Pablo Iglesias recuerda el G8 de Génova como «momento político determinante»
Roma, 19 jul (EFE).- El exvicepresidente segundo del Gobierno de España y exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, recordó como «un momento político determinante» en su vida las manifestaciones del G8 de Génova de 2001, según dice en una entrevista al diario italiano «La Stampa» con motivo de esa efeméride.
En la entrevista, Iglesias rememora las manifestaciones de Génova, a las que él mismo asistió cuando era un veinteañero, y comenta someramente su experiencia en la política española.
Aquellas protestas, que se saldaron con fuertes enfrentamientos entre la policía y los movimientos antiglobalistas, así como la muerte del joven activista Carlo Giuliani por disparos de un agente, fueron «un momento político determinante» para Iglesias.
Iglesias asegura que «los ataques premeditados» de las fuerzas del orden fueron contra las manifestaciones y «respondían a un diseño de represión preciso», el de «destruir la posibilidad de organizarse de forma colectiva utilizando un dispositivo de violencia política».
En cualquier caso aquel movimiento, dice, «había comprendido que la escala de la política no solo era nacional, sino global» y anticipó algunos fenómenos posteriores como las marchas contra la guerra o el movimiento indignado español.
«El hecho de que algunos de aquellos que participaron hayan tenido luego cargos importantes, con estilos y discursos nuevos, dice mucho de la importancia de Génova, más que el 1968», celebra.
Iglesias afirma que cuando llegó a la vicepresidencia del Gobierno tras su pacto con el PSOE, en enero de 2020, llevó a su despacho una foto «para no olvidar» que uno del grupo «monos blancos», antiglobalización, «había llegado a la vicepresidencia» de España.
Sobre su experiencia en el Ejecutivo, considera que «algunas ideas, cuando llegan a lo alto, deben confrontarse con el poder».
«Llegar al poder no significa tenerlo, sino desafiar al poder con más instrumentos. Es evidente que un veterano de Génova, llegado al Gobierno, habría sido recibido de forma hostil. Ya lo sabía», confiesa.
En la actualidad política española Iglesias no quiso entrar: «No quiero entrar en la actualidad política española pero he comprendido que tenía que estar donde pueda ser útil. No es una derrota, ahora trabajaré en un lugar donde mi aportación será más necesaria», señala.
Por otro lado cree que «hay un precio político cuando estrechas un acuerdo de legislatura con fuerzas vascas y catalanas y cierras la posibilidad de que el Partido Socialista se alíe de nuevo con la derecha».
«No pasa nada porque no esté yo, sino compañeros y sobre todo compañeras, que puedan mejorar los resultados que yo obtuve. Continuaré a trabajar como militante en otros ámbitos, un compañero puede caer pero lo fundamental es que el colectivo avance, me lo ha enseñado Génova», sostiene. EFE
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