Serbia lamenta y Kosovo celebra el 23 aniversario de los ataques de la OTAN
Belgrado, 24 mar (EFE).- En medio del tenso ambiente causado por la guerra en Ucrania, kosovares y serbios recuerdan este jueves, con agradecimiento los primeros y repudio los segundos, el inicio de los bombardeos de la OTAN en la llamada «guerra de Kosovo» hace 23 años.
Hoy, «Día de la libertad» para Kosovo, comienzan en Serbia los «Días de memoria de las víctimas de la agresión de la OTAN», que el presidente de ese país, Aleksander Vucic, compara con el actual ataque ruso a Ucrania.
En cambio, la llamada «intervención humanitaria» de la Alianza Atlántica contra la represión, por parte del régimen del presidente serbio Slobodan Milosevic, de la población mayoritariamente albanesa de la entonces provincia serbia de Kosovo, es conmemorada por Pristina como una acción legítima.
«Hace 23 años, la OTAN intervino para poner fin al genocidio que estaba en curso contra el pueblo de Kosovo», escribió este jueves la presidenta kosovar, Vojsa Osmani, en su cuenta de Twitter.
«Quedamos eternamente agradecidos a los aliados por apoyar nuestro camino a la libertad y la democracia. Ahora más que nunca, el mundo democrático debe recordar esa historia de éxito», añadió.
«Hoy, 23 años después, queda patente cuán horrible, equivocada e ilegal fue la acción de 19 países de la OTAN», declaró por su parte Vucic en una entrevista a la televisión pública serbia RTV emitida la pasada noche.
«Suena estúpido cuando acusan a Rusia de agresión… y alguien les recuerda lo que ellos hicieron», consideró.
La ceremonia central de la conmemoración de la «agresión de la OTAN» en Serbia tendrá lugar esta noche en la ciudad de Kraljevo.
También en la República serbia de Bosnia-Herzegovina y en el norte de Mitrovica, ciudad de Kosovo controlada por serbios locales, hay previstos actos y manifestaciones.
El 23 de marzo de 1999, el entonces secretario general de la OTAN, Javier Solana, dio la orden de ataque contra objetivos militares serbios al comandante aliado en Europa, el general estadounidense Wesley Clark.
Al día siguiente comenzaron los primeros bombardeos sobre Belgrado, Podgorica y Pristina.
En ese momento, la provincia autónoma serbia de Kosovo estaba habitada por 1.794.000 personas, 90 % albaneses y 10 % eslavos (serbios y montenegrinos), lo que suponía el 18,8 % de la población total de Serbia. Los no serbios constituían mayoría en 27 de los 31 distritos o Ayuntamientos de Kosovo.
Según datos oficiales serbios, en los bombardeos de la OTAN a Serbia, que duraron 78 días, perdieron la vida 2.500 personas, incluidos 89 niños, al tiempo que se destruyeron 25.000 viviendas, 470 kilómetros de carreteras, 595 kilómetros de vías férreas, 19 hospitales, 20 centros médicos, 18 parvularios y 69 escuelas.
Previamente, y de acuerdo con los registros del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), en los violentos conflictos en Kosovo que precedieron a la intervención aliada se produjeron 13.500 muertos y 800.000 desplazados.
La intervención de la OTAN allanó el camino para que Kosovo se autoproclamara independiente en febrero de 2008.
Desde entonces más de un centenar de países, incluidos los Estados Unidos y la mayoría de los socios de la Unión Europea (UE) han reconocido la soberanía del joven país, pero no Rusia, China o España, entre otros. EFE
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