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Más vale tener dos euros que ninguno

Primavera frente al Banco Central Europeo en Francfort. En la zona euro, el cielo luce menos despejado. Keystone

El industrial alemán Hans-Olaf Henkel juzga “irresponsable” haber creado una unión monetaria que se ha convertido en “unión de transferencias”. Propone un euro para el norte y otro para el sur de Europa. Una escisión que beneficiaría a Suiza.

Con propuestas iconoclastas y un estilo muy directo, Hans-Olaf Henkel se ha forjado un nombre en Alemania. Adorado por los medios, pero bastante menos por algunos círculos políticos, este “partidario entusiasta” de la moneda única hoy propone nada menos que dividir la zona euro en dos.

Una zona euro-norte rigurosamente respetuosa de los criterios económicos de Maastricht y ejecutora de una política vigorosamente antiinflacionista comandada por el banco central. Y una zona euro sur con una divisa menos fuerte y más inflación. Sus países enfrentarían más riesgos de devaluación pero, como contrapeso, sabrían que dicho ajuste estimularía el crecimiento de sus economías.

“La zona euro-norte agruparía a Alemania, los Países Bajos, Finlandia, Austria, esto es, al antiguo bloque de países del marco”, propone Hans-Olaf Henkel. “Los suecos, que se negaron a entrar a la zona euro, aceptarían ser parte de esta nueva zona monetaria del norte”, sostiene. La República Checa, Polonia y Dinamarca serían, en su opinión, otros países candidatos.

Oportunidad para Europa meridional

Los miembros de la zona euro “que no tienen la misma voluntad de ceñirse a los criterios de estabilidad” tendrían que abandonar la moneda común y agruparse en una zona euro-sur, explica Hans-Olaf Henkel a swissinfo.ch

“Después de dicha separación, el euro del sur se vería inmediatamente devaluado con respecto al euro del norte. Esto daría finalmente a estos países la oportunidad de reemprender una dinámica de crecimiento, que es urgente para ellos y de la que han adolecido durante años”, sostiene el industrial.

“Hoy, los países meridionales de Europa simplemente observan cómo sus economías se contraen y sus tasas de desempleo crecen peligrosamente”, agrega.

Un respiro para el franco

Los efectos de tal escisión serían igualmente trascendentes para el franco suizo. Invitado como orador del foro que organizó la Oficina Suiza de Promoción Comercial (OSEC), Hans-Olaf Henkel expuso su tesis ante un público “más receptivo que el que encontró en Alemania”.

Un euro del norte sería percibido como una moneda fuerte capaz de amortiguar sin problemas la presión alcista que hoy experimenta el franco suizo, como lo admiten la mayoría de los expertos.

Ciertamente, el franco helvético no se depreciaría frente al euro del sur. Pero a la luz de la caída que han sufrido las exportaciones suizas hacia los países meridionales de la Unión Europea (UE), esto sería menos grave que el riesgo de nuevas presiones para apreciarse frente al euro actual.

Francia, un país clave

Simon Evenett, profesor de Economía Internacional y de Desarrollo en la Universidad de San Gall, considera que este escenario solo sería viable, si los países del sur decidieran voluntariamente abandonar la zona euro para finalmente optar por una devaluación. Claramente, los países septentrionales de la UE no tendrían ningún interés en una operación de este tipo.

“Si los países del sur lo hicieran, no sería en bloque, sino de forma individual. Y sería interesante saber si Francia abandonaría o no la zona euro”, señala a swissinfo.ch. En la actualidad, la gala es la segunda economía más importante de la eurozona, pero sufre con frecuencia a causa de la fortaleza de la moneda común.

De acuerdo con Hans-Olaf Henkel, Nicolas Sarkozy ha hecho todo lo necesario para que los miembros meridionales de la UE se mantengan en la zona euro. Los bancos franceses han prestado cantidades importantes de dinero a estas naciones, y no pueden permitirse hoy ver cómo el valor de esas deudas se diluye. Incluso si esto mejorara en un futuro la capacidad competitiva de Francia.


El escenario podría cambiar si la victoria François Hollande gana en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Y es que el candidato socialista ha amenazado con abandonar el euro y su partido no siente una inclinación particular por los ahorros presupuestarios, advierte Hans-Olaf Henkel. Por lo tanto, el déficit seguramente seguiría creciendo.

