Thaci afirma que los kosovares estaban «en el lado correcto de la historia”
Imane Rachidi
La Haya, 4 abr (EFE).- El expresidente kosovar Hashim Thaci defendió este martes ante el Tribunal Especial para Kosovo (TEK), en La Haya, que era “un estudiante en Suiza, en el exilio político”, cuando decidió unirse a la resistencia en 1998 para “ayudar” a su país, y aseguró que los kosovares “no querían una guerra” y estaban “en el lado correcto de la historia”.
“Nos embarcamos en un camino hacia la verdad y la justicia” a través de este juicio contra cuatro sospechosos, incluido Thaci, por presuntos crímenes de guerra y lesa humanidad cometidos por el Ejército de Liberación de Kosovo (UCK, en albanés), guerrilla albanokosovar que se enfrentó a Serbia en 1998-99, dijo el expresidente kosovar en una declaración voluntaria de diez minutos que no estaba hecha bajo juramento.
“Siento pena y dolor por todas las víctimas de esa terrible guerra, independientemente de su etnia, religión o puntos de vista políticos. Pero las víctimas no obtienen justicia al perseguir a inocentes: la injusticia de uno no puede ser curada y reparada por otra injusticia. Soy inocente de todas estas acusaciones, pero estoy listo para enfrentar este nuevo desafío y ganar por mi familia, mi gente y mi país”, afirmó Thaci.
El expresidente recordó que él era “un estudiante en Suiza, en exilio político, cuando la familia Jashari fue masacrada”. En combates registrados a finales de febrero y comienzos de marzo de 1998 en la zona de Srbica, en el centro de Kosovo, perdieron la vida unas 80 personas, incluido Adem Jashari, uno de los fundadores del UCK, y 24 familiares suyos.
“Como muchos albaneses en la diáspora, también volví para ayudar a mi país y me uní a la resistencia por la libertad de Kosovo. Cualquiera en nuestro lugar habría hecho lo mismo si le quitaran la libertad. El UCK estaba formada por gente sencilla, voluntarios tratando de defender sus hogares, sus familias y su tierra”, señaló.
Thaci aseveró que “el viaje a la libertad fue largo y difícil” en Kosovo y “miles de familias perdieron a sus seres queridos en cientos de masacres cometidas por las fuerzas serbias”, pero hoy su pueblo, dice, “vive en un Kosovo libre e independiente, basado en la igualdad de derechos y el Estado de derecho”.
“Tanto la resistencia pacífica como la armada compartían el mismo objetivo de libertad, Estado y democracia para Kosovo. Sin resistencia popular, el Kosovo de hoy no existiría. El pueblo de Kosovo no quería guerra, sino paz, pero se les impuso la guerra. Hicieron lo que cualquier persona amante de la libertad haría para proteger a sus familias, sus hijos y su país. Nosotros, los kosovares, estábamos en el lado correcto de la historia”, explicó.
Junto a Thaci, afrontan cargos Kadri Veseli, expresidente del Parlamento kosovar y líder del Partido Democrático de Kosovo PDK; Rexhep Selimi, jefe del grupo parlamentario opositor Vetevendosje; y Jakup Krasniqi, presidente del consejo nacional del partido Iniciativa Socialdemócrata. Los cuatro se han declarado inocentes.
Están acusados de “responsabilidad individual” como altos cargos del UCK y se les imputan cuatro crímenes de guerra y seis de lesa humanidad, incluidos tortura, trato cruel, actos inhumanos, persecución, detención arbitraria, desaparición forzada y asesinato de cien personas entre marzo de 1998 y finales de 1999.
El expresidente instó a los jueces a “tener en cuenta que se han difuminado recuerdos de hace 25 años, la realidad se ha fusionado con opiniones y diferentes agendas, la especulación se ha convertido en hechos, y las emociones y la reacción política de todos los bandos tampoco deben entenderse como hechos” en este tribunal.
“La gente cree lo que quiere creer que es la verdad, pero tenemos un registro histórico y fáctico capturado de ese momento, debemos remontarnos a ese registro porque es donde se puede revelar la verdad”, agregó.
Thaci se ganó el apodo de “La Serpiente” por su reputación durante la guerra: consiguió los fondos para armar y entrenar a los combatientes del UCK y su nombre se asoció incluso con el crimen organizado, el tráfico de armas, contrabando de petróleo y cigarrillos.
“La comunidad internacional me dijo que un tribunal especial era esencial para disipar la nube negra de acusaciones de tráfico de órganos que se cernía sobre Kosovo. El mundo sabe, a raíz de este proceso, que no hubo tráfico de órganos, y que la Casa Amarilla (nombre dado a un campamento albanés sospechoso de ser una clínica improvisada para el tráfico de órganos) nunca existió”, aseguró hoy Thaci.
El TEK, que forma parte del sistema legal kosovar, está en La Haya en un intento de dar garantías a los testigos, dado el clima de intimidación en Kosovo. EFE
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