Nace una micronación inspirada en Suiza
La república independiente de Liberland, proclamada en 2015, se basa en un concepto de libre determinación ciudadana que va más allá de las formas que ha asumido la democracia directa en Suiza.
Ese territorio de siete kilómetros cuadrados fue declarado república independiente por el político checo Vít Jedlička. Al término de la guerra de la otrora Yugoslavia, ni Croacia ni Serbia, entre las cuales se ubica, reivindicaron oficialmente esa pequeña franja de tierra, lo que la convirtió en uno de esos raros lugares del planeta que no pertenecen a nadie.
Un modelo de la democracia
“Queremos que Liberland sea un ejemplo de buen gobierno para todos los países del mundo. En LiberlandEnlace externo los ciudadanos no sufrirán ninguna injerencia inútil o represión por parte del Estado”, declaró Vít Jedlička al participar en el simposio ‘El dilema de la disgregación’, en la Universidad de San Gall.
Liberland no quiere imponer gravámenes, una educación estatal, leyes sobre el matrimonio, ayudas sociales (del interior o del extranjero), un sistema bancario físico o leyes que dicten lo que los ciudadanos pueden sembrar en su jardín, precisó el político.
“Hemos retomado el sistema de democracia semidirecta de Suiza”, subrayó. “En Liberland, el Parlamento y el Gobierno crearán leyes y permitirán al pueblo impugnarlas mediante referéndum. Esta es la mejor manera de conectar el sistema que gestiona el Estado con la voluntad de la mayoría”.
El autoproclamado presidente de Liberland rechaza el reconocimiento de la Unión Europea, pero desea que “su” país se una a la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), de la que Suiza es miembro.
Un país todavía ficticio
Actualmente, ningún Estado del mundo ha reconocido a Liberland, que permanece despoblado debido a que la policía de Croacia ha impedido cualquier asentamiento. De hecho, Vít Jedlička y otras personas han pasado por las prisiones de ese país, merced a sus intentos.
Aunque admite que todavía queda un largo camino por recorrer para que Liberland integre la lista de Estados plenamente operacionales, Vít Jedlička se niega a claudicar. En San Gall habló de su decisión de hacer algo luego de fracasar en su intento de detener el clientelismo y la corrupción en su propio país. “Me pareció que era mucho más fácil comenzar con un nuevo país que reformar uno viejo”, apuntó.
Precisó que 500 000 personas han solicitado hasta ahora convertirse en ciudadanos de Liberland, pero que solamente 300 han aprobado el proceso de selección que elimina a los delincuentes y a los miembros de asociaciones políticas de extrema derecha.
Una democracia de “méritos”
Pero aquí es donde las cosas se ponen un poco confusas. Vít Jedlička admite que esta selección de los ciudadanos reposa en él y en “algunos amigos”. Pero no se sabe exactamente qué autoridad aplicará más tarde el previsto sistema de “méritos”, que determinará el peso político de cada ciudadano.
Aunque no habrá impuestos, será posible obtener méritos mediante la inversión en la infraestructura del país. Esos méritos se transformarán luego en número de votos en caso de referéndum.
Otro tema de controversia potencial radica en el plan de basar la economía de Liberland en la capacidad de convertirse “en el mejor paraíso fiscal del mundo y el lugar donde sea más fácil iniciar una empresa”. Para un país que no cree en los impuestos, eso tiene sentido, pero a Vít Jedlička no parece preocuparle el hecho de que eso llamaría la atención del movimiento contra los paraísos fiscales y daría lugar a sanciones. El político precisó que su país nunca aceptaría dinero de origen criminal.
Pronto una realidad
Este sistema, y de hecho toda esta empresa, requiere un acto de fe por parte de las personas que están acostumbrados a las cosas que se hacen de manera diferente. “La gente es suficientemente inteligente para imaginarse lo que es bueno para ellos y lo que no, replicó el político. ¿Quién pediría la ciudadanía de un país en el que no cree? ¿Quién pediría unirse a Corea del Norte?”
Toda esta iniciativa se basa en el principio de eliminar al ‘Gran Hermano’ (‘Big Brother’). El Estado debería limitarse a una justicia independiente, un sistema jurídico, una política exterior y un sistema financiero (basado en el ‘bitcoin’ en el caso de Liberland), según Vít Jedlička. Los ciudadanos deberán decidir todo lo demás.
El político checo está convencido de que tarde o temprano Liberland se convertirá en realidad. “Nada en el mundo puede evitarlo. La autodeterminación es una fuerza muy poderosa”, estima Vít Jedlička. Y para cuando eso suceda, el político cuenta con el reconocimiento formal por parte de Suiza. “¿Por qué no? Después de todo, Suiza fue uno de los primeros países en reconocer a Kosovo”, recordó.
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.