Nacionalistas flamencos salen de gobierno de coalición en Bélgica rechazando pacto migratorio

El Primer ministro belga Charles Michel se colocó a la cabeza este domingo de un gobierno minoritario, tras la renuncia de los ministros nacionalistas flamencos de la coalición gubernamental, por divergencias profundas sobre el Pacto de la ONU sobre las migraciones.
Estas renuncias fueron «aceptadas» por el rey de los belgas tras una entrevista con Michel, quien vino a presentarle el nombre de los ministros que heredan las carteras vacantes (Interior, Finanzas, Defensa y Migración).
«Lamento que hayamos llegado a esto», declaró el primer ministro a la televisión RTL-TVI.
«Es una coalición responsable (…) la que se instala», prometió y llamó al «diálogo con el Parlamento», pues realizar elecciones anticipadas «puede bloquear al país por un año».
En conferencia de prensa Michel fijó sus tres prioridades: poder adquisitivo, seguridad y política climática, en respuesta a un «llamado fuerte» de los ciudadanos.
Los ministros nacionalistas flamencos de la N-VA renunciaron de la coalición que gobierna en Bélgica desde hace cuatro años debido a un profundo desacuerdo sobre el Pacto de la ONU para las Migraciones.
El exministro de Interior, Jan Jambon, de la Nueva Alianza Flamenca (N-VA, nacionalistas flamencos), confirmó este domingo a la televisión pública RTBF que él mismo y los demás ministros de su partido dimitían.
«Está claro, está clarísimo», dijo, poniendo fin a varias horas de confusión.
Con esta salida de la N-VA, peso pesado de la coalición belga, Michel se quedó este domingo al frente de un gobierno en minoría en el Parlamento, a sólo cinco meses de las elecciones legislativas previstas para finales de mayo.
El gobierno se ha tambaleado a menudo desde hace cuatro años debido a las tomas de posiciones, consideradas radicales, de la N-VA, sobre migración.
El presidente del partido Bart De Wever lanzó el sábado por la noche un ultimátum a Michel, dando a entender que la N-VA se iría si el primer ministro viajaba a Marrakech el domingo para aprobar en nombre de Bélgica el Pacto de la ONU para las Migraciones.
«Si ya no tenemos voz en este gobierno […] no sirve de nada continuar», declaró.
«Tomo […] nota esta noche de que la N-VA abandona la mayoría», respondió Michel tras el anuncio. El primer ministro reiteró su firme intención de representar a Bélgica en Marrakech como «jefe de gobierno de una coalición responsable».
El sábado por la noche, se convocó un consejo de ministros en un último intento, pero no se lograron superar las diferencias.
– «Pacto con el diablo» –
La N-VA era el único de los cuatro partidos de la coalición opuesto a este texto, que se aprobará el lunes y el martes en Marruecos por los países de la ONU, antes de ser ratificado durante una votación en Nueva York el 19 de diciembre.
El pacto había sido aceptado por consenso gubernamental este verano, pero la N-VA cambió su parecer a finales de octubre.
La crisis, latente desde hace varias semanas, estalló el martes por la noche, cuando Charles Michel anunció su intención de acudir al Parlamento, a falta de unanimidad en el seno de su gobierno.
Se trataba de la «credibilidad» de Bélgica en el ámbito internacional, explicó el primer ministro, que él mismo defendió este texto en la tribuna de la ONU a finales de septiembre.
El jueves, una amplia mayoría de derecha e izquierda desbloqueó en sesión plenaria la cuestión posicionándose a favor de una resolución que pide al gobierno apoyar el pacto. La N-VA quedó aislada junto al partido de extrema derecha Vlaams Belang.
Este partido antimigración además celebró el mitin en Bruselas junto a la líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, y el exconsejero de Donald Trump, Steve Bannon, para denunciar este Pacto, calificado de espantoso por los populistas en toda la Unión Europea, en vísperas de las elecciones europeas de mayo.
«El país que firmará este pacto, evidentemente, firmará un pacto con el diablo», afirmó Marine Le Pen.
El Pacto de la ONU, no vinculante, recoge principios generales -derechos humanos, derechos de los niños, soberanía nacional- y una veintena de propuestas para ayudar a los países a hacer frente a las migraciones.
Italia, Austria, Bulgaria, Hungría, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Estonia, Letonia, Suiza, Australia, Israel y República Dominicana decidieron no viajar a Marrakech.
Estados Unidos se retiró por su parte de la elaboración del pacto el pasado diciembre.