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Rusos y ucranianos hacen mala la promesa de Trump y siguen combatiendo cien días después

Moscú/Kiev, 30 abr (EFE).- Rusos y ucranianos han hecho mala la promesa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de que pondría fin a la guerra, primero en 24 horas y después en sus primeros cien días en la Casa Blanca, ya que ni siquiera han sido capaces de ponerse de acuerdo en un alto el fuego provisional.

El Kremlin no dejó de agradecer hoy «los denodados esfuerzos mediadores» de Estados Unidos, pero a lo más que ha llegado es a declarar una tregua de 72 horas para conmemorar -el 8, 9 y 10 de mayo- el 80 aniversario de la victoria del Ejército Rojo sobre la Alemania nazi.

Mientras, el ministro de Exteriores ucraniano, Andrí Sibiga, insistió, en línea con la postura de EE.UU. y los europeos, en su demanda de una tregua de 30 días prorrogable.

«Rusia puede demostrar que está realmente preparada para las negociaciones de paz aceptando un alto el fuego real por al menos 30 días. Si Rusia está lista para un alto el fuego de 60 o 90 días, nosotros lo estamos también», escribió Sibiga en su cuenta de X.

El Kremlin se enroca

Por si había alguna duda sobre las intenciones de Washington, el secretario de Estado, Marco Rubio, instó durante una conversación telefónica a su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, a acabar «ya» la guerra de Ucrania.

En respuesta, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró este miércoles que «el acuerdo de paz debe ser firmado con Ucrania y no con Estados Unidos».

Peskov recordó que el presidente ruso, Vladímir Putin, se mostró dispuesto recientemente -justo después de la tregua de Pascua- a mantener «conversaciones directas con los ucranianos sin condiciones previas».

«Así que, dicha voluntad sigue en pie», añadió tras participar en una conferencia en vísperas del 80 aniversario de la Segunda Guerra Mundial.

En cambio, resaltó, «lamentablemente, aún no hemos oído ninguna declaración o comentario por parte de Kiev, así que no sabemos si está dispuesto o no».

«Kiev plantea muchas condiciones previas, por ejemplo (un largo) alto el fuego. Esto se contradice con la postura de Putin», señaló.

Conversar y combatir, una cuestión de orden

A día de hoy, la manzana de la discordia ya no es la negativa de Moscú a conversar con Kiev, ni tampoco la oposición de Zelenski a negociar directamente con Putin.

El dilema es que Ucrania exige primero declarar un alto el fuego y, sólo entonces, abrir negociaciones directas; mientras Rusia está dispuesta a hablar, sin que callen los cañones.

Putin se opone desde hace meses a aceptar un cese de las hostilidades con el argumento de que el enemigo ucraniano lo aprovechará para reagruparse y rearmarse con armamento occidental.

Según la prensa internacional, ese fue precisamente el motivo del último viaje el pasado viernes a Rusia del emisario de EE.UU., Steve Witkoff, pero el líder ruso rechazó la propuesta.

«Rusia debe dejar de hablar sobre su disponibilidad para la paz y comenzar a actuar aceptando de forma incondicional un alto el fuego real y duradero. Cuando las armas callen, las conversaciones pueden comenzar en cualquier formato que traiga la paz», aseguró Sibiga.

Durante su viaje a Brasil, Lavrov parafraseó al jefe del Kremlin asegurar que «es necesario garantizar un monitoreo claro, diario, objetivo y transparente de cómo se comporta cada parte a lo largo de toda la línea de contacto».

«El régimen ucraniano se retira cada vez más activamente. Por eso ha dado un giro de 180 grados y ha comenzado a exigir un alto el fuego inmediato sin condiciones previas», dijo.

No obstante, la realidad sobre el terreno indica que la ofensiva rusa en el Donbás se ha estancado, por lo que Moscú no puede exigir que el ejército ucraniano se retire de las zonas que controla en las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, aunque éstas sean, según la Constitución rusa, territorio nacional.

Ucrania recupera la iniciativa diplomática

Pese a que, según Trump, Zelenski frustró sus planes al negarse a reconocer la anexión rusa de la península de Crimea, la Casa Blanca se pudo del lado de Kiev al asegurar que Trump desea un alto el fuego duradero, de lo contrario Washington recurrirá a las sanciones.

De hecho, el presidente ucraniano pidió el martes «sanciones contundentes adicionales» para obligar a Rusia a cesar de las hostilidades y adelantó que tiene previstas conversaciones, al respecto, con Washington.

«Debe haber presión, no sólo palabras o intentos de persuasión, que fuerce a Rusia a un alto el fuego y a poner fin a la guerra», dijo.

Consciente de ello y de la amenaza de Trump de abandonar las negociaciones si no hay avances, Peskov aseguró hoy que Moscú entiende que Washington «quiere un rápido éxito en este proceso».

«Al mismo tiempo, entendemos que las causas primarias de la crisis ucraniana son demasiado complejas para resolverlas de la noche a la mañana. Hay muchos matices que hay que considerar», dijo.

En cuanto a una posible reunión entre Putin y Trump, Peskov también destacó que los contactos directos al máximo nivel siempre son eficaces y ayudan a «limar asperezas».EFE

mos-mg/ad

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