Sacerdote presenta dimisión en escuela lusa por ser sospechoso de pederastia
Lisboa, 27 mar (EFE).- Un sacerdote en Portugal sospechoso de pederastia ha presentado su dimisión en el centro educativo en el que trabajaba en Lisboa tras ser apartado la semana pasada de forma cautelar de sus funciones pastorales por la diócesis lisboeta, según divulgaron hoy medios locales.
El cura es uno de los cuatro sacerdotes en activo que fueron apartados el martes pasado, sobre los que no pesan acusaciones formales pero que fueron señalados por una comisión de expertos que ha investigado en 2022 la dimensión de la pederastia en la Iglesia católica lusa en los últimos 70 años, que ha informado de que en el país hay al menos 4.800 víctimas.
El sospechoso ejercía de asistente religioso en la Academia de Música de Santa Cecília y presentó su dimisión el mismo día en el que fue apartado por el Patriarcado de Lisboa.
En respuesta al periódico luso Público, el consejo administrativo de la escuela confirmó que pidió la dimisión por estar incluido su nombre en la lista de sospechosos e informó de que la aceptó al día siguiente.
El centro añadió que no tiene conocimiento de ninguna «acusación o prueba» de que el sacerdote «no haya, en los años de su conexión con el colegio, desempeñado sus funciones con la mayor dignidad sacerdotal».
Aun así, la aceptó por la «salvaguarda inequívoca de la imagen» de la academia y «del intransigente código de principios de humanismo cristiano».
Refirió que esta decisión no cuestiona el «legítimo derecho de defensa que asiste frente a cualquier acusación y la presunción de inocencia que debe prevalecer hasta la sentencia definitiva del proceso respectivo».
El Patriarcado de Lisboa recibió este mes una lista con 24 sospechosos de abuso a menores, cinco de ellos eran sacerdotes en activo, ocho han fallecido, dos están retirados y el resto son desconocidos.
La decisión del Patriarcado de Lisboa se conoce después de que varias diócesis del país anunciaran suspensiones preventivas de sacerdotes por sospechas de abusos.
En un primer momento, la Iglesia lusa optó por dejar libertad a las diócesis para apartar a los sacerdotes sospechosos.
Las críticas no se hicieron esperar e incluso el presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa -católico practicante-, mostró su «desilusión» por esta reacción y consideró que los sospechosos deberían ser suspendidos cautelarmente.
Por el momento, las diócesis han apartado a 13 sacerdotes señalados por la comisión de expertos. EFE
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