La violencia armada afecta al 48 % de los escolares de Río de Janeiro, según la Unesco
Río de Janeiro, 29 may (EFE).- Al menos el 48 % de los estudiantes de primaria y secundaria de las 1.800 escuelas públicas en Río de Janeiro estuvo expuesto en 2022 a la violencia armada en áreas controladas por narcotraficantes y milicias (grupos parapoliciales), según un estudio publicado este jueves por Unicef.
El informe ‘Educación bajo cerco: las escuelas de Río impactadas por la violencia armada’, que Unicef elaboró en asociación con el Instituto Fuego Cruzado y el Grupo de Estudios de Ilegalidades de la Universidad Federal Fluminense, calcula en cerca de 800.000 el total de escolares «expuestos a la violencia crónica impuesta por el control armado en las regiones de sus escuelas».
El estudio admite que, aunque los tiroteos han disminuido en ciertos sectores del área metropolitana de esta ciudad brasileña, que incluye 20 municipios, la violencia crónica sigue amenazando el derecho a la educación.
Según Unicef, el porcentaje de escolares afectados sube al 55 % si se tiene en cuenta tan solo el municipio de Río de Janeiro y se excluyen los otros del área metropolitana.
El estudio indica que en 2022 se registraron 4.400 tiroteos en las inmediaciones de centros educativos, que se concentraron principalmente en los barrios de la zona norte de Río de Janeiro (1.714 casos) y en los municipios del cinturón de pobreza conocido como Baixada Fluminense (1.100).
Tan solo una escuela en el municipio de São Gonçalo registró 18 tiroteos en sus alrededores en un año.
Según el informe, las áreas bajo control de organizaciones armadas, sean narcotraficantes o milicianos, concentran tres veces más tiroteos en operaciones policiales que las zonas no controladas.
«Estos datos son alarmantes y refuerzan las desigualdades. Urge integrar políticas de seguridad y educación para proteger a los estudiantes», afirmó Flavia Antunes, directora de Unicef en Río.
El informe recomienda a las autoridades reducir el control territorial de los grupos armados y evitar operaciones policiales cerca de escuelas.
También propone fortalecer protocolos de resiliencia y diseñar un modelo de seguridad pública que proteja a la infancia.
La directora del Instituto Fuego Cruzado, Maria Isabel Couto, considera que los datos justifican la adopción de estas recomendaciones. «Negar esta realidad es negar el derecho a la educación», afirmó.
Río de Janeiro es una de las capitales regionales más violentas de Brasil como consecuencia de los continuos enfrentamientos armados entre bandas rivales de narcotraficantes por el control de las favelas o por los tiroteos con grupos de milicias o con la propia Policía. EFE
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