MSF alerta de una crisis de desnutrición «ignorada» en el noroeste de Nigeria
Lagos, 7 jul (EFE).- Una «una crisis de desnutrición creciente, pero ignorada en buena medida» está desarrollándose en el noroeste de Nigeria, poniendo en peligro la vida de decenas de miles de niños, advirtió este jueves la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF).
«A pesar de nuestros llamamientos en los últimos meses tanto a las organizaciones humanitarias como a las autoridades para que intensifiquen las actividades médicas, no hemos observado la movilización necesaria para evitar una crisis nutricional devastadora», dijo el jefe de las operaciones de emergencia de MSF, Michel-Olivier Lacharite, en un comunicado.
«Nos estamos preparando para tratar hasta a 100.000 niños desnutridos únicamente en el estado de Katsina, y también hemos ampliado nuestras respuestas en los estados de Kebbi, Sokoto, Zamfara y Kano», señaló Lacharite.
En lo que va de año, los trabajadores de MSF, en colaboración con las autoridades sanitarias de cinco estados del noroeste de Nigeria, han atendido a más de 50.000 niños con desnutrición aguda (con un peso tan por debajo del estándar de referencia para su talla que requiere de atención médica inmediata), indicó esta organización humanitaria.
La desnutrición aguda debilita el sistema inmunológico de los que la sufren, poniéndolos en riesgo de enfermar y morir, y, si no es tratada a tiempo, también puede alterar gravemente el desarrollo físico y cerebral de los niños.
Después de analizar a más de 36.000 menores de cinco años en el estado de Zamfara el pasado mes de junio, MSF descubrió que más de la mitad de esos niños estaban desnutridos, y casi uno de cada cuatro necesitaban atención médica urgente.
Además, en el estado de Katsina había tantos niños desnutridos que MSF tuvo que «aumentar rápidamente su capacidad de hospitalización desde 100 a casi 280 camas en las últimas semanas», y aún así no pudieron atender a todos los infantes que llegaron a esos centros de salud.
MSF lamentó que la ONU aún «no ha incluido» al noroeste nigeriano en sus planes de respuesta humanitaria para el país, que están centrados principalmente en los estados del noreste, castigados por la violencia yihadista de Boko Haram y el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP, por sus siglas inglés).
«La difícil situación de los niños desnutridos en el noroeste de Nigeria no puede seguir siendo ignorada», dijo el jefe de misión de MSF en Nigeria, Froukje Pelsma.
«Los donantes y las agencias internacionales, incluidos UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, deben aumentar su apoyo a estos centros de salud (…) en colaboración con las autoridades nigerianas, que también tienen que contribuir», indicó Pelsma.
Los estados del centro y noroeste de Nigeria sufren ataques incesantes por parte de «bandidos» -término usado en el país para nombrar a las bandas criminales que cometen esos asaltos- y una ola de secuestros masivos para obtener lucrativos rescates.
La violencia continúa a pesar de las reiteradas promesas del presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, de acabar con el problema y del despliegue de más fuerzas de seguridad en la zona.
Esta inseguridad ha obligado a más de 50.000 personas a abandonar sus casas, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), y está impidiendo que muchas más familias puedan cultivar o acudir a los mercados para vender sus productos agrícolas.
Además, MSF alertó de un aumento «vertiginoso» del precio de muchos alimentos básicos en los mercados locales.
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