Todo esto podría conducir a la canciller alemana Angela Merkel “a perder la paciencia después de todas las concesiones que ha hecho a Francia”, aumentando con ello el riesgo de estallido de la zona euro.

De un mal a otro

Para Henkel, la unión monetaria se ha transformado, en realidad, en una “unión de transferencias” entre los distintos países de Europa. En un espacio donde reina la perecuación financiera (reparto equitativo de cargas tributarias), pero sin la obligación compartida de realizar ahorros.

Nadie puede obligar a los países del sur a frenar sus gastos o su nivel de endeudamiento, pero Bruselas ya habla de impuestos y salarios idénticos en toda la UE.

De esa manera nos dirigimos directo a una “unión de deudas” que terminará por convertirse también en una “unión inflacionaria”, afirma Henkel

¿Y a quién beneficia la inflación? En primer lugar a los deudores, en este caso a los Estados, responde el industrial.

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OSEC

Este contenido fue publicado en Por mandato de la Confederación, la Organización Suiza de Promoción de Exportaciones (OSEC, Business Network Switzerland) apoya a las empresas de Suiza y del Principado de Liechtenstein en el desarrollo de sus negocios con el extranjero. En esa perspectiva, coordina la Red suiza de Negocios (Business Netwok Switzerland), red de socios competente en Suiza y…

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“Demasiado alarmista”

Simon Evenett juzga “demasiado alarmista”, aunque no forzosamente inevitable, el escenario de desgracias en cascada que anticipa Henkel. Pues incluso dentro de una unión de transferencias existen mecanismos de compensación, explica.

“En los países que obtienen beneficios, los salarios aumentan; en los países en déficit, éstos deberían bajar. Un estudio realizado por el banco Goldman Sachs concluyó que en Italia los salarios tendrían que reducirse un 15% para poder dejar atrás el déficit. Esto permitiría reequilibrar las capacidades competitivas de los distintos países”.

En caso de una escisión, el profesor de San Gall prevé un debilitamiento del franco suizo frente al euro del norte’ y una reevaluación de la moneda suiza respecto al euro del sur, o a las divisas nacionales de los países meridionales. En su opinión, un hecho positivo para Suiza, cuyo comercio se dirige, ante todo, a la zona septentrional de Europa.

El pasado 1 de mayo, el euro ganaba terreno frente al dólar en un mercado sin grandes volúmenes de operación, al ser un día festivo en muchos países.

El franco suizo se mantuvo estable frente a la moneda única europea, cotizándose a 1,2013 francos/euro.

No obstante, la prudencia persiste de cara a la situación que vive la eurozona tras confirmarse que España está nuevamente en recesión.

En el centro de las preocupaciones cambiarias figura Francia, que el 6 de mayo elige su nuevo presidente. Si el candidato socialista François Hollande gana a Nicolas Sarkozy, la canciller alemana Angela Merkel –defensora de la austeridad– perderá su principal apoyo político la eurozona.

Grecia, origen de la crisis europea de la deuda, renovará ese mismo día su Parlamento. Los comicios podrían fragilizar al gobierno de coalición, que ha puesto en marcha severas medidas de austeridad exigidas por los proveedores de fondos responsables del rescate financiero.

Fuente: Les Echos

Hans-Olaf Henkel (72 años) fue director de IBM en Europa. Entre 1995 y 2000, presidió la organización patronal de la industria alemana.

Hoy es presidente de los consejos de administración de diversas firmas alemanas y también el grupo editorial suizo Ringier.

Además, es profesor honorario de administración internacional en la Universidad de Mannheim (Alemania), editorialista y autor de diversas obras.

La OSEC, organismo dedicado a promover las exportaciones suizas, organizó esta primavera su Foro de Comercio Exterior, conocido también como la Jornada suiza de la exportación.

Hans Olaf-Henkel fue invitado a hablar de la situación de la zona euro, posibles escenarios para el futuro de la unión monetaria y sus efectos potenciales sobre el franco y las exportaciones suizas.

La OSEC se ocupa, por mandato del Estado, de promover el comercio exterior suizo.

Cumple esta misión considerando las necesidades de las empresas orientadas hacia la exportación, en primer lugar las PYME. Asimismo promueve la plaza económica suiza en el extranjero.

(Traducción: Andrea Ornelas)

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