Libia impedirá la entrada de migrantes bloqueados en frontera con Túnez
Trípoli, 27 jul (EFE).- El jefe del Gobierno libio de Unidad Nacional (GUN), Abdulhamid Dbeiba, advirtió que impedirá «la filtración» de migrantes al Estado libio, bloqueados desde hace semanas en la zona fronteriza con Túnez después de ser expulsados del país vecino.
El primer ministro libio ordenó la formación de un grupo de trabajo con los ministerios de Interior, Exteriores y la Presidencia del Estado para abordar esta crisis migratoria y pidió mayor «coordinación con Túnez para devolverlos a sus países» y aseguró que Libia garantizará «todas las medidas logísticas necesarias».
Decenas de personas migrantes subsaharianas, incluidos menores y mujeres embarazadas, continúan bloqueados en la frontera entre Túnez y Libia después de que las autoridades tunecinas expulsaran a principios de este mes a 1.200 de personas a esta zona fronteriza, sin acceso a agua o comida.
Dbeiba advirtió que Libia no será un país de «reasentamiento de inmigrantes» y apostó por aunar «esfuerzos nacionales hacia el expediente migratorio en todos los detalles relacionados con ello».
El ministro libio del Interior, Imad Trabelsi, presente en la reunión de seguimiento de este jueves sobre la situación de seguridad en la frontera libio-tunecina, apeló al trato con humanidad de los migrantes y a proveer recursos para satisfacer sus necesidades básicas.
Cerca de 150 personas levantaron un campamento improvisado en la localidad fronteriza de Ras Jadir, proxima al mar, para poder resguardarse de las altas temperaturas.
Otros campamentos similares se encuentran en zonas desérticas como Al Assah, donde la Guardia Fronteriza recuperó el martes cinco cuerpos de migrantes, incluido un niño de corta edad, reveló el Ministerio libio de Interior.
La Media Luna Roja ha conseguido realojar en centros de acogida a al menos 600 personas que se encontraban en el lado libio.
Human Rights Watch (HRW) ha instado a la Unión Europea, que firmó este mes un acuerdo migratorio con Túnez, a suspender su apoyo financiero destinado al control migratorio y advirtió que el país magrebí no es un refugio «seguro» para los subsaharianos.
Libia también es considerado un «país no seguro» para la comunidad migrante, por las violaciones de derechos humanos que presuntamente se comenten en los llamados «centros de reagrupación y retorno» donde están expuestos a torturas, violencia sexual y trabajos forzados, así como otras formas de explotación «con total impunidad», según Amnistía Internacional. EFE
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