Los retos de Merz: economía, migración, la guerra, el desafío de AfD y ahora su coalición
Salvador Martínez Mas
Berlín, 6 may (EFE).- El nuevo canciller de Alemania, Friedrich Merz, toma las riendas del Gobierno con retos importantes, desde reactivar la economía del país y reducir la migración irregular a mantener el apoyo a Ucrania y hacer frente al auge de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), a los que ahora se suma el desafío de mantener el control de la mayoría gubernamental.
El bloque conservador y los socialdemócratas que dirigirán el país a partir de este martes controlan 328 de 630 escaños en la Cámara Baja, una ajustada mayoría que demostró sus límites este martes cuando el líder conservador fracasó en la primera votación para ser elegido décimo canciller del país centroeuropeo.
En un revés histórico que nunca había ocurrido en la República Federal de Alemania, 18 diputados de las filas de la propia coalición negociada entre el bloque conservador y los socialdemócratas no le apoyaron, creando ya una primera crisis gubernamental.
Finalmente superó la votación con 325 votos del total de 328 que podía haber obtenido de toda la coalición.
Pese a la fragilidad de esta mayoría ahora más que evidente, Merz quiere con esos 328 escaños dar un «cambio de rumbo» a Alemania.
La economía alemana sumó dos años de recesión en 2023 y 2024, años en los que el PIB germano cayó, respectivamente, un 0,3 % y un 0,2 %, y para 2025 las autoridades prevén un estancamiento.
Además, «el Gobierno debe demostrar que es capaz de hacer frente a la inmigración. Esto significa seguir la voluntad de la mayoría y reducir la inmigración», señaló a EFE Wolfgang Merkel, politólogo del Centro de Ciencias Sociales de Berlín (WZB, por sus siglas alemanas).
Problema migratorio
La lucha contra la migración irregular ocupa un lugar destacado en el acuerdo de coalición firmado por la CDU, su hermana bávara Unión Socialcristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) este lunes.
En la CDU/CSU y en el SPD definen Alemania como «un país cosmopolita», pero plantean en ese texto, entre otras cosas, la necesidad de «reducir significativamente» los «incentivos a la migración», «organizar y controlar la migración» y «frenar eficazmente la migración irregular».
Merz llega al poder en un momento en el que, sobre todo, las administraciones locales sienten la presión de asumir la llegada de cerca de un millón de demandantes de asilo procedentes de Ucrania, a los que se suman los refugiados de otras regiones del mundo.
Según datos del laboratorio de ideas Iniciativa de Estabilidad Europea (ESI en inglés), con sede en Berlín, a Alemania nunca llegaron tantos refugiados como en los últimos tres años, pues a los 1,2 millones de ucranianos se suman unos 850.000 demandantes de asilo de otras partes del planeta.
Desde los años 40 no se registraba en Alemania una llegada de tantos migrantes.
Desafíos fuera y dentro de Alemania
La presión migratoria que sufre Alemania tiene mucho que ver con las consecuencias de la guerra de Rusia contra Ucrania.
Ese conflicto es otro de los grandes retos a los que Merz y su Gobierno tendrán que responder, después de que el líder cristianodemócrata haya prometido que, con él al frente, Berlín volverá a ser un actor influyente en Europa y el mundo.
Olaf Scholz, predecesor de Merz, convirtió a Alemania en el país europeo que más apoyo militar ha prestado a Ucrania, pero el recién elegido canciller se ha mostrado favorable a poner en manos de Kiev los misiles de largo alcance alemanes Taurus, sistemas que desde el SPD han señalado que podrían suponer una «escalada» del conflicto.
Según el experto del WZB, asociado a todos estos desafíos nacionales e internacionales está el reto de cómo debe el nuevo Ejecutivo plantar cara a AfD, formación que los servicios de inteligencia interior consideran un «caso confirmado de extremismo de derechas».
Confianza y compromisos son la clave
Wolfgang Schröder, politólogo de la Universidad de Kassel, también indicó a EFE que el «extremismo de derechas» es uno de los grandes retos de Merz, pero afrontarlo pasa por resolver las causas del malestar que han hecho posible el auge de AfD.
«Cada vez son más los que votan a AfD porque están convencidos del programa, pero también los hay que lo apoyan a modo de protesta», pero «puede que, si se gobierna bien, disminuya el apoyo a AfD», según Schröder.
Ambos expertos apuntaron la importancia de la «capacidad de compromiso» de conservadores y socialdemócratas en esta nueva andadura gubernamental, producto de la ruptura del Gobierno tripartito de Olaf Scholz formado por socialdemócratas, ecologistas y liberales.
Ahora mismo, en Alemania, «hay pocas expectativas sobre este Gobierno, pero eso es una oportunidad, porque tal vez logren más cosas que un Ejecutivo del que se esperaba mucho», concluyó Schröder. EFE
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