales a gran parte de los archipiélagos de Oceanía, incluyendo Nueva Zelanda, donde ese porcentaje es del 85 %.
Las cifras son todavía más espectaculares si se tienen en cuenta los desembarcos, con un 99 % y un 95,7 % considerados sostenibles en esas dos grandes áreas.
En las regiones antárticas, el 100 % de los caladeros están en esa misma situación, que es el objetivo que se marca la FAO para todo el mundo, a condición de que haya una gestión activa y efectiva.
Es verdad que en términos de volumen, la pesca en las aguas antárticas tiene una relevancia residual, pero para esta agencia de la ONU demuestra «lo que es posible con un ecosistema basado en la gestión y la cooperación internacional».
La otra cara de la moneda es el sureste del Pacífico, que va desde la costa colombiana hasta el sur de la de Chile, pasando por la de Ecuador y Perú, y que representa una de las áreas más productivas del mundo gracias a la corriente fría de Humboldt, con el equivalente del 12,5 % de las capturas globales (10 millones de toneladas en 2021).
De los 97 caladeros examinados por los expertos de la FAO, un 53,6 % están sobreexplotados, un 27,8 % se encuentran al máximo de sus posibilidades de regeneración y sólo un 18,6 % aparecen en situación óptima.
Allí hubo una expansión de las capturas entre 1950 y 1970 cuando se produjo un abrupta caída en el caso de la anchoa, seguido de un nuevo y significativo incremento entre 1974 y 1994, cuando se alcanzó el pico de la serie histórica con unos 20 millones de toneladas.
Pero desde entonces, los desembarcos se fueron reduciendo significativamente y actualmente se han estabilizado en torno a la mitad de ese volumen.
Otra de las áreas señaladas por el estado todavía más deteriorado de sus recursos pesqueros es el Mediterráneo y el mar Negro, ya que únicamente un 35,1 % se consideran en una situación sostenible (un 56,9 % del total de desembarcos).
No obstante, la FAO hace notar que aunque mala, la situación ha mejorado, ya que la reducción en un 30 % del esfuerzo pesquero en los diez últimos años (con medidas como el recorte del número de barcos que pueden faenar o el del número de días de pesca), ha permitido un incremento del 15 % de los recursos. EFE
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