Polémica en España por las cesiones migratorias al partido al que Pedro Sánchez acusó de «xenofobia»
Las cesiones migratorias del presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, a un partido independentista catalán, al que acusó de «xenofobia» en el pasado, provocaron una tormenta política y evidenciaron la fragilidad de los apoyos que lo sostienen en el poder.
En la primera gran votación en el Congreso desde que fuera reelegido para un nuevo mandato en noviembre, Sánchez tuvo que transigir el miércoles pasado ante Juntos por Cataluña (Junts per Catalunya, JxCat) para poder aprobar dos proyectos clave, uno de ellos un paquete de ayudas sociales contra la inflación.
A cambio de la abstención de los siete diputados del partido del independentista catalán Carles Puigdemont, lo que permitió aprobar esas propuestas, Sánchez se comprometió a traspasar competencias migratorias a la región de Cataluña.
Junts afirma que lo acordado es una cesión «integral», pero Sánchez ha aclarado que el manejo de fronteras y de la inmigración irregular seguirá correspondiendo al Estado central, y que se entregarán competencias en temas como autorizaciones de empleo o en políticas de integración social para inmigrantes.
Aún cuando los detalles deben aclararse en una ley aún por debatir en el Congreso, este tema provocó un aluvión de críticas, desde la policía, la oposición de derecha e incluso desde los socios de izquierda radical que gobiernan con los socialistas de Sánchez.
El Presidente del gobierno utiliza a la Policía Nacional, competente en materia migratoria y extranjería, «para ceder ante los separatistas catalanes», denunció Jupol, que se define como el sindicato mayoritario del cuerpo.
El líder de la oposición de derecha, Alberto Núñez Feijóo, cargó el lunes contra «la entrega de la política migratoria» a «un partido que el propio» Sánchez consideró «xenófobo».
– «Odio y xenofobia» –
Feijóo se refería a palabras pasadas de Sánchez, como cuando en febrero de 2021 acusó a algunos candidatos de Junts para las elecciones catalanas de ese mes de usar un discurso de «odio y xenofobia» similar al de la extrema derecha.
Uno de los candidatos, que terminó por renunciar, había hablado de hacer «limpieza de españoles» en Cataluña.
Asimismo, Sánchez llamó en mayo de 2018 al entonces presidente catalán Quim Torra, de Junts, «el Le Pen de la política española», en referencia al ultraderechista francés Jean-Marie le Pen, por sus «declaraciones racistas y xenófobas» que defendían la superioridad de los catalanes sobre los españoles.
Más recientemente, desde la izquierda se ha criticado que líderes de Junts hayan defendido que Cataluña debe tener potestad para expulsar a inmigrantes reincidentes.
El problema para Sánchez, que gobierna en minoría, es que para sacar adelante en el Congreso cualquier iniciativa necesita los apoyos de Junts y de varios otros partidos regionales, tal y como quedó patente cuando fue reelegido en noviembre.
En ese momento, Junts votó sí, pero a cambio de tramitar una ley para amnistiar a los independentistas catalanes procesados por el intento de secesión de la región en 2017, una medida que causa profunda división en el país.
Como muestra de la dificultad del líder socialista para alinear los intereses de sus apoyos, la cesión migratoria a Junts, un partido heredero de una formación catalana nacionalista y conservadora, fue criticada por Sumar, la plataforma de izquierda radical que gobierna con los socialistas.
Este acuerdo alienta «discursos xenófobos que deberían estar fuera del debate público», declaró este lunes Ernest Urtasun, ministro de Cultura y portavoz de Sumar.
– Pelea interna en Cataluña –
El debate sobre la inmigración ha ido en aumento en Cataluña desde que en las elecciones regionales de mayo de 2023 ganara la alcaldía de Ripoll Silvia Orriols, del partido Alianza Catalana, una figura independentista y muy crítica de la inmigración.
Con la demanda de más competencias migratorias, Junts «intenta evitar que Alianza Catalana y Orriols le roben votos», denunció este lunes en Catalunya Radio Juan Ignasi Elena, responsable de Interior del gobierno regional de Cataluña, dirigido por otro partido independentista, Izquierda Republicana de Cataluña (ERC).
Elena criticó que miembros de Junts hayan «mezclado» inmigración y delincuencia, por su idea de expulsar a inmigrantes reincidentes.
«No puedo estar de acuerdo en absoluto con que se identifique o se equipare la migración con la delincuencia», zanjó Sánchez en una entrevista al diario El País el domingo, cuando reivindicó que su gobierno tiene «una política migratoria humanista».
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