
Las lecciones de James Baker a George Bush

El informe Baker sobre Irak es una desaprobación rotunda a la política que ha practicado hasta ahora la administración Bush. La cuestión es saber qué hará con él la Casa Blanca.
Según Victor-Yves Ghebali, experto en Relaciones Internacionales, la única carta de Suiza en el asunto es la humanitaria, pero deberá esperar que Oriente Medio recobre la calma para reactivar la Iniciativa de Ginebra.
En la madrugada del miércoles (06.12.), George Bush recibió en la Casa Blanca a los diez ‘sabios’ del Grupo de Estudios sobre Irak, que encabezan el que fuera ministro de Bush padre, James Baker, y Lee Hamilton, antiguo diputado demócrata.
El informe, muy severo para la administración actual, no propone una solución milagro para salir del atolladero iraquí. Sencillamente contiene 79 recomendaciones para tratar de evitar el caos total. Una de ellas es la retirada de las principales unidades de combate a partir del inicio de 2008, la apertura de un diálogo con Siria e Irán, así como un compromiso activo en la búsqueda de una solución al conflicto israelo-palestino.
El presidente Bush aseguró a los autores del informe que su trabajo sería tomado «muy en serio», pero de eso a modificar su política… Victor-Yves Ghebali, profesor del Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales de Ginebra, tiene sus dudas.
swissinfo: ¿Cuál es su primera reacción tras la lectura del informe Baker?
Victor-Yves Ghebali: Se trata de un trabajo fundado, serio y, sobre todo, realista. Una especie de ‘desengaño’: frente a una administración ciega de ideología tenemos un texto que rebosa de realismo y pone los puntos sobre las íes.
Si tuviéramos un presidente ‘normal’, creo que cambiaría de rumbo. Pero conociendo a Bush, que aún la semana pasada afirmaba que «no saldremos de Irak hasta la victoria», parece poco probable que acepte las recomendaciones del informe Baker.
Además, este informe llega demasiado tarde. No hay razón para que Siria e Irán acepten sacarle las castañas del fuego a Estados Unidos, a no ser que reciban enormes concesiones, concesiones que la administración Bush de ninguna manera está dispuesta a hacer.
swissinfo: ¿Si Washington decidiera entablar conversaciones con Siria e Irán, cree usted que Suiza podría desempeñar un papel en ellas?
V.-Y.G.: Suiza representa efectivamente los intereses de Estados Unidos en Irán. Pero para una negociación de alto nivel, donde Teherán probablemente diga: «si quieren algo de nosotros, habrá que hacer concesiones en el tema nuclear», me cuesta creer que Suiza sea invitada a participar, a no ser que sea para actuar de intermediaria.
En el caso – altamente hipotético – en el que se produjera una reconciliación nacional en Irak y que pudiera llevarse adelante la reconstrucción del país, ahí sí Suiza tendría una carta que jugar, la carta humanitaria y económica.
swissinfo: El informe Baker insiste también en la necesidad de encontrar una solución al conflicto israelo-palestino. ¿Sería esa una ocasión para relanzar la Iniciativa de Ginebra?
V.-Y.G.: Sí, efectivamente. Si la administración estadounidense acepta hacer presión sobre Israel y poner en contacto a los dos interlocutores, todo sería posible. Esto podría constituir una oportunidad para la Iniciativa de Ginebra que es una iniciativa muy bonita y noble.
Pero por el momento es letra muerta. Y es que los defensores de la paz están muy debilitados en los dos campos. Cuando se producen atentados terroristas, incluso un israelí pacifista deja de sentirse pacifista; y cuando se producen atentados desproporcionados contra los territorios ocupados o contra el Líbano, incluso los palestinos abiertos a la conciliación dejan de sentirse conciliadores.
No nos engañemos: la clave del conflicto israelo-palestino no está en Tel Aviv, sino en Washington. Y mientras Estados Unidos no asuma el papel que debería asumir, las cosas no harán sino empeorar; en detrimento del pueblo palestino y del pueblo israelí.
Entrevista swissinfo: Marc-André Miserez
(Traducción del francés: Belén Couceiro)
140.000 soldados estadounidenses se encuentran actualmente en Irak.
Desde la invasión en marzo de 2003, más de 2.900 de ellos han perdido la vida y cerca de 25.000 han resultado gravemente heridos.
Por parte iraquí los balances varían según las fuentes: entre 120.000 y 650.000 muertos en tres años y medio.
Este plan de paz alternativo para solucionar el conflicto israelo-palestino es, en gran parte, obra de dos antiguos ministros: el israelí Yossi Beilin y el palestino Yasser Abed Rabbo.
El documento se firmó el 1 de diciembre de 2003 en Ginebra, con el respaldo de Suiza, varios jefes de Estado y altos responsables de Naciones Unidas.
La Iniciativa de Ginebra prevé el reparto de la soberanía sobre Jerusalén, la retirada casi total de Israel de los territorios palestinos y una indemnización a los refugiados, pero con un derecho al retorno restringido.
El acuerdo, que Washington calificó de interesante, no fue bien acogido por el Gobierno israelí. Desde entonces, está paralizado.

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