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Estudiantes foráneos: un desafío para las unis suizas

Estudiantes de Economía en una clase del profesor Sergio Rossi, de la Universidad de Friburgo. Keystone

El creciente número de extranjeros matriculados en las universidades helvéticas permite a Suiza captar talentos internacionales. Políticos y científicos, sin embargo, difieren sobre quién debe asumir los gastos de su formación.

Las universidades suizas se financian en gran medida con fondos públicos (estatales o cantonales). Las tasas de las matrículas son, por ende, bastante asequibles en comparación con países como Estados Unidos o el Reino Unido. Además, los jóvenes menos acomodados pueden acceder a una formación académica, gracias a becas y préstamos estatales.

En los últimos años, ha crecido no solo el número de matrículas, sino también el de estudiantes extranjeros, que ha pasado del 23% en 1990 al 38% en 2011.

Las universidades suizas compiten con las de otros países para  atraer a los mejores cerebros que contribuirán a impulsar el desarrollo científico y tecnológico del país. De hecho, las multinacionales demandan permanentemente  profesionales altamente cualificados que no siempre encuentran en suelo helvético.

El importante aflujo de estudiantes, no obstante, significa también más gastos para las universidades, que insisten en la necesidad de buscar nuevas fuentes de financiación. El debate político gira en torno a los estudiantes extranjeros y el gasto que suponen para el bolsillo de los contribuyentes.

“¿Cuántos estudiantes extranjeros podemos acoger, además de los suizos? ¿Y quién costea su formación? ¿Los propios estudiantes, sus países de origen o los contribuyentes suizos?”, se pregunta Andreas Hagström, director de la sección Asuntos Internacionales de Educación en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ).

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La principal barrera es el idioma

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Matrículas más caras

Captar estudiantes, investigadores y profesores en el extranjero “forma parte del ADN del Politécnico”, subraya Andreas Hagström. De este modo, “los universitarios suizos se codean con compañeros del mundo entero sin necesidad de salir de Zúrich.

Peter Keller, diputado de la Unión Democrática del Centro (UDC, derecha conservadora) no está de acuerdo con que sean los contribuyentes suizos quienes subvencionen la formación de los estudiantes extranjeros.

En marzo de 2013, el diputado presentó una moción en la que solicita duplicar las tasas de las matrículas para los estudiantes foráneos en los Politécnicos de Zúrich y Lausana (EPFL).

“El aflujo de estudiantes extranjeros es positivo para el prestigio de nuestro sistema universitario. Pero la principal misión de las universidades suizas, que reciben subvenciones públicas, es formar a los estudiantes nacionales. Los extranjeros son bienvenidos, pero deben aportar una financiación adecuada”, señala el texto de la moción.

La Unión Suiza de Universitarios (USU) se ha declarado “indignada” y ha prometido luchar contra la propuesta que califica de “discriminación socioeconómica”.

“Los estudiantes foráneos aportan más calidad e internacionalidad, así como otros puntos de vista a las universidades helvéticas”, sostiene Thomas Leibundgut, miembro de la USU. “Muchos de ellos se quedarán en Suiza y contribuirán con su trabajo al crecimiento económico y a la innovación del país. Y con ello amortizarán las sumas invertidas en su formación”.

La USU ha solicitado que la Confederación y los cantones destinen más medios económicos a promocionar “el único recurso natural de Suiza”, o sea, la educación.

La moción de Peter Keller –y la oposición de los estudiantes– ha llevado a los Politécnicos de Zúrich y Lausana a enterrar la idea de doblar el precio de la matrícula para todos los estudiantes, independientemente de su nacionalidad. El número de matrículas se ha duplicado desde 2004: los ingresos suplementarios hubieran tenido que servir para financiar las crecientes necesidades en el campo de la enseñanza.

Escuela Politécnica Federal de Zúrich: 1.288 francos

Escuela Politécnica Federal de Lausana: 1.266

Universidad de Basilea: 1.400

Universidad de Berna: 1.310

Universidad de Friburgo: 1.310 (extranjeros: 1.610)

Universidad de Ginebra: 1.000

Universidad de Lausana: 1.160 (extranjeros: 1.360)

Universidad de Lucerna: 1.620 (extranjeros: 2.220)

Universidad de Neuchâtel: 1.030 (extranjeros: 1580)

Universidad de San Gall: 2.452  (extranjeros: 4.252)

Universidad de Zúrich: 1.538 (extranjeros: 1.738)

Universidad de la Suiza Italiana: 4.000 (extranjeros: 8.000)

Fuente: swissuniversity.ch – curso académico 2012-2013)

Nuevas fuentes de financiación

Las subvenciones públicas apenas cubren los gastos que ocasiona el aumento continuo de estudiantes. En la mayoría de las universidades, los extranjeros pagan tasas ligeramente superiores a las de sus compañeros suizos. A ello se suma el coste de la vida en Suiza que en promedio es más alto que en sus países de origen.

En el sistema helvético de enseñanza superior, los cantones subvencionan los estudios de los jóvenes que eligen proseguir su formación en otro cantón. Así, el Tesino destina una suma a cada estudiante matriculado en Friburgo o Zúrich. La Confederación quiere introducir una sistema similar a escala internacional, de manera que otros países ayuden a costear los estudios en el extranjero de sus ciudadanos. Alemania se opone.

San Gall ha decidido limitar el acceso de extranjeros a sus universidades y reducir así los gastos que recaen sobre el cantón.

Encontrar un equilibrio

El Tesino cobra a los estudiantes foráneos la suma equivalente a la subvención que obtendría de otro cantón. Dos tercios de los jóvenes inscritos en la Universidad de la Suiza Italiana (USI) son extranjeros. Pagan 8.000 francos de matrícula por curso. Los suizos que reciben una subvención de su cantón, 4.000 francos.

En el resto de las universidades del país, las tasas oscilan entre los 1.000 y 1.5000 francos anuales. La portavoz de la USI, Cristina Elia, explica que las autoridades tesinesas adoptaron esta decisión desde el inicio para asegurar la financiación.

“Si partimos de la suposición de que el mundo académico no conoce límites, tenemos que buscar modelos sostenibles, tanto para los estudiantes nacionales como extranjeros”, precisa Cristina Elia. “El nuestro implica una mayor contribución directa de los estudiantes”, agrega Cristina Elia.

Hoy, el sistema universitario helvético se debate entre asegurar los ingresos necesarios y captar los mejores talentos extranjeros.

Escuela Politécnica Federal de Zúrich: 34,8%

Escuela Politécnica Federal de Lausana: 50,4%

Universidad de Basilea: 26,2%

Universidad de Berna: 13,5%

Universidad de Friburgo: 19,7%

Universidad de Ginebra: 38,1%

Universidad de Lausana: 24,3%

Universidad de Lucerna: 14,3%

Universidad de Neuchâtel: 24,2%

Universidad de San Gall: 36,6%

Universidad de Zúrich: 17,7%

Universidad de la Suiza Italiana: 65,5%

Fuente: swissuniversity.ch – curso académico 2012-2013)

(Traducción: Belén Couceiro)

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