Luís Montenegro, a la sombra el escándalo empresarial
Lisboa, 15 may (EFE).- El primer ministro en funciones de Portugal, Luís Montenegro, se ha recompuesto el traje y pide que le dejen trabajar, como dice la letra de su himno de campaña, ganando las elecciones de este domingo, tras su dimisión por una empresa de su familia por la que hay una investigación en marcha contra él.
Pese a que no se conoce si va a prosperar un caso en su contra, Montenegro ha dejado atrás las ojeras y sus caras de circunstancias durante el debate del voto de confianza en el Parlamento de marzo pasado, que su Ejecutivo perdió, para dar paso al político afable, de maneras suaves y media sonrisa.
Le ayuda que las encuestas le den ventaja frente al socialista Pedro Nuno Santos y que las críticas contra él se centren más en la gestión de su Gobierno en temas como la sanidad pública, la economía o la lucha contra la corrupción en general que en el escándalo que le ha hecho caer, el de la empresa que él fundó en 2021 cuando estaba fuera de la política activa, Spinumviva.
La existencia de esta compañía, que actualmente controlan sus hijos, salió a la luz en la prensa en febrero y pronto lo que comenzó como una polémica evolucionó a una crisis política, después de que se publicara que Solverde, un grupo de casinos y hoteles para el que Montenegro trabajó en el pasado, estuvo pagando mensualmente a Spinumviva por sus servicios.
Hay una investigación en curso por parte de la Fiscalía de Portugal contra el primer ministro en funciones tras una denuncia anónima, pero hasta ahora apenas han trascendido más detalles.
Pese a todo esto, los sondeos son favorables a Montenegro, presidente del conservador Partido Social Demócrata (PSD).
La diputada de esta formación Dulcinea Catarina Moura, cabeza de lista por el distrito de Guarda, pone voz a lo que algunos de los votantes de Montenegro piensan y por lo que lo exculpan: «crear una empresa cuando se está fuera de la política activa es la actitud más loable de quien quiere vivir y sustentar a su familia con su trabajo y dedicación», afirmó a EFE.
Moura cree que los portugueses quieren estabilidad financiera, económica y política, y que por ello votarán el 18 de mayo por un proyecto que garantiza «la continuidad en la gobernanza».
Sea cual sea finalmente el sentido del voto, lo cierto es que Montenegro se ha revelado como un estratega que sabe maniobrar en condiciones adversas, algo que ha demostrado a lo largo de su carrera.
En alguna entrevista en el pasado, confesó que se considera una persona reflexiva a la que le gusta ponderar bien y nunca precipitarse, lo que ha sido su filosofía a lo largo de su carrera de más de 25 años en el PSD, una de la fuerzas que integran la coalición Alianza Democrática (AD), junto al democristiano CDS-PP.
Frente a la ultraderecha, Montenegro ofrece el lado amable del conservadurismo y deja a otros en AD que adopten una línea más dura, y ya ha avisado de que no tiene intención de pactar con el partido extremista Chega, al igual que hizo tras los comicios de marzo de 2024.
Luís Filipe Montenegro Cardoso de Morais Esteves nació en 1973 en Oporto y se forjó en política local en el pueblo donde se crió, Espinho, una localidad de 10.000 habitantes al sur de la segunda ciudad del país.
‘Filipinho’, como le llaman en casa, o el ‘ervilha’ (guisante) como le apodaban sus amigos, fue líder de la Juventud Social Demócrata de Espinho y ocupó puestos como el de presidente de la Asamblea Municipal y concejal. Fue derrotado en dos ocasiones cuando se postuló para la alcaldía.
Sabe de sobra lo que es perder y levantarse, porque también fue derrotado como aspirante de su partido para dirigir el distrito de Aveiro y años más tarde fue vencido en dos ocasiones por Rui Rio en la contienda para presidir el PSD, hasta que en mayo de 2022 venció las primarias.
Sus fuertes, según Moura, «su simpatía, amabilidad y sentido del humor», mientras que la clave de su éxito considera que es su «capacidad». EFE
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