Votantes rumanos en España, preocupados por la corrupción y el inmovilismo de su país
Madrid, 16 may (EFE).- La corrupción, el inmovilismo político y la pobreza son problemas que inquietan a rumanos residentes en España con vistas a la segunda vuelta de los comicios presidenciales de su país del domingo próximo, y algunos también cuestionan que el Tribunal Constitucional anulase las elecciones de noviembre de 2024, según comentan a EFE.
Nicolae Bonis lleva 23 años en España y atribuye a la «clase política» de aquella época que él emigrara, pero «no ha cambiado nada» desde entonces ni desde que cayera la dictadura comunista, en diciembre de 1989, comenta desde la Comunidad Valenciana.
«Es la misma corrupción tremenda que antes -denuncia-, son los mismos (candidatos electorales), las mismas personas. Lo único, que bajo otro nombre de partido», aunque reconoce que no todos son comunistas encubiertos.
Por eso, espera que Rumanía tenga una «alternativa o una opción porque no es normal que el país, después de 35 años, esté en la situación de crisis económica, corrupción, pobreza…» Asegura que, debido a ello, «cinco millones» de rumanos están fuera del país.
La rumana es la segunda comunidad extranjera más importante de España, tras la marroquí. Son unas 620.000 personas, según datos estadísticos oficiales (2024), la mayor parte en la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana.
No obstante, el número se ha reducido considerablemente desde los casi 900.000 de 2012, que salieron de su país por motivos económicos fundamentalmente.
Bonis conoce a «muchos» compatriotas que regresaron desde España, pero tuvieron que emigrar nuevamente porque les era imposible vivir.
Una justicia «independiente»
Este ciudadano rumano también demanda una justicia «independiente», sin intervención del poder político.
En un país democrático «no puede ocurrir», apunta, que el Tribunal Constitucional anulara el resultado electoral de 2024 por supuesta «injerencia» rusa. «¿Dónde están las pruebas? (…) No se ha demostrado, por lo menos por lo que yo sé hasta ahora», argumenta.
Preguntado por los candidatos de este domingo, Bonis no entiende que se califique de ‘ultranacionalista’ a George Simion por el «simple hecho de que defiende los intereses de un país».
Además, aduce que no ha estado aún implicado directamente en tareas de gobierno. «Lo demás ya lo conocemos, sabemos de lo que son capaces», apostilla.
Simion se enfrentará en las urnas al independiente proeuropeo Nicusor Dan en un ambiente de polarización creciente.
También lleva 23 años en España Elena Botarla. De entrada, precisa que ella no es de extrema derecha, si bien cree que Simion será el vencedor.
Ve necesario «sacudir» la clase política que lleva 30 años en el poder, pues la situación del país es la «normal», en el sentido de que «no ha cambiado nada» desde la revolución anticomunista, ni han mejorado la economía o la lucha contra la corrupción, que «ha crecido».
Es preciso un «cambio», pero no tan drástico como propone alguna opción electoral, según Botarla, que tampoco cree que la situación socioeconómica vaya a mejorar en nada, gane quien gane. Aún así, ella votará.
Tampoco piensa que hubiera injerencia rusa en el proceso electoral anterior, cuando ganó el ultrancionalista prorruso Călin Georgescu (desautorizado también por irregularidades de financiación de su campaña), y atribuye la anulación a que «no querían que ganara». EFE
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