Miles de fieles rezan en el Monte Arafat entre medidas para evitar las muertes por calor

Riad, 5 jun (EFE).- Miles de fieles musulmanes procedentes de todo el mundo, ataviados con la ropa blanca característica del hach, la gran peregrinación anual a La Meca, comenzaron a llegar al amanecer al Monte Arafat, en medio de medidas de seguridad y de «bienestar» desplegadas por las autoridades saudíes para evitar muertes por golpes de calor.

Los files llegaron al Monte Arafat, en una jornada con temperaturas que oscilan entre 43 y 44 grados y niveles de humedad del 30 al 50 %, según el Centro Nacional de Meteorología saudí, para escuchar el sermón en la mezquita de Namirah, con capacidad para 300.000 fieles.

El resto lo siguió desde los patios circundantes, con traducciones a 35 idiomas, antes de realizar las oraciones del Dhuhur (mediodía) y Asr (tarde), con el objetivo de permanecer en el Monte Arafat hasta el atardecer.

Evitar muertes por golpe de calor

Arabia Saudí quiere evitar fallecimientos por las elevadas temperaturas, especialmente después de que alrededor de 1.300 personas murieran durante la peregrinación a La Meca el año pasado por causas relacionadas con golpes de calor en grandes aglomeraciones.

La Media Luna Roja saudí, en declaraciones a la televisión Al Arabiya, afirmó que «los casos de estrés térmico disminuyeron gracias a la infraestructura y el uso de parasol» entre una parte importante de más de millón y medio de personas que participan en este acontecimiento religioso.

Según el Ministerio de Salud saudí, los centros de salud recibieron a más de 27.200 pacientes en servicios de urgencias durante la actual temporada del hach, sin especificar las causas de su atención médica, aunque detalló que 71 casos fueron por agotamiento de calor.

Con el objetivo de prevenir la exposición al sol durante las horas de mayor radiación, las autoridades definieron un amplio sistema de transporte, que involucra a 11 agencias gubernamentales, 45.000 empleados y 92 planes operativos para garantizar la fluidez.

Según los primeros datos oficiales, este año, el tren lanzadera de los lugares sagrados transportó a 423.000 personas, mientras que más de 20.000 autobuses movilizaron al resto entre Mina y Arafat.

Saleh al Zuwaid, portavoz de la Organización de Transporte y Logística saudí, destacó el uso de inteligencia artificial para optimizar el transporte, que este año cuenta «con una flota inteligente que inspeccionó 7.400 kilómetros de carreteras, drones para supervisar el flujo de tráfico y 15.000 cámaras en La Meca que analizan imágenes para prevenir congestiones».

Entre las medidas definidas para garantizar el bienestar de los fieles, la Autoridad Saudí del Agua aseguró el suministro ininterrumpido de 1,2 millones de metros cúbicos de agua diarios, con un laboratorio móvil que realiza 4.000 análisis al día para garantizar su calidad, según un comunicado.

En esta línea, el Centro Nacional de Meteorología saudí advirtió sobre los peligros de caminar mucho tiempo durante las horas de mayor exposición al sol, por lo que recomendó el uso de paraguas y una hidratación constante.

Ritos del hach

Los peregrinos concluirán su estancia en el Monte Arafat al atardecer y luego partirán hacia Muzdalifah para pasar la noche allí, preparándose para la oración del Aíd a la mañana siguiente. Después se dirigirán a Mina y a la zona de la lapidación del diablo prevista para el primer día del Aíd, mañana viernes.

El gobierno saudí está aprovechando la apretada agenda de los peregrinos en Arafat y la vacante de la Gran Mezquita de La Meca para reemplazar la kiswah (las cortinas) de la Kaaba, siguiendo con la costumbre anual.

Un equipo de trabajadores completan la sustitución del cortinaje en tan solo tres horas, y la Kaaba luce su nuevo atuendo, hecho de seda natural pura teñida de negro con incrustaciones de oro, con un costo de 22 millones de riales (5,9 millones de dólares), y esta ceremonia se retransmite en directo por la televisión estatal. EFE

